El esplendor del balonmano
La disciplina vive un presente luminoso a nivel regional y nacional, clasificando a mundiales con equipos de gran nivel. ¿Qué tienen en común estos equipos donde se congregan los mejores jugadores de nuestro país? La gran presencia de exponentes de la Región de Valparaíso.
Cada cierto tiempo, un deporte que no es el fútbol comienza a destacar en el opaco mundo de la actividad física nacional. El tenis y el básquetbol son quizás las disciplinas que con más fuerza y constancia se desarrollaron en la historia. El boxeo, el ciclismo y el atletismo también disputan su espacio con resultados y figuras monumentales.
Pero hoy, un deporte poco conocido en canchas chilenas vive su momento de gloria. Se trata del balonmano, que al alero de dirigencias serias, acertadas decisiones técnicas y sobre todo, esfuerzos a nivel formativo, triunfa en el campo de los deportes colectivos, área no siempre fértil para el país.
Esta semana la selección nacional sub 19 de hándbol logró clasificar al Mundial de la categoría, que se desarrollará en Georgia. En enero, el equipo adulto de Chile consiguió su primera victoria en la fase de grupos de un Mundial, tras batir en Francia por 32-28 a Bielorrusia. Por si fuera poco, el mes pasado la sub 21 consiguió en Paraguay pasajes para la Copa del Mundo de Argelia, que se disputa en julio.
¿Qué tienen en común estos equipos donde se congregan los mejores jugadores de nuestro país? La gran presencia de exponentes de la Región de Valparaíso.
Ocho de los dieciocho hándbolistas que componen la selección sub 19 son porteños. Del equipo adulto que fue a Francia, seis de los dieciséis eran de la zona.
Probablemente la figura del quilpueíno Marco Oneto tenga mucho que ver con el espíritu y masividad con que se practica esta disciplina en el Gran Valparaíso. Su exitosa carrera, que incluye incluso un paso por el poderoso Barcelona, son un espejo para los jugadores más jóvenes.
Pero no basta sólo con un modelo a seguir. Quizás más importante aún resulta la voluntad de profesores y directivos docentes de colegios que han privilegiado la práctica de esta disciplina en sus aulas. El Luterano de Playa Ancha, el Internacional del cerro Alegre, junto a la Scuola Italiana y el Alemán de Villa Alemana fueron claros ejemplos. Estos últimos dos establecimientos dieron origen al club Italiano Balonmano, verdadera cantera de las selecciones nacionales, tanto en damas como en varones.
Como el deporte vive de los resultados, hoy el hándbol tiene los argumentos para pedir un mejor trato de parte del Estado a la hora de repartir recursos. En la cancha, al menos, se lo ganaron.