"Los derechos de los jóvenes de universidades privadas deben ser cautelados por el Estado"
Sabe que su decisión de trasladarse desde la Universidad Santa María para asumir la rectoría nacional de la Universidad Andrés Bello causó sorpresa en el mundo académico, cuando muchos pensaban que tras recibir el Premio Nacional de Ciencias en agosto pasado y luego dejar la rectoría de la USM, se centraría en desarrollar un centro de investigación en su casa de estudios de toda la vida.
Sin embargo, José Rodríguez aceptó hacerse cargo del proyecto académico de uno de los planteles privados más grandes del país. "Sé que a muchos les llamó la atención", reconoce.
- ¿Por qué decidió cambiarse de la USM a la UNAB?
- Fue un proyecto que me llamó la atención, pero lo más relevante es que al venir acá puedo contribuir con mi granito de arena a que se considere el sistema educacional chileno en su totalidad, que se valore el aporte que hacen tanto las universidades estatales, como las universidades privadas. Creo que vamos a tener un mejor sistema educacional cuando reconozcamos el trabajo de todos y esta universidad tiene resultados tangibles y mi idea es que eso sea percibido por la sociedad, pero sé que fue un impacto mi decisión.
- ¿Cree que la reforma educacional va en la línea correcta?
- Creo que tiene que haber un Estado fuerte que regule y ponga las condiciones a todos para trabajar, eso es básico, y para hacerlo tiene que escuchar las posturas de todos los actores, y por otro lado, tiene que proveer los recursos financieros. Lo que me preocupa frente a tanta propuesta que está en titulares recién, de cómo se van a financiar, es que cualquier universidad y esta en particular, necesita una cantidad de recursos, y si el Estado va a proponer un cambio que a la UNAB le signifique incrementar sus recursos, muy bien, yo lo voy a apoyar, pero si tiene el efecto negativo, yo voy a decir 'momentito, yo no estoy de acuerdo con esto, y conversemos', porque el Estado sí tiene una responsabilidad que cumplir con esta universidad también, así como lo tiene que hacer con todas las demás.
- ¿Está de acuerdo con la gratuidad para los alumnos de las privadas también?
- Todos los alumnos, sean de universidades estatales o privadas, son ciudadanos del mismo país, por lo tanto, tienen, en mi opinión, los mismos deberes, pero también los mismos derechos, y en ese sentido, creo que todos los ciudadanos deben recibir el mismo trato por parte del Estado, o sea, igualdad para todos.
- ¿Hay alguna fórmula que usted crea más adecuada para que esto sea aplicable?
- En Australia los principios son los siguientes: Uno, el Estado tiene el deber de educar a sus ciudadanos, por lo tanto el Estado debe pagar. Y el otro principio es que las familias, cuando traen hijos al mundo, también deben preocuparse de ellos, no los pueden dejar en el aire, así que algo tienen que contribuir. La pregunta es cuánto aporta cada uno, y en Australia dos tercios lo financia el Estado y un tercio la familia. ¿Cómo sería esa regla en Chile?
- Con los aranceles actuales, hasta un tercio sería caro para un gran número de familias.
- Sería caro, pero qué es lo que valoro de ese principio: basta que un joven se presente y diga 'yo soy ciudadano australiano', y no tiene que postular a nada, porque automáticamente tiene financiados los dos tercios. Ahora, la pregunta es qué pasa, como tu bien dices, con aquellos que no pueden pagar el tercio: automáticamente tiene un crédito del Estado y con un interés del 0%, como en mi opinión debe ser. Y lo paga cuando trabaje, y se acabó, no hay que postular año a año. Ese sistema me gusta, es simple.
- ¿Está de acuerdo en que los aranceles son demasiado caros? Incluso los estudiantes de esta misma universidad estuvieron en conflicto por eso el año pasado
- Cuando tenemos que toda la carga la tiene la familia, sí. Ahora, considero que en muchas universidades privadas, los aranceles no son más caros que en muchas universidades estatales, no nos confundamos, pero el valor es alto en comparación a la capacidad de pago de las familias.
- ¿Y en comparación con otros países?
- Así es, hay países donde es gratuito y otros donde es más caro, pero donde las familias tienen más capacidad de pago y los gobiernos tienen mucho dinero para aportar también.
- ¿Cómo ha visto el proceso liderado por el ministro Eyzaguirre?
- Cuando partió todos le daban poco tiempo al ministro y me alegra que esté en el cargo, creo que está bien intencionado, las veces que he conversado con él, creo que entiende bien el problema y que tiene el genuino interés de aportar algo que nos permita avanzar, por ejemplo, en aliviar la carga financiera de las familias.
- ¿Cree que, exceptuando regiones extremas, ya existe una oferta suficiente de universidades, incluso una sobreoferta?
- Por eso considero que tiene que haber un diálogo, una Superintendencia fuerte que hable con las universidades, que diga 'analicemos el mercado cómo está', no puede quedar la cuestión abierta, tan en pampa para que cualquiera haga lo que quiera, porque hay excesos que no pueden ser, como algunas carreras que no tenían mercado y había miles de estudiantes.
- ¿Cuál es su visión sobre casos como la Universidad del Mar o Las Américas?
- Si hay algo que no debe pasar en universidades es que se diga 'ese es un tema entre privados'. Si hay un supermercado que le vendió un producto a una persona, capaz que se pueda decir que es un problema entre privados, pero en la educación, que es algo tan sensible e importante para la sociedad, debe haber un Estado que los regule a todos, o sea, los derechos de los jóvenes que van a las universidades privadas tienen que ser cautelados por el Estado también y exigir un mínimo de calidad a todos por igual.
- ¿Y en cuanto a los jóvenes que siguen endeudados con una universidad que tuvo que cerrar?
- Me parece dramático y no me parece afortunado que alguien tenga que cargar esa mochila. Si se desarmó la universidad y quiere iniciar otra carrera, me parece un error tirarle a ese joven y a su familia una tremenda mochila de deudas. Es un error que el país y el sistema lo haya permitido.
"Estoy consciente que en el pasado ha habido críticas a esta universidad y yo lo aclaré: es sin fines de lucro. Obviamente, tiene que generar excedentes, que son reinvertidos en la misma institución"
"En el Consejo de Rectores deberían participar todos los actores relevantes, pero hay más de 30 universidades que no están y que atienden a más del 50% de los estudiantes. Su voz debiera ser oída"