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Gratuidad
Nos preocupa seriamente el camino que el gobierno está tomando para configurar la gratuidad en la educación superior. La aspiración colectiva de contar con un sistema robusto capaz de contribuir de mejor manera a resolver los problemas materiales, sociales e institucionales que enfrenta el país choca con un curioso acuerdo de última hora: uno que une la astucia política con el fundamentalismo ideológico. Quizás el gobierno piensa que no es mala idea que algunas universidades estatales queden en la cornisa del régimen de lo público, mientras el subsidio fiscal se concentra en instituciones masivas y que operan bajo las lógicas de mercado. Ciertamente es lo que la oposición de derecha espera.
De llegar a concretarse esta solución, el gobierno habrá completado su reforma a la educación superior, quizás sin quererlo. Una reforma muy peculiar donde no hay espacio para las universidades públicas ni para la regulación. La acción estatal se focalizará en la mera distribución de subsidios a las instituciones, con un pobre nivel de control y direccionamiento. Entregar completamente la educación superior a las fuerzas del mercado sin que exista un sistema público de referencia, representa un camino que ningún país civilizado ha recorrido y, con ello, el gobierno se apartará definitivamente de las demandas que permitieron su elección.
Lo que está en juego es muy importante. Los efectos de esta reforma afectarán a varias generaciones de jóvenes. Hacemos un llamado a las autoridades para que ponderen seriamente las decisiones de política pública que están tomando. En ellas se define la posibilidad que establecer las bases de un sistema de educación superior sustentable.
Manuel Cárdenas, Osvaldo Corrales, David Carrillo, Juan Pablo Jaña, Antonio Peñafiel, José Miguel Salazar, Juan Sandoval
Salud de un condenado
Hace unos días fui al hospital a visitar a un amigo que además de encontrarse en una situación especial, padece de una enfermedad terminal que no puede ser tratada, por cuanto el tumor presente, se encuentra muy próximo al corazón y no puede ser intervenido. Con una fortaleza indescriptible y con serias dificultades para respirar me expresó que los únicos paliativos que recibe son calmantes para el dolor y solo espera que "le llegue su hora" para no extender los sufrimientos a su familia.
Salí consternado de su habitación, incapaz de controlar mis emociones y con una tremenda impotencia de no poder hacer nada en su ayuda, razón por la cual escribo estas líneas.
La situación de mi amigo y camarada de armas, Gabriel Montero, es que se encuentra cumpliendo una condena en Punta Peuco por un delito en el cual no le cupo ninguna participación directa ni indirecta, como consta en los autos, pero estaba ahí en la Unidad, siendo un oficial subalterno y solo se presume que debía haber conocido los hechos acontecidos ya hace más de 40 años.
En víspera de Navidad, apelando a la tan manoseada reconciliación, hago un llamado al comandante en jefe del Ejército a intervenir ante el ministro de Defensa y la ministra de Justicia, apelando a los derechos humanos de todos los chilenos se le conceda que siga cumpliendo su condena en su domicilio y "espere su hora" en compañía de su familia y seres queridos.
Fernando Hormazábal Díaz
Voz de alerta
China es un país emergente. Ahora exporta no sólo obras de construcción sino también la ingeniería, acompañada de los ingenieros, supervisores, desarrollo de los trabajos, obra de mano y entrega terminada in situ. Debido a esto, la cesantía de nuestros profesionales aumenta peligrosamente. Esta voz de alerta debe ser escuchada por las autoridades, ya que actualmente la mayoría de los jóvenes desean seguir carreras que les permitan un futuro promisorio como las diversas especialidades que tiene la ingeniería. La ingeniería nacional exige hoy obras bien realizadas, supervisión rigurosa, buena mano de obra, y trabajos garantizados. Sólo así podremos competir con el gigante cShino que nos está invadiendo, poco a poco, en este importante campo.
Renato Norero Valenzuela
Encuesta CEP
Los resultados de la CEP son claros en manifestar cuales son los temas en los que desea mejoras el ciudadano chileno. No son cosas en ámbitos muy extraños: Delincuencia, Salud y Educación, las tres primeras de la lista y en ese orden. La autoridad no ha hecho mucho en ninguna. Pero la autoridad sí destina recursos, incluyendo tiempo y esfuerzo que en ningún caso sobran, a un plan de cambio a la Constitución.
Viendo los resultados de la encuesta se observa que la gente sencillamente no lo tiene ni siquiera dentro de sus medianas prioridades. Casi al final de la lista, al lado de derechos humanos, por lo demás, este último con mural incluido para seguir reescribiendo la historia, y con recursos de otros ciertamente. Para que hablar del sesgo ideológico que tiene el cambio constitucional, todo en manos del Estado, este mismo ente que no puede hacerse cargo de los verdaderos problemas.
Félix Berríos Theoduloz