Después de un siglo de historia Bar Inglés sirvió su última copa
VALPARAÍSO. Las cuantiosas deudas pusieron fin a uno de los enclaves más famosos de la ciudad.
Aire de resignación, lágrimas e incertidumbre se respiraba ayer entre los nueve empleados del Bar Inglés, luego que el abogado Nelson Machuca Casanovas, en su calidad de liquidador concursal, les comunicara la imposibilidad de continuar con el mítico negocio nacido en 1916, fruto del espíritu emprendedor de un marinero suizo que decidió radicarse en Valparaíso.
"Es una pena, llevo 25 años trabajando aquí y he conocido muchas personas que al final fueron más amigos que clientes, y puedo decir que cada uno de ellos estaba fascinado con este local y me decía 'ojalá que no muera nunca'", relataba con amargura el barman del establecimiento Juan Carlos Alfaro, de 58 años, mientras recogía sus pertenencias al igual que sus compañeros.
Este año, el bar celebraría su aniversario 101, lo que quedó truncado, pues pese al linaje ganado con el tiempo, que incluso lo llevó a ser distinguido con el título patrimonial de Memoria Viva, no pudo hacer frente a sus deudas.
De hecho el año pasado su último dueño, Jorge Harbin, se acercó a la coordinadora regional de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento para solicitar la reorganización, lo que a la postre no resultó porque no hubo una propuesta efectiva frente a a sus millonarios pasivos.
Deudas con bancos y la Tesorería por cerca de $ 43 millones, además de otras que no fueron acreditadas en el proceso, terminaron por cerrar la puerta del negocio. Ya el 5 de enero de este año se resolvió la liquidación.
Pese a ello ayer se efectuó una última junta de acreedores para ver la posibilidad de mantener la continuidad de giro, pero los números no dieron. "Se declaró la liquidación concursal por el 2° Juzgado de Valparaíso de la persona natural que administraba el Bar Inglés, él tenía el contrato de arriendo, las patentes de alcoholes y tenía todo, pero los bienes que están ahí son de un tercero. Se trató de dar la continuidad de giro, pero la verdad es que los números no daban, entonces se tomó la decisión de cerrar el local, despedir a la gente y entregar lo que haya que entregar", comentó el liquidador.
En rigor se termina el Bar Inglés y ahora se debe realizar la liquidación y vender los bienes muebles para pagarles a los trabajadores y a los demás acreedores.
Pese a todo, el abogado reconoce que no fue un proceso fácil por la historia del inmueble en cuestión. "No soy de la Quinta Región, sino que de Santiago, pero uno sabe y se va interiorizando de lo que significó este bar por todos los años que tiene, acá hay detrás una historia grande y da pena cerrar esto, y por eso tratamos de seguir con la continuidad y tenerlo abierto, pero la verdad que también acá hay que invertir", señala el profesional.
Pero, de acuerdo a lo que señalan los que vivieron de cerca el proceso, el desenlace no sorprende, pues desde hace tiempo se veía venir, lamentando además que la administración del establecimiento no se haya acercado a explicar la situación.
"No nos dieron la cara y una tercera persona que no conocemos nos entregó la noticia de que ya no teníamos trabajo", comenta Alfaro, que reconoce que pasaba más tiempo en el bar que en su casa.
"Teníamos clientes habituales con los que compartíamos y se forjaron amistades que, sea cual sea lo que pase en el futuro con este negocio, no se van a perder", comentó el diestro barman que espera seguir ejerciendo el oficio, ya sea en un eventual relanzamiento del establecimiento o en otro lugar.
"Si viene otra persona a hacerse cargo ojalá que mantenga el espíritu del bar donde se creó un ambiente casi familiar entre nosotros y los clientes, pero siempre con un respeto mutuo. Acá nunca hubo una distinción entre los clientes, porque todos tenían la misma importancia y además siempre había una conversación, marcando así una diferencia con otros locales en que te sirven y 'chao' hasta que pides la cuenta", recuerda el barman que lamenta el destino del Inglés, similar al de muchos otros locales en Valparaíso.
"Hace tiempo que se están perdiendo varios locales emblemáticos y no solamente en este rubro, sino que en muchas otras actividades comerciales. Uno se acuerda del Emporio Echaurren, la Bodega Pedro Montt, el Café Riquet, que fueron muriendo sin que la gente tomara conciencia de lo que estábamos perdiendo como ciudad pese a la condición patrimonial".
"No soy de la Quinta Región, sino que de Santiago, pero uno sabe y se va interiorizando de lo que significó este bar por todos los años que tiene, acá hay detrás una historia grande y da pena cerrar esto"
Nelson Machuca, Abogado-Liquidador, Concursal"
"Hace tiempo que se están perdiendo varios locales emblemáticos en muchas otras actividades comerciales...el Emporio Echaurren, la Bodega Pedro Montt, el Riquet"
Juan Carlos Alfaro, Barman Bar Inglés"