Películas como "Aquí se construye", "Cien niños esperando un tren" y "El otro día" son trabajos que han convertido a Ignacio Agüero en uno de los documentalistas más reconocidos del país. Fue la admiración por éste que el realizador José Luis Torres Leiva ("El cielo, la tierra y la lluvia") decidió seguirlo en la primera incursión en la ficción del cineasta, cuyo resultado se consolidó en "El viento sabe que vuelvo a casa", que se estrena hoy (19 horas en la Sala Insomnia del Teatro Condell), a través del programa Miradoc.
"Es uno de los directores chilenos que más admiro. Tuve la oportunidad de conocerlo en el año 2004 cuando estrené mi primer largometraje y desde allí siempre traté de trabajar con él en mis películas. Me interesa mucho su visión y coherencia en todos sus trabajos", comentó Torres Leiva, quien por este título está nominado a dos premiosFénix: mejor documental y fotografía documental.
"Lo que más me interesaba de trabajar con Ignacio Agüero es que como cineasta tiene una gran virtud que es una característica en sus películas y que es la de saber escuchar. Se da el tiempo para escuchar a sus entrevistados y que estos se sientan en confianza para responder sus preguntas o simplemente entablar una conversación. En estos tiempos lo que menos hacemos es escucharnos o darnos el tiempo para hacerlo y creo que esta película hace un rescate de eso", añadió.
Chiloé se hace presente
La película que busca hacer Agüero está construida en torno al mito que surge tras la desaparición de una joven pareja de novios en los bosques de la isla Meulín sin dejar rastro alguno a principios de los '80.
En este sentido, Torres Leiva destaca que su documental también recoge sus ganas de explorar más sobre la vida en las islas en Chiloé, territorio que hasta ese momento era muy desconocido para el cineasta.
Otro aspecto que destaca el director es que "había escrito un guión pero finalmente de eso sólo hicimos la primera escena de la película. El resto fue surgiendo de esas dos semanas de grabación. Las personas y situaciones que se iban apareciendo casi por casualidad se transformaron en el principal motor para que la realización siempre estuviera viva. Para mí eso fue un gran aprendizaje. Estar atento a lo que nos deparaba y hacer del azar un elemento fundamental para el desarrollo de la película".
Producido por Catalina Vergara, la producción ha sido elogiada en varios festivales internacionales como San Sebastián y Bafici.
"Tuve la oportunidad de conocer (a Ignacio Agüero) en el año 2004 cuando estrené mi primer largometraje y desde allí siempre traté de trabajar con él en mis películas"
José Luis Torres Leiva, Director del documental"