A través de una moneda al aire, una tómbola o la carta mayor. Esas son sólo algunas de las alternativas que se barajan hoy en el Servel, de mantenerse el empate electoral que se produjo el domingo en la comuna de Zapallar, para así resolver quién será el próximo alcalde de esa localidad costera de la Región de Valparaíso. Todo el trabajo en terreno durante la campaña y eventuales propuestas para el desarrollo de la ciudad y el bienestar de sus habitantes se definirán mediante el azar, la suerte.
Esta casi inédita situación -se ha dado un par de veces en años pasados- se produce luego de que los candidatos Carolina Letelier y Gustavo Alessandri obtuvieran la misma cantidad de votos: 2.045. ¿De quién es la culpa? Un dato para contextualizar una posible respuesta: el padrón electoral de Zapallar alcanza las 7.244 personas habilitadas para sufragar; sin embargo, el 23 de octubre sólo 4.240 de ellas decidieron ir a los locales habilitados. Hablamos de un 58,5% de votantes. Sin duda, con una abstención menor al cerca del 65% a nivel país, pero claramente insuficiente. De más está señalar que con un votante más, a favor de cualquiera de las candidaturas, se hubiese definido la elección.
Hoy, ante este panorama, surgen dos ideas desde el Congreso. La primera, generar una ley que resuelva de manera democrática un empate, apoyando una segunda elección en el trigésimo día posterior a la elección entre aquellos candidatos que hayan resultado empatados tanto en la carrera por ser alcalde como concejal.
La segunda, de manos del senador Francisco Chahuán, consiste en una solicitud al Gobierno para que éste dé urgencia al proyecto que restituye el voto obligatorio. Es decir, usted va a votar o podría ser multado.
Leyes más o leyes menos, unas más populares que otras, todo indica que en el entorno político del país aún no se aborda el tema de fondo o el origen de la alta abstención, pese a que esta situación ya se había vivido en dos elecciones.
Hace falta, quizás, una mayor autocrítica de parte de los partidos y sus integrantes, pero no una para la galería ni para sacar una cuña en los medios de comunicación, sino una profunda y real que busque dejar atrás los escándalos de los últimos años y, además, se generen acciones concretas para restablecer una relación estrecha con la ciudadanía.
Claramente, no es una tarea fácil ni a corto plazo, pero los resultados de votos de este domingo dejan como lectura que esta labor debe comenzar cuanto antes.