Pamela De Vicenzi
Los sonidos pueden ser tan placenteros como despreciables, sobre todo cuando se trata de la comida. Al masticar los alimentos crujientes se produce un ruido que para algunos es molesto y hasta produce un poco de vergüenza. Por esta razón, el efecto "crunch" de algunos alimentos sería capaz de impulsar a las personas a comer menos.
Así lo afirma un estudio realizado por las universidades Brigham Young y Estatal de Colorado, ambas de EE.UU. Mediante tres experimentos, los investigadores descubrieron que los productos crujientes pueden causar un efecto en las personas, bajo ciertas condiciones.
Según este trabajo, publicado en la revista Food Quality and Preference, señala que este fenómeno ocurre cuando la persona está plenamente consciente de lo que está comiendo a través del sonido de los alimentos.
El efecto "crunch"
El denominado efecto "crunch" sugiere que es probable bajar la ingesta de alimentos al escuchar su crujido. La condición para que el cerebro entre en un estado de conciencia plena es que el ambiente sea silencioso, ya que ver televisión o escuchar música enmascara los ruidos al masticar.
"En su mayoría, los consumidores e investigadores han pasado por alto el sonido de los alimentos como una señal sensorial importante en la experiencia de comer", sostuvo Gina Mohr, académica de la Universidad Estatal de Colorado y una de las autoras del estudio.
"El sonido es típicamente etiquetado como el sentido olvidado en la alimentación", añadió Ryan Elder, académico de Brigham Young. "Pero si la gente está más centrada en el sonido que hace al comer, se podría reducir el consumo.
Los investigadores subrayaron que no se trata de sonidos típicamente "placenteros", tales como el crujir del tocino, el romper la capa de caramelo de postres como la crème brûlée o el ver una película comiendo cabritas. El efecto está relacionado con el simple ruido al masticar, por ejemplo, una cucharada de cereales o pan tostado.
Experimentos
Para comprobar este fenómeno, Elder y Mohr llevaron a cabo tres experimentos separados sobre el efecto "crunch" como sonido prominente.
Uno de ellos consistió en que un grupo de personas comía porciones de pretzels, que son galletas saladas al horno originarias de Austria y Alemania. Una parte del grupo tenía puestos audífonos con el volumen alto, mientras que otros comieron en silencio.
Los resultados mostraron que el ruido más fuerte es capaz de enmascarar el sonido del masticar. Esto explicaría por qué las personas con audífonos y música comieron más pretzels, en comparación a los que permanecieron en un ambiente silencioso.
"Cuando se enmascara el sonido al consumir, como cuando uno ve la televisión mientras come, quita uno de los sentidos y esto hace que comas más de lo normal", indicó Elder, y agregó que el efecto en el tiempo es acumulativo.
Mohr y Elder indicaron en su estudio la importancia de no solamente activar los sentidos de la vista, el olfato y el gusto al momento de escoger la comida, sino también escuchar el ruido que hace.
El fenómeno
Causas
Según el estudio, el efecto "crunch" se origina porque la persona toma conciencia de lo que come. El ruido puede producir molestia o un poco de vergüenza.
Condiciones
Para que este fenómeno tenga buenos resultados, la persona debe consumir estos alimentos en un ambiente silencioso, sin el sonido de la TV y la radio.