El Concejo Municipal de Valparaíso aprobó esta semana la instalación de una nueva botillería en el sector de la subida Cumming, área donde ya existen otros tres expendios de licores y una decena de bares.
Con los votos a favor de los ediles Zuliana Araya (PPD), Carlos Bannen (UDI), Marcelo Barraza (DC), Iván Vuskovic (PC), Luis Soto (UDI), Ruth Cáceres (RN) y Yuri Zúñiga (PR), se aprobó la medida. En contra estuvieron Daniel Morales (MVC), Claudio Reyes (MVC) y el alcalde Jorge Sharp, mientras que Eugenio Trincado (DC) se abstuvo.
Los residentes del sector, agrupados en la Junta de Vecinos N° 74 del cerro Miraflores, expresaron claramente su oposición a la aprobación del permiso, por considerar que el lugar ya está saturado de este tipo de comercio.
Waldo Burgos, presidente de la organización que representa a los habitantes del barrio, manifestó que realizaron una asamblea donde la gran mayoría se pronunció en contra de la instalación de una nueva botillería y a partir de esa votación redactaron un documento en el cual explicaban su postura. El dirigente señaló estar decepcionado por la determinación del Concejo porteño, pues considera que no los tomaron en cuenta y que la aprobación de patentes de alcohol está destruyendo a las comunidades.
"Somos nosotros los que vivimos en el sector", dice con justificada molestia el representante de los vecinos.
A la hora de explicar su votación, el concejal Soto aseguró que la decisión fue "compleja desde el punto de vista social", pues involucraba a personas que "están realizando una inversión" en esta nueva botillería.
Además, indicó que en el gobierno comunal trabajan para generar herramientas que permitan controlar las patentes, pues el Concejo aprobó no otorgar nuevos permisos.
El desafío, en este caso, es para la alcaldía y las políticas que pueda implementar para evitar que se siga deteriorando la calidad de vida de los vecinos de barrios que se sienten en "zonas de sacrificio".
Probablemente la instalación de una nueva botillería en la subida Cumming no signifique un aumento significativo de las incivilidades que se producen en el sector, pero sí es una señal para los residentes.
Si Jorge Sharp y quienes lo apoyan no fueron capaces de impedirlo, al menos deben generar y coordinar medidas concretas para que las noches en Valparaíso no sean sinónimo de descontrol.
Hasta ahora, al menos, no lo han logrado.