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Un adiós junto a su familia

ATLETISMO. Ícono del deporte en Valparaíso falleció a los 87 años, dejando atrás una vida colmada de historias y anécdotas.
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Valparaíso es una ciudad colmada de historia y personajes. Hombres y mujeres que le han permitido a la ciudad crecer y mostrarse al mundo como un lugar que, más allá de todas las críticas hacia una supuesta decadencia, le permiten seguir viviendo de manera intensa. Y uno de ellos era Bruno Bernal Díaz. Para algunos, el "Forrest Gump" chileno, para otros, la reencarnación del Viejo Pascuero, para otros "un loco", y para la mayoría de los porteños, un ícono del hombre que hace 87 años nació junto al mar y que sobrepasando todas las dificultades fue capaz de correr y correr de manera infatigable.

Bernal falleció la noche del domingo en la clínica Valparaíso debido a una falla multisistémica, bien acompañado por su familia, dejando un enorme legado entre quienes crecieron viéndolo correr por el borde costero y en la pista de rekortán del antiguo estadio Valparaíso, siendo luego ovacionado por los hinchas de Santiago Wanderers para la reinauguración del recinto del avenida Carvallo, ya con el nombre de Elías Figueroa Brander.

Protagonista en 15 maratones, abandonó las pistas en el 2014 producto de una enfermedad en el pulmón que lo tuvo internado por más de un mes en el hospital Eduardo Pereira, para luego intentar retomar la actividad física, algo que finalmente no logró, aunque en todo momento estuvo presente en cada competencia que se organizó en el Puerto, acompañando a las nuevas generaciones de atletas.

Pero ya nada era igual. Bruno Bernal se cuidaba del frío y de los cambios de temperatura. Su delgadez no dejaba de preocupar a quienes lo conocían fuerte y con un ánimo que jamás dejó de llamar la atención.

En un par de oportunidades intentó volver a correr, pero no se podía.

Obra literaria

Pero Bruno Bernal no fue sólo un entusiasta atleta, sino también en cada minuto de soledad escribió poemas que fueron desde la alegría a la tristeza, desde el norte de Chile a lo más austral de nuestro país, entregándose también al dolor por tragedias como la muerte de 45 conscriptos en la localidad de Antuco el 18 de mayo del año 2005, en una obra que incluso puede ser leída en Internet.

Y no sólo se queda en ello, porque luego musicalizó sus poemas, siendo en más de una oportunidad posible observarlo ante un micrófono en la plaza O'Higgins.

"Me satisface que también la gente me conozca por mi obra literaria", asumió en su momento, insistiendo en que es posible leer su poesía en Internet, especialmente aquellos versos que "más me han llenado": "Fallecidos en Antuco", "José Miguel Carrera" y "Caupolicán".

Respecto de los funerales de Bruno Bernal, cabe señalar que antes de su falleciminto el atleta dejó en claro su deseo, el que luego fue comunicado por su familia hacia los más cercanos. "Su último deseo fue que la noticia de su muerte fuera dada hasta dos semanas después de ella, pero es imposible que tantas personas que le querían no se enteraran. Respetando lo que él quería, su funeral será privado y sólo con la asistencia de su familia. Próximamente indicaré donde quedará sepultado para que todos aquellos que le querían puedan ir a dejarle una flor, rezar en su tumba o bien, pensar en él en el lugar donde descansarán sus restos mortales", señaló el mesaje enviado por Eduardo Bernal, sobrino de don Bruno, mediante Facebook.


Bruno Bernal, el atleta que desde ahora es leyenda

maratones disputó Bruno Bernal durante su trayectoria como atleta. 15

años tenía Bernal al momento de su fallecimiento en la clínica Valparaíso. 87

"Don Bruno, hoy usted ya es inmortal"

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Juan Carlos Moreno A.

Periodista de

El Mercurio

de Valparaíso

Estoy lejos de ser de aquellos periodistas que creen en la cercanía o amistad con quienes en algún minuto se convierten en entrevistados o fuentes de informaciones, sin embargo, creo que es un justo momento de aprovechar la posibilidad que me entrega el trabajar en un medio de comunicación para reconocer a una persona entrañable: Don Bruno Bernal Díaz.

Tras más de 20 años como profesional, tengo que reconocer que la figura de este atleta porteño nacido en el cerro San Juan de Dios en ningún minuto me pasó desapercibida.

Conocerlo fue recordar mi niñez en Valparaíso y aquel hombre a quien veía junto a mis padres correr por calle Errázuriz y el borde costero, con un rostro de eterna concentración y adornado por una siempre llamativa barba blanca, que a más de alguien le hizo rememorar la época de Navidad.

Pero conocerlo y estrechar su mano fue sólo un detalle, porque don Bruno era mucho más que ese incansable corredor: Era un extraordinario poeta. Un tipo extremadamente cuidadoso de la ortografía y de la caligrafía. Un hombre desprendido absolutamente de lo material. Un porteño que amaba a su Puerto y a su querido Santiago Wanderers.

Guardaba como tesoros un par de recortes de El Mercurio de Valparaíso en donde, en la década del 40' y 50' se destacaba como nadador en la piscina del Deportivo Playa Ancha y en la de Recreo.

Hoy, cuando me anuncian de su fallecimiento, no puedo dejar de sorprenderme por el cariño expresado por tanta gente hacia él y recordar que don Bruno, una vez me dejó en mi escritorio una reseña en que decía "vivo feliz con mi soledad y con mis costumbres ermitañas, soy como un álamo guacho, o como un tamarugo en el desierto, soy como un pájaro de largo vuelo que despliega sus alas en busca de libertad"

Amigo, se equivocó amigo. Usted está rodeado de mucho cariño y hoy ya es un inmortal.