Julio Hurtado

Periodista

viñamarino

Mi trayectoria como conductor se inicia al volante de un destartalado automóvil que debe haber construido personalmente Henry Ford. Bueno, se movía, que era lo importante. Desde entonces he cumplido una serie de exigencias que esgrimen, con justicia, la bandera de la seguridad. Como el señalizador luminoso de viraje. Hasta los 60 se indicaba viraje con el brazo fuera de la ventanilla. Precursores fueron unos autos ingleses que tenían un pequeño indicador que emergía de la carrocería. Luego vinieron la tercera luz de freno, el cinturón de seguridad, el extintor, los triángulos reflectantes y el botiquín…Apareció, además, la revisión técnica, hermética inspección que descubre en nuestro vehículo fallas insospechadas.

Y ahora, la novedad del año, es el chaleco refractante para visibilizar al conductor cuando baja del vehículo para hacer alguna reparación. Se busca evitar accidentes propios de nuestras tenidas color pavimento.

La norma legal, poco difundida y confusa, desató una masiva demanda que hizo colapsar la oferta. Cumplidor de las leyes, a última hora, salgo tras un chalequito. Calle Quillota y 5 Oriente, Viña del Mar. Francia, Freire y Yungay, Valparaíso. No, no y no.

Un amigo informado, que se sabe los siete tomos del Cateo de la Laucha y sus anexos, me dice que se pueden reservar en cierto local. Así, los chalecos amarillos ahora se venden "en verde".

Agotado, temiendo por la aparición de algún carabinero eficiente, regreso a casa y en la avenida Errázuriz con el pasaje Ross, un malabarista que ha mutado en vendedor ofrece el ansiado chaleco. "¡Seis lucas, compadre!", me dice. Se cierra la compra en medio de bocinazos y delicadas admoniciones propias de ciertos conductores. Llego al Nudo Barón y un limpiavidrios en nuevo giro los ofrece, con un buen porcentaje de descuento: "¡A cinco lucas, caballero! ¡Ya me quedan pocos!"

Bueno, son las cosas del cruel mercado y del pecado nacional de dejar todo para última hora y, ¡téngase presente!, de leyes modelo Siglo XXI, tan llenas de baches como ciertas veredas, calles y caminos de nuestras ciudades.

A casi una semana de haber sufrido un infarto cardiaco, el fiscal nacional, Jorge Abbott, fue sometido ayer a una segunda intervención para despejar la obstrucción de la arteria coronaria derecha, con el objetivo de evitar riesgos posteriores.

"En la primera intervención nos dimos cuenta que tenía una obstrucción en otra de las arterias coronarias, que era bastante severa y que, por lo tanto, había que solucionar antes de poder darlo de alta en los días siguientes. Eso fue lo que hicimos hoy (ayer), donde llevamos a cabo un segundo procedimiento, el cual fue bastante exitoso", explicó el cardiólogo y jefe de la unidad de hemodinamia del Hospital Naval, Marcos Opazo.

Además, el especialista indicó que la intervención se extendió por cerca de una hora y media y dejó a entrever que durante los primeros días de febrero el Fiscal Nacional podría retomar sus funciones.

"Hasta el momento no está determinada una fecha exacta para su alta, ya que todo va a depender de la evolución que tenga luego de esta intervención. Puede que existan algún tipo de complicaciones, aunque es muy poco probable, pero no podemos correr ese riesgo. Por tanto, todo va a depender de su condición en general. Asimismo, y como ocurre en este tipo de situaciones, nosotros dimos al paciente una licencia por 30 días", precisó el cardiólogo.

Junto con ello, el doctor Opazo agregó que "tenemos la sospecha de la existencia de una pequeña infección pulmonar, que es muy posible que trajera desde antes que ingresara a este hospital, la cual está siendo tratada mediante antibióticos. Lo hemos evaluado junto a la infectóloga del hospital y el foco es muy pequeño por lo que sólo requiere de antibióticos y nada más que eso. No va a tener complicaciones por eso. Probablemente eso nos ayudará a determinar una fecha de alta para el fiscal Abbott, la cual podría llevarse a cabo dentro de los próximos cuatro o cinco días".

Tras la segunda intervención a la cual fue sometida, el jefe de la unidad de hemodinamia del Hospital Naval indicó que el fiscal Jorge Abbott se encuentra "de muy buen ánimo, consiente y sin ninguna molestia".

"El estado de ánimo del fiscal Abbott es muy bueno y desde que ingresó el pasado 1 de enero, siempre se ha mantenido así. No ha sufrido ningún tipo de sobresalto durante el tiempo que ha estado internado. Es una persona muy tranquila. Incluso, se dio el tiempo para pedir un té, de manera que estamos muy optimistas y esperanzados en que va a seguir de la misma forma", expresó el especialista.

"Hasta el momento no está determinada una fecha exacta para su alta, ya que todo va a depender de la evolución que tenga luego de esta intervención. Nosotros dimos al paciente una licencia por 30 días"

Marcos Opazo, Cardiólogo del Hospital Naval

El seremi de Transportes y Telecomunicaciones, Patricio Cannobbio, es tajante al referirse a la polémica por el desabastecimiento de los chalecos reflectantes: "El gran problema es que no se difundió, ahí hay una autocrítica hacia el ministerio".

La autoridad reconoce que existe un desabastecimiento de estos implementos que comenzaron a ser obligatorios este año, de acuerdo a la Ley del Tránsito, y coincide con las críticas de algunos usuarios en el sentido de que existió poca divulgación por parte del Ministerio sobre esta nueva disposición, ya que su difusión se concentró en los días previos a la puesta en vigencia.

La situación de escasez de este implemento produce preocupación en la autoridad de Transportes, afirma Cannobbio, quien explica que ha iniciado gestiones con aquellas empresas dedicadas a la venta de chalecos reflectantes para lograr un aumento de su disponibilidad.

Pese a que reconoce que hay "un abuso de marca mayor" en los cobros que hacen algunos locales, aprovechando la escasez, Cannobbio advierte que esa no es materia que le corresponda controlar al Ministerio de Transportes.

"Hemos conversado con los encargado del comercio viendo qué posibilidad hay que lleguen masivamente los chalecos; viene en camino una partida importante de aquí a fin de mes", expone la autoridad.

El seremi del ramo también reconoce que cualquier campaña para promover el uso del chaleco reflectante depende de la disponibilidad del producto. Por ello, explica, "Carabineros está esperando que la gente tenga acceso a este tipo de chaleco para hacer fiscalizaciones masivas".

Reacios a entregar mayor información sobre el tema, desde una de las cadenas que vendía el implemento en la región reconocieron que ya vendieron 60.000 unidades de chaquetillas reflectantes en los últimos 15 días, alcanzando el peak de ventas la semana antes de la puesta en vigencia de la norma.

El stock se acabó en las últimas horas del 31 de diciembre pasado, un día antes de la puesta en marcha de la norma.

Funcionarios de retail esperan una pronta llegada del producto faltante durante la semana entrante, provenientes de productores nacionales para así retomar con normalidad la venta del producto al mismo precio del cual fue vendido con anterioridad. Debido de la alta demanda de chalecos reflectantes, el comercio callejero comienza reaccionar rápidamente, convirtiéndose en una alternativa para los rezagados que aún no encuentran los últimos preciados chalecos reflectantes.

Así como en algunos locales que ayer en Valparaíso aún tenían stock, el chaleco costaba 6 mil pesos, en avenida Bellavista había vendedores ambulantes que lo ofrecían a $ 5 mil.

Cabe recordar que para aquellos conductores que no porten el chaleco reflectante al momento de que Carabineros requiera el kit de emergencia ante una posible fiscalización, se arriesgan a una multa que fluctúa desde los 9.000 pesos hasta los 22.500 pesos (desde 0,2 hasta 0,5 UTM).

A pesar que la norma se encuentre actualmente en vigencia, está considerada como una norma de "marcha blanca", en la región no ha habido ningún caso de infracción a la ley, asegura el seremi de Transportes, Patricio Cannobbio.

La implementación a nivel nacional ha costado que se cumpla en su cabalidad por los automovilistas, ya sea por desabastecimiento o bien dejar todo a última hora.

"Hemos conversado con los encargados del comercio viendo qué posibilidad hay de que lleguen masivamente los chalecos; viene en camino una partida importante de aquí a fin de mes"

Patricio Cannobbio, Seremi de Transportes

60.000 unidades vendió en pocos días sólo una de las empresas de retail que tenía disponible el chaleco.

$ 22.500 es la multa más alta que puede recibir un automovilista por no portar el chaleco reflectante.