La fórmula no es novedad. La desvinculación, forma elegante de llamar ahora a los despidos, afecta a 81 funcionarios del sistema municipal de educación de Valparaíso. Los exonerados son 40 docentes y 41 administrativos de Cormuval, Corporación Municipal de Educación de Valparaíso.
No es nueva la idea, decimos. La aplicó en Santiago el alcalde Alessandri, reemplazante de Carolina Toha, que desvinculó a casi 200 profesores municipales capitalinos. En Valparaíso anualmente se ahorran $400 millones con la salida de esos funcionarios.
Para el concejal comunista Iván Vuskovic, esa cantidad podría destinarse a gasto de la ciudad, siempre escasa en recursos. La propuesta fue apoyada por el concejal UDI Carlos Bannen, quien dijo una verdad conocida, crónica, "Cormuval hoy en día no se sustenta por sí misma". Agregando que la materia hay que llevarla a votación del Concejo para ver si se siguen traspasando recursos municipales al deficitario sistema de educación pública porteña.
Por su lado, la nueva directora Silvana Sáez de Cormuval postula que los fondos, con acuerdo de los concejales, deben "contribuir a que el sistema público garantice el derecho a la educación de los alumnos de Valparaíso". El derecho está garantizado, lo que hay que asegurar es la calidad de la educación pública que entregan los municipios.
¿Está garantizada esa calidad? Al parecer no, pues en la gran encuesta que es la decisión de las familias sobre el lugar de educación de sus hijos el sistema municipal porteño pierde 2 mil alumnos al año. Y en las diversas mediciones los resultados no son favorables.
En medio de este complejo escenario donde más que los millones lo importante es la formación de los estudiantes, está en marcha en el Parlamento la desmunicipalización mediante la creación de un Sistema Nacional de Educación Pública. Así, la educación pública retornaría, con diversos mecanismos, al control centralizado del Estado. Lo que tampoco es una novedad, pues por décadas el Ministerio de Educación fue el gran rector de la educación chilena, no sólo de la pública, sino que en buena medida de la privada.
El alcalde Jorge Sharp, heredero de la pesada mochila educacional porteña, afirma que "el Estado debe hacerse cargo de la educación", pero condena el proyecto del Ejecutivo "pues creemos que es más de lo mismo".
De este modo, a semanas del comienzo del nuevo año escolar, con debate legislativo en marcha y el telón de fondo de una elección parlamentaria y presidencial, la calidad de la educación pública, la igualdad de oportunidades, sigue siendo tarea pendiente y con nota roja. Problema nacional, no sólo de Valparaíso.