Viaje al estadio
Partí desde el rodoviario de Valparaíso en micro con mi cuñado argentino y un amigo a las 15:40. Otro amigo me avisó a las 15 horas que en el centro de Valparaíso las emboscadas a los wanderinos se sucedían desde Melgarejo, así que había que ir sin camisetas ni banderas. En Francia con Pedro Montt se subieron 15 wanderinos que "juntaron" $ 3.000 para el chofer.
En el centro ya no ocurría nada, pero pasado la playa San Mateo, seres humanos con camisetas de Colo Colo apedrearon la micro rompiendo un vidrio con una piedra, la que dio en las costillas de mi compañero. Una niña que no iba al estadio lloraba aterrorizada. Los seres humanos con camisetas de Wanderers se bajaron a "correr" a los lanzapiedras y el chofer los esperó para seguir.
En el estadio, 16:50 horas, camisetas de Colo Colo entraron a la pista para sacarse fotos y selfies con las decenas de lienzos que tienen colgadas en la galería. Como nadie hace nada, entraron nomás.
Detrás de la humareda de unos 8 extintores que no caben en un bolsillo, aparecieron unos 30 colocolinos desafiantes. Uno de verde (de Wanderers) cruza frente a Andes y el circo romano se desata. A las 17:20 todavía no se ve un carabinero y los de blanco y negro se aburren de pelear en el foso y comienzan a practicar puntería con los de Andes.
Unas 10.000 personas tenemos el privilegio de asistir a la ausencia total de Estado. Arrancamos y nos vamos sin ver un carabinero.
A las 19 horas, en Álvarez con Agua Santa, en Viña, los de blanco acababan de salir campeones y unos colocolinos en un Kia último modelo vociferan con cervezas de litro en la mano. Les grito con malas palabras "que se vayan a Santiago mejor". En el semáforo de Agua Santa con San José aparece a un metro de mi ventana unos de los albos que me apuntó con una botella de vidrio de un litro, fallando por 5 centímetros. Sufrió el auto de mi amigo eso sí. Me siento parte de esta "espiral de violencia".
Conclusiones: mi sueño de transmitir a mis pequeños hijos mi gusto por ir al estadio muta en miedo a verlos llegar en unos años ensangrentados o acuchillados.
Impresentable: Señor Roa diciendo que la culpa es de los guardias privados por no cumplir su función de prevención. El coronel Bywaters diciendo que todo es normal en el estadio con un baleado a 100 metros de ahí y que los incidentes están a 5 km en el centro. En tribuna Andes, Carabineros espera largos minutos mirando los incidentes, entrando solo cuando lo peor ha pasado.
Premio: sentir miedo de los otros y ganas de ser violento sin las armas de los expertos en la materia.
Ir al estadio no es para los débiles, mejor que mis hijos sean hinchas de TV del Barcelona o de la Roma.
Eduardo Marzi
Actos de violencia
El día martes 8 de diciembre, el pasaje de ida en bus desde Valparaíso a Santiago costaba $6.700; un día normal de semana el valor es de $5.500. Lo anterior implica un gran acto de violencia simbólica y la población los siente. Después nos quejamos de vándalos y de actos de violencia en la ciudad.
Lo social está relacionado. Calificar los actos vividos el fin de semana como meramente delincuenciales es solo una parte del análisis que debe hacerse desde la sociología y otras ciencias.
Guillermo Fernández Lores
Partido de Fútbol
El partido de Wanderers y Colo Colo lo haría en un estadio de la Ciudad de Los Césares.
Rodrigo Reyes Sangermani
Carabineros en el estadio
¿Qué habría pasado si los carabineros hubiesen estado dentro del campo de juego antes del partido y hubieran evitado la pelea?
En este momento estaríamos hablando solo del actuar violento de los carabineros, los políticos estarían en contra de la fuerza policial y en la TV y la radio solo se hablaría de "la violenta acción de carabineros" en contra de los "niños". Al parecer, los jueces y fiscales les temen a estos delincuentes disfrazados de hinchas, porque no entiendo cómo pueden salir libres después de tamaños destrozos en la vía pública y los desmanes en el estadio. No se saca nada con copiar el método ingles que sacó a los hooligans de los estadios si la justicia se deja llevar por temas políticos.
Eduardo López Salinas
Homo Sapiens
Ante el brutal contraste de un millón de almas caminando bajo un ardiente sol para llegar a la Virgen de Lo Vásquez a agradecer por favores concedidos y, por otra parte, cientos de jóvenes destruyendo un campo deportivo y arriesgando su integridad física motivados por causas incomprensibles, la verdad es que uno no puede menos que sorprenderse de ver una humanidad tan ciega y violenta que siglos de guerras, muertes y desgracias no han logrado hacer reflexionar a este solitario ser que alguien curiosamente lo bautizó: "Homo Sapiens".
Nelson Lister Nazif