"La amenaza al status quo sacará a los partidos de su espacio de confort y los obligará a reconcursar"
"Intentar volver al voto obligatorio ahora es tan frívolo como peligroso", sentencia Jorge Navarrete al evaluar los resultados electorales en la elección municipal y los altos niveles de abstención que bordearon el 70%. El abogado y columnista, que hoy participará en el seminario "Chile ¿la mejor elección?", que organiza LarraínVial, advierte que fue el hastío y el voto de castigo lo que explica en parte el triunfo de Sharp.
- ¿Qué tan grave es la caída de la Nueva Mayoría ?
- Nadie, ni siquiera la oposición, esperaba un resultado semejante. A la derecha no le fue bien, pero a la Nueva Mayoría le fue mucho peor... Sin lugar a dudas, este es una resultado desastroso para la Nueva Mayoría.
- ¿Cuál es el efecto de este resultado? ¿Es reversible o la Nueva Mayoría ya tiene su punto final?
- Lo que ocurrió este domingo es el corolario a una trayectoria plagada de desaciertos e improvisaciones. Ya muy tempranamente este diseño político enfrentó la resistencia de muchos ciudadanos, lo que sumado al deterioro de nuestra economía y los casos de corrupción -donde Caval mantiene un lugar estelar- generó gran incertidumbre en las personas, especialmente sobre la claridad política de nuestros gobernantes y su capacidad profesional para llevar adelante las necesarias reformas que deben hacerse en Chile. Puestas así las cosas, creo que estamos en presencia del segundo fin de ciclo de la coalición de centro izquierda, desde que se recuperó la democracia.
- La DC comenzó a desmarcarse de la NM el mismo domingo. ¿Es deslealtad o realismo político?
- No vislumbro hoy ninguna discrepancia entre la DC y la Nueva Mayoría que no pudiera haberse esgrimido cuando se constituyó esta coalición y se ganó el Gobierno. La diferencia fundamental estriba en la actual bajísima popularidad del Ejecutivo, cuyo castigo se traslada también a los resultados de las elecciones donde sus partidos participan. La perspectiva de perder el poder en el corto plazo conspira contra la cohesión y lealtad en la Nueva Mayoría, fenómeno que sólo se acrecentará en los próximos meses. El frío que se siente al perder el poder está a la vuelta de la esquina.
- ¿Tiene sentido ser una DC fuera de una coalición de centro-izquierda?
- Para quienes conocen la historia de la Falange, un partido que promovió la reforma agraria, la sindicalización campesina, la chilenización del cobre o la promoción popular, resulta obvio y natural su presencia en una alianza de centro-izquierda, ubicación que, por lo demás, ha mantenido en más de la mitad de su historia. Pero eso no es lo mismo suponer que tal coalición no deba tener contornos y límites. Con todo, da la impresión de que la verdadera incomodidad de la DC tiene menos que ver con diferencias programáticas y más con una molestia por el ninguneo o irrelevancia de la que se siente víctima, pese a ser el partido más grande de la Nueva Mayoría. A ratos esta tensión se explica más por Freud que por Marx.
- ¿Cobra fuerza la idea de que la DC lleve un presidencial propio?
- Hace cuatro años la precandidatura de Orrego tuvo una escasa adherencia, tanto fuera como dentro de la DC, pues se vislumbraba un seguro triunfo de Bachelet. Hoy, cuando existen altas posibilidades de que la Nueva Mayoría sea derrotada, se comienzan a desempolvar las viejas consignas y se enarbolan apasionados discursos sobre el rol de la Falange. Y si la derrota es una posibilidad, siempre será mejor perder con banderas propias o similares. Y pese a su contenido estratégico, esta discusión tendrá una dimensión más táctica y realista, en función de los caminos para mejor preservar el poder.
- ¿Le faltó autocrítica al Gobierno tras el resultado o, como dijo la Presidenta, no se puede responsabilizar a tres personas?
- Evidentemente, aquí hay responsabilidades compartidas, pero la Presidenta siempre tiende a capitalizar las ganancias y socializar las pérdidas.
Establishment en la mira
- ¿A qué atribuye el triunfo arrollador de Jorge Sharp?
- Al hastío de muchos ciudadanos, cansados de la oferta que hacen los partidos tradicionales. Es probable que muchos de los que votaron por Sharp no necesariamente suscriban todas sus ideas, incluso pocas de ellas, pero perciben en él valores que sí desean recuperar: honestidad, vocación de servicio, juventud y ganas, o recambio generacional. Y, por supuesto, también es un voto de castigo para el establishment político local.
- ¿Se puede proyectar este fenómeno a las parlamentarias y la presidencial?
- La reforma a nuestro sistema electoral contribuirá a una mayor fragmentación, tanto de los partidos como de sus liderazgos. No creo que sea lo suficientemente poderoso como para poner término ahora a la lógica binominal, pero sí habrá más competencia, mayor diversidad y nuevos rostros en el paisaje del Congreso. No le tengo miedo a esa atomización, pues la amenaza al status quo también sacará a los partidos de su cómodo espacio de confort, obligándolos a reconcursar, mejorando así sus prácticas, estilos y discursos.
- ¿Es Valparaíso un predictor de una tendencia política que comenzará a salir a la luz, algo así como la instauración de un "Podemos" chilensis?
- Es algo temprano para afirmar algo semejante, aunque Sharp tiene incluso un parecido físico con Pablo Iglesias (se ríe). Valparaíso ha sido una ciudad muy descuidada y abandonada, donde sus habitantes una y otra vez han visto defraudadas sus expectativas, convirtiéndose en testigos privilegiados de promesas incumplidas. El gran desafío de Sharp y los movimientos que están detrás de ésta y otras candidaturas, es pasar de la protesta a la propuesta, y de las denuncias a los anuncios. Lo verdaderamente difícil para ellos se inicia ahora. Sinceramente, le deseo suerte.
- ¿Fue DJ Méndez una opción equívoca?
- Habría que hacerle esa pregunta al senador Lagos Weber. En todo caso, y no quiero hacer leña del árbol caído, quizás no fue lo más acertado llevar a un candidato que se jactaba de poder robar un auto en menos de un minuto.
- El resultado en Valparaíso muestra que la gente está votando de manera distinta. ¿Son tiempos de Lagos o tiempos de Guillier?
- Es el tiempo de no confundir responsabilidad con servidumbre, consenso con colusiones, voluntad con voluntarismo, persistencia con porfía y popularidad con populismo. Serán los ciudadanos entonces, en una primaria abierta, competitiva y transparente, quienes decidan si es el tiempo de Lagos o Guillier. Más importante, quizás, serán esos mismos ciudadanos quienes decidan después si todavía es tiempo de la Nueva Mayoría.
"La verdadera incomodidad de la DC tiene menos que ver con diferencias programáticas y más con una molestia por el ninguneo de la que se siente víctima. A ratos esta tensión se explica más por Freud que por Marx" "El gran desafío de Sharp y los movimientos que están detrás de ésta y otras candidaturas, es pasar de la protesta a la propuesta. Lo verdaderamente difícil para ellos se inicia ahora""