Mil Tambores II
He tenido la suerte de participar en manifestaciones de alguna manera comparables por dimensiones y nivel de algarabía, como la Oktoberfest, en Munich, y la Fiesta de San Fermín, en Pamplona. En ambas la cantidad de gente y la duración de ellas podrían llevar a temer un desastre ambiental e higiénico, como los de Valparaíso, considerando los millones de litros de cerveza que se beben en Alemania y la cantidad de sangría y calimocho en España.
Pero nada de ello sucede, a pesar de que en algunas horas de la noche las calles se ponen pegajosas y malolientes a causa de todos lo que se derrama en ellas y a la fermentación de estos desechos a causa del extremo calor.
En ambas manifestaciones la ciudad está repleta de bidones para la basura y baños y retretes móviles están por doquier. Al amanecer un ejército de trabajadores de aseo recoge la basura. A las 8 de la mañana camiones cisterna lavan todas las calles con agua y jabón, porque la fiesta tiene que continuar. La solución es simple, requiere buena voluntad y capacidad de organización.
Muchas veces he hablado a parientes y amigos europeos que viajan a Chile de la ciudad de Valparaíso y su encanto. Lamentablemente, la mayor parte de ellos me hicieron el siguiente comentario después de visitarla: "Esa ciudad es una letrina, un basural"… y no había Mil Tambores cuando la conocieron.
No son los dos días de Mil Tambores el problema de Valparaíso, sino los 363 restantes.
Mil Tambores III
Los porteños debemos alzar la voz y decir basta, ya es suficiente el daño causado y las excusas. Si la organización no es capaz de promover de manera eficiente el cuidado del espacio público, entonces que no siga realizando un carnaval que perjudica a la ciudad, ya sea por falta de organización o simplemente por la poca cultura cívica del chileno.
Mil Tambores IV
¡No puede ser! En este sector los baños químicos lloraban por su ausencia.
Elección de intendentes
Directrices del Gobierno
Siguiendo con la tradición centralista de este país, me pregunto: ¿Por qué esta actividad "cultural" de los Mil Tambores no se hace en Santiago, ya que ellos tienen todos los medios para hacerlo con urbanidad, orden y limpieza? En contraste con lo anterior, ¿por qué no deleitan a nuestro alicaído Valparaíso con la Orquesta Sinfónica, el Ballet de Santiago, los festivales de Cine que se centralizan por allá y se hace verdadera cultura para nuestro querido Puerto?
Nathan Novik
Leo desde Génova, Italia, declaraciones y comentarios a propósito de la inmundicia que quedó después del Festival Mil Tambores en Valparaíso.
Manuel Sessarego
Como cada año se celebra en Valparaíso el carnaval "Mil Tambores" con el fin de recuperar los espacios públicos mediante expresiones artísticas asociadas al tambor; sin embargo, la realidad es completamente diferente. Rayados, destrucción del patrimonio o el centenar de toneladas de basura son algo común y se transforman en el verdadero legado del carnaval en la ciudad, lo que lamentablemente es de conocimiento público a nivel país. Entonces, ¿cuál es el verdadero beneficio de este tipo de expresiones en la ciudad de Valparaíso?, ¿se tiene que seguir aguantando la destrucción del patrimonio sólo porque es una "expresión cultural"?
Javier Valdivieso López
Normalmente, el pasaje Lira, entre la plaza Victoria y la calle Aldunate, es usado como urinario de emergencia; pero con motivo de los Mil Tambores la cosa pasó de todo límite. La mugre, orina y excrementos llegaron a un límite nunca visto. En Aldunate, las mujeres se valían de los autos estacionados para orinar, incluso ante la cercanía de viandantes.
Eugenio Rodríguez M.
No deja de llamar la atención que existan personas que hablen de un cálculo político y otros de una medida apresurada y mal implementada. Al respecto, sólo se puede señalar que en efecto se tienen los votos para aprobar la elección de intendentes el próximo año; sin embargo, dichas figuras tendrán un rol meramente "decorativo", un símil del hoy existente presidente del Consejo Regional. El Ejecutivo comprometió la tramitación de la ley que otorga competencias, pero la verdad es que nadie desea perder su cuota de poder. Lo que debe preocupar a los ciudadanos es no tener un segundo Transantiago, esta vez de carácter político, lo cual resultará trágico para todo el país.
Leonardo Contreras Neira
La Presidenta Michelle Bachelet ha mantenido, largo tiempo, una aprobación de apenas un 20%. La última encuesta CEP le asigna un 15%; la CADEM, un 22%. Estas cifras, además de los logros de su administración, hacen pensar que el Gobierno de la Nueva Mayoría se sustenta en el principio de Pareto, cree ciegamente en la Revelación de Sturgeon y practica metódicamente la Ley de Murphy y el Principio de Hanlon.
Kenneth Ledger Toledo