Mabel González / Agencias
Cuarenta minutos después de que el ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva jurara como jefe de gabinete del Gobierno de Dilma Rousseff, un juez de Brasilia anuló de forma cautelar el nombramiento.
La decisión judicial, tomada por el magistrado Itagiba Catta Petra neto, del Tribunal Federal de la capital, anuló así el acto por el que Lula fue juramentado ayer por la Mandataria hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el caso.
En su determinación, el juez sugirió que Rousseff podría haber cometido un delito y argumentó que si su antecesor asume el cargo de ministro de la Presidencia, tendrá poder para realizar una "intervención indebida y odiosa" en la Policía, la Fiscalía y el Poder Judicial.
La acción respondió a una demanda presentada por la oposición, que fundamentó su petición en las causas abiertas contra Lula, quien está siendo investigado en diversos procesos y fue acusado de enriquecimiento ilícito, blanqueo de dinero y falsificación de documentos.
Preta Neto señaló que Rousseff podría haber incurrido en un delito de "irresponsabilidad" al nombrar al ex Jefe de Estado, pues la ley veta al Presidente cometer actos contra "la probidad" de la gestión pública.
Los delitos de "responsabilidad" son uno de los motivos por los que la Constitución permite realizar un juicio político con el fin de destituir al Jefe de Estado.
El juez ordenó que se informe de los hechos a la Procuraduría General del Estado y al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien es la autoridad competente para impulsar los juicios políticos.
El Gobierno presentó una apelación a la decisión del juez, apuntando a una eventual parcialidad de este, ya que el magistrado participó previamente en una marcha opositora.
La designación de Silva fue altamente cuestionada por la oposición, que considera que era un descarado intento por evitar una posible detención del ex Presidente como parte de la investigación de corrupción en Petrobras.
Con fuertes críticas a los jueces y acusaciones de un intento de "golpe", la Presidenta Rousseff encabezó el acto donde su padrino político juró como nuevo integrante del Gobierno.
"Sacudir la sociedad brasileña por medio de mentiras, maniobras furtivas y prácticas muy criticadas viola las garantías constitucionales y sienta precedentes muy graves", dijo Rousseff sobre las casi 50 conversaciones telefónicas entre ella y Lula difundidas esta semana por el juez Sérgio Moro, las que, según el magistrado, demuestran la intención de la Mandataria de interceder en favor de su antecesor.
"Así comienzan los golpes", denunció Rousseff.
La máxima autoridad de Brasil rechazó los cuestionamientos a la designación y enfatizó que Lula la ayudará a "encarrilar" el país.
La rabia que causó la llegada de Lula al Ejecutivo dio lugar a protestas en Sao Paulo, donde manifestantes con muñecos inflables del ex Mandatario, vestido como reo, bloquearon la arteria central en esta zona metropolitana.
Forman comisión por "impeachment"
La Cámara retomó ayer mismo el trámite para un posible "impeachment" contra Rousseff, tras conocerse este miércoles unas grabaciones comprometedoras entre las Presidenta y Lula. El proceso se reinició con la instalación de la comisión especial que analizará el pedido de salida de la Mandataria, realizado por dos renombrados juristas con el apoyo de partidos opositores. El Presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, dijo que espera "agilidad" total en los trabajos de la instancia.