La buena noticia asociada a la temporada estival es que el turismo ha generado en la zona 8.740 nuevos empleos. Esta cifra, dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, corresponde al trimestre noviembre 2015-enero 2016, con lo cual se podría anticipar que los números que presente la próxima medición podrían ser similares e incluso mayores.
En términos generales el desempleo, gracias al turismo, bajo en la zona, situándose en un 6,6% de la fuerza de trabajo, contra un 7,5% del periodo anterior. Hubo sí una caída en la ocupación en la minería, actividad regional de gran importancia pero condicionada por la situación general de la economía global.
Con todo, hay que hacer presente que la cifra regional de desempleo es superior a la media nacional, que alcanza a un 5,8%, anticipándose un crecimiento en ese indicador en los próximos meses.
La creación de nuevos puestos de empleo en el sector turismo es el resultado de una mayor afluencia de visitantes a la zona y de nuevas ofertas, lo que supone inversiones e iniciativas y también trabajo por cuenta propia, tendencia que ha ido en aumento en los últimos tiempos y que merece ser estimulada.
Los buenos números, por otra parte, reiteran la importancia del turismo como actividad económica regional, lo que llama a cuidar ese rubro y trabajar por su crecimiento de acuerdo a las nuevas demandas del mercado.
Hay que recordar que esa demanda es especialmente dinámica, por lo cual es fundamental que empresarios y autoridades del rubro mantengan una permanente atención a esas variables.
Y dada la importancia del turismo como herramienta creadora de fuentes de trabajo, es responsabilidad ineludible atender a quienes participan de esas labores o se incorporan a ella. Ya no es posible en el rubro la improvisación, por tanto es necesaria la capacitación del personal y de los empresarios en los múltiples servicios en que se basa el turismo.
Son importantes, sin duda, las inversiones en el rubro, en la hotelería, en el transporte, en el esparcimiento o en la gastronomía, pero la inversión se diluye y hasta se puede perder si no tiene como fundamento un capital humano sólido, comprometido y capacitado.
Y la formación de ese capital humano debe ser una tarea permanente y compartida a partir de las nuevas experiencias y de los requerimientos de una actividad cuya característica fundamental, insistimos, es el dinamismo.