"Sé que sabrán responder con dedicación y mucho trabajo al privilegio de embarcarse en un navío como éste"
Michelle Bachelet
Presidenta de la República, al despedir a la dotación de la "Esmeralda", que iniciará su 62° Crucero de Instrucción
"Hay que enfrentar el tema de la violencia"
Francisco Chahuán
Senador, por balacera en la Av. Marina
Los tiempos cambian, incluso en Valparaíso. Estamos viviendo la transición que supone el salto hacia el presente siglo. Podemos comenzar a despedir las lógicas de un desarrollo urbano anquilosado en las necesidades de consolidación del mercado, para comenzar a comprender las lógicas de un desarrollo sostenible. En el siglo XXI Valparaíso debe re-visionar la época de la verde mar, hacia atrás, para comprender las razones por la cual existe el concepto "verde mar", tan profundamente arraigado en nuestra historia.
En un cuadro del pintor Ernest Charton de Treville (1860) podremos observar el equilibrio de una ciudad que se encuentra acomodándose entre cursos de agua frente al mar y la abundancia que eso significó. Nuestra relación con el mar no tiene que ver con la competencia por ganar una vista ni con una excluyente actividad portuaria que sólo reporta beneficios al país. Menos con la lógica de acceder al borde atravesando tiendas, patios de comida, franquicias y neones como moneda de cambio frente a la exclusión de uso que significa la actividad portuaria. Ese fue el siglo XX. El contrato social, económico y jurídico de nuestra ciudad con el mar hoy es parte de un sueño ochentero que habla de un país que no fue, aquel que alcanzaría el desarrollo en base a la explotación de sus recursos.
Porque hoy -más que nunca- sabemos que hay terremotos, tsunamis, un cambio climático y que el agua es escasa. Y que el recurso más importante somos las personas. Por lo tanto, hoy valoramos esa matriz que significa el paisaje productivo desde la oportunidad que nos ofrece nuestra geografía. Así como Viña supo autodenominarse "Ciudad Jardín", el Valle del Paraíso merece más respeto. No olvidar que ahí donde se quiere construir el mall Barón se emplazó durante miles de años y hasta poco después del paisaje reproducido por Charton de Treville, un humedal que mantuvo a raya la línea litoral, sólo desdibujada por el megaterremoto y tsunami sufrido en la ciudad y que se sintió desde Iquique hasta Osorno, en 1730.
La naturaleza es sabia. Obras son amores y no buenas razones. Dos frases que recuerdo vienen del siglo pasado y quizás de antes. Entonces, la novedad no es una refundación, sino que permitirnos un ajuste entre nuestros sueños y nuestras posibilidades. El nuevo paisaje compuesto por el nuevo mall en construcción de Av. Argentina y su desafortunada fachada, levantado a un costado del transversalmente cuestionado edificio del Congreso, con un fondo de torres sobre los cerros hacia el oriente, nos indica que la huella dejada por este sueño desarrollista debe ahora compensarse con un fuerte énfasis en lo más profundo del concepto del "verde mar".
Gonzalo Undurraga
Arquitecto
El cierre de un colegio es siempre una mala noticia, sea éste municipal, subvencionado o particular pagado. Desaparece un proyecto educacional con daño a alumnos, familias, profesores, directivos, funcionarios administrativos y a la comunidad misma en que funciona el establecimiento. Por eso el cierre del Colegio San Anfeli de Quilpué es un hecho inquietante que se debe atender buscando el origen de ese cierre, medida adoptada por la sociedad sostenedora del establecimiento.
Ésta informó que la determinación se debía a la imposibilidad de pagar los sueldos correspondientes al mes pasado, situación que se originaría en la baja de matrículas y la incorporación del recinto al régimen de gratuidad. Dice la sociedad que "el pago de la gratuidad que se nos ofreció se efectuaría una vez iniciado el trámite de ingreso a la misma ley. Sin embargo, a la fecha no se ha cancelado ningún aporte con el siguiente perjuicio al establecimiento".
El seremi de Educación, Alejandro Tapia, expresó que "en modo alguno esto está vinculado con la gratuidad, sino que tiene que ver con los problemas típicos de gestión que tiene un colegio pequeño como este", agregando que al optar por el régimen de gratuidad se debe cumplir con requisitos y señalando, a la vez, que "en este minuto se encuentra lista la resolución para comenzar a pagar la gratuidad".
Como sea, hay incertidumbre entre las familias, 170 alumnos y los profesores afectados por el cierre, cuando el año escolar ya está en plena marcha. Hay gestiones para resolver el problema, pero ya se ha producido un daño que afecta a la tan proclamada "calidad de la educación". Por otra parte, analizando las declaraciones de la sociedad educacional y del seremi queda en evidencia que al ingresar un establecimiento al sistema de gratuidad se produce una brecha económica entre el inicio de actividades en la condición gratuita y el comienzo del pago del aporte fiscal. Esa brecha, lapso inicial en que se deben pagar remuneraciones y gastos operacionales, debe ser cubierta por la sociedad sostenedora.
¿Tienen todas las sociedades sostenedoras capacidad económica para mantener en funcionamiento colegios a su cargo hasta la llegada de la subvención correspondiente? ¿Cuántas situaciones como la de Quilpué se producen a lo largo del país? De hecho, cuando el seremi Tapia habla de "problemas típicos", quiere decir que hay casos similares.
Por lo tanto, es urgente avanzar en resolver esos casos, puntualmente el de Quilpué, y adelantarse a la ocurrencia de situaciones parecidas, teniendo a la vista la necesidad de perfeccionar la normativa para que la gratuidad sea efectiva a través del tiempo y funcione sin tropiezos.
Mather, un inglés de la dotación del buque blindado peruano "Independencia", que con permiso de sus jefes, trabajaba como buzo rescatando barras de cobre de la barca naufragada "Johann Albretch" sufrió un accidente y quedó atrapado. Pese al intento de rescate con un buzo y marineros del "Huáscar", el británico fue hallado muerto.
Entre las necesidades más urgentes del Barrio Norte de Villa Alemana está el alumbrado público. Se está tratando de solucionar la carencia con gestiones ante un vecino que posee 8 faroles, Otro problema es el desaseo y el arrojar desperdicios al estero. El paso del carretón del aseo, muy de tarde en tarde, es una de las razones "justificativas".
Nervioso, pero reflejando en su rostro el deseo inmenso de volver a su patria, luego de 9 meses de ausencia, llegó ayer a Valparaíso, a bordo del mercante "Paros", el grumete Héctor José Ahumada Vega, de 19 años, quien desertó del buque - escuela "Esmeralda", cuando la nave visitó en agosto del año pasado, el puerto de Sidney, en Australia.