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ENTREVISTA. renzo arata, expresidente de Santiago Wanderers (1975-1982):

"Mi figura es controvertida, porque soy autoritario y sin medias tintas"

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Hace tiempo que públicamente no hablaba de fútbol, ni de Santiago Wanderers, club en el que marcó toda una época. Renzo Arata sabe que su figura tiene personas que lo elogian, pero también detractores. Existen hinchas, futbolistas y exdirigentes que lo ubican en el podio como uno de los mejores presidentes del Decano, mientras hay otros que lo critican sin contemplación.

Arata tiene hoy 81 años. No es el hombre de sangre italiana, impulsivo, capaz de garabatear a los árbitros y retirar al equipo de la cancha, o aquel que se enfrentaba cara a cara con aquellos jugadores que según su criterio, simplemente no estaban rindiendo. Hoy, en su hogar en el sector de Jardín del Mar, es un tipo más reflexivo, aunque cada ciertas respuestas es evidente que hay situaciones que no olvida o que en el presente no puede dejar pasar.

No tiene buenos recuerdos de la intervención de algunos funcionarios de carabineros en la institución luego del Golpe de Estado, aunque se consideraba un "amigo" del exgeneral César Mendoza, y tampoco de los directivos de la Asociación Central de Fútbol de aquella época. "Rolando Molina, que en paz descanse, fue un 'cáncer' para el medio", señala.

La conversación es extensa con el también exgerente de la desaparecida empresa Costa.

Tiene innumerables historias relacionadas con Santiago Wanderers y todas arrancan en 1966, cuando el presidente Juan Milesi, junto a otro grupo de altos dirigentes caturros, parte a Europa para acompañar a la Selección Chilena en su periplo por el Mundial de Inglaterra.

"Se fueron por casi tres meses y yo quedé como una especie de presidente interino. (Juan) Milesi me dijo quédate a cargo y se debe un millón de pesos, el problema es que a la semana me di cuenta que la deuda era de cinco", recuerda de inmediato, así como también como su primer cara a cara con Vicente Cantatore, quien acababa de llegar a la institución. "Lamentablemente, en ese momento entré creyendo en el 'Viejo de Pascua', pagando todas las letras pendientes que habían firmado los dirigentes antes de irse a Europa... sin plata tuve que decirle a los jugadores que les íbamos a bajar sus remuneraciones a la mitad, pero que si ganaban dos encuentros consecutivos recuperaban el cien por ciento y si vencían en cuatro yo les agregaba un bono gracias a la recaudación. Así llegamos a cinco fechas del final y con seis puntos de ventaja en la punta, hasta que volvieron los dirigentes, desconocieron todo y terminamos perdiendo, creo que por dos puntos, ese campeonato".

- Y después su vuelta se dio en 1975, ya como presidente de Santiago Wanderers.

- Me pillaron volando bajo.

- ¿Volando bajo?

- El club estaba intervenido por carabineros y era un desastre, con alguna gente de buenas intenciones, pero muy limitada.

- ¿Cuánto dinero puso en la institución?

- La empresa Costa pagó 100 millones de pesos mensuales por la publicidad en la camiseta, y personalmente puse cerca de 700 mil dólares porque cuando yo liquidaba a los jugadores les pagaba con cheques míos, incluso sabiendo que no iba a seguir. Los mismos futbolistas me decían ¿por qué no nos paga con documentos del club? Yo me fui en 1982 de Wanderers y terminé de pagar tres años más tarde, pero eso me lo comí sólo por cariño al club.

- ¿No recuperó dinero con la venta de jugadores como Juan Carlos Letelier, Jorge García o Alejandro Arancibia?

- Todo lo que se logró se volvió a meter para pagar las deudas.

- Usted fue presidente de un Santiago Wanderers muy lejano de lo que hoy es un club concesionado.

- Y es que habían giles como yo, y jugadores de Valparaíso muy identificados con la institución. También había mucha pasión por la camiseta y los dirigentes éramos gente cercana a la barra, eran tiempos en que me metía a la cancha porque el árbitro nos estaba saqueando.

- ¿Pasado el tiempo, se arrepiente de haber asumido en Santiago Wanderers?

- No me arrepiento por la hinchada, pero sí porque hubo momentos complicados. Porque en los últimos años no era un misterio que de manera solapada, exdirigentes de esa época y que querían regresar, hablaban con algunos jugadores para tirar para atrás al equipo.

- Una administración que en lo futbolístico estuvo marcada por el primer descenso en 1977.

- Ese fue un golpe durísimo. Esa campaña estuve 90 días en el hospital y allá llegaban los jugadores. Lamentablemente, confié en algunos jóvenes carabineros y dirigentes que terminaron con el club en Segunda.

- ¿No habrá sido uno de sus pecados el traer jugadores sin saber mucho de fútbol?

- Yo no contrataba jugadores. A los únicos que traje fue a Chamaco Valdés y a Lamberti. A los futbolistas los traían los carabineros y después se olvidaban de ellos.

- ¿Extraña algo de esa época?

- El fútbol es actualmente una actividad muy despersonalizada.

- Algunos miembros de aquellos planteles recuerdan que usted era un directivo muy cercano a los jugadores.

- Es que nosotros buscábamos el compromiso de los futbolistas, especialmente de aquellos que nacieron y vivían en Valparaíso. Pero también había que cuidarlos, porque los hinchas son muy buenos para apoyar, pero también para el carrete y si no los vigilábamos los íbamos a perder. Habían algunos que tomaban para pasar la pena y para festejar, la verdad es que tomaban siempre. Habían ocasiones en que los pillaba, les daba un café y a jugar. A los de casa uno los perdonaba porque se la jugaban, pero habían otros malos a los que no se les podía perdonar.

- Su relación con la Central de Fútbol no era buena...

- Nunca nos ayudaron con un peso. Santiago Wanderers se financiaba solo... Abel Alonso le pagó una tonelada de plata a Everton y después nunca se la devolvieron porque Antonio Bloise papá, quien era mi amigo, era un tipo muy simpático y arreglaba las cosas en una comida.

- ¿Cómo analiza la relación de las sociedades anónimas y el fútbol?

- Las S.A. tienen cosas positivas y negativas. Hoy, en Wanderers, el único que representa algo es el 'Lafrentz chico', hijo de un presidente muy especial, porque del resto la verdad es que no sé de que manera sienten a la institución, y en ese sentido, más allá de que no estoy de acuerdo en muchas cosas, al menos Reinaldo Sánchez fue un hombre que nos sacó campeones.

- ¿Nunca tuvo la posibilidad de volver al Decano?

- Una vez me llamaron, pero estaba en otra. Yo salí muy golpeado del fútbol. De Santiago Wanderers también salí asqueado por las corrientes subterráneas lideradas en ese momento por (Jorge) Lafrentz, (Hernán) Cortés y el mismo 'Cucho' Prat, quien fue quien me advirtió que los otros dirigentes querían volver y estaban dispuestos a todo para ello. Después estuvieron un año y le entregaron el club a un fresco como Bernardo Salazar.

- Pero si usted llevó a Salazar al directorio.

- Un tipo nefasto... un 'gato de campo'. Un tipo que cambió mucho desde que lo conocí y hasta que llegó a la presidencia.

- ¿Quién fue mejor presidente, Jorge Lafrentz padre, Renzo Arata o Reinaldo Sánchez?

- Yo no puedo hacer esa comparación porque Lafrentz era un tipo muy diplomático y caballero, pero no ponía un peso y no se arriesgaba a nada. Yo me equivoqué mucho porque confié en gente en la que no debería haberlo hecho, y de Reinaldo Sánchez, sus métodos no me gustan, pero tuvo éxitos.

- ¿Usted no volvería al club?

- Pero ¿en qué podría ayudar?

Quizás si tuviese 20 años menos lo pensaría.

- ¿Cómo piensa que es recordado por los hinchas?

- Mi figura es controvertida. Amor u odio. Soy autoritario y no me gustan las medias tintas. Es sí o no, porque hay que definirse. Si yo me trazo un camino hay que pisar callos.

"De Santiago Wanderers salí asqueado por las corrientes subterráneas lideradas en ese momento por (Jorge) Lafrentz, (Hernán) Cortés y el mismo 'Cucho' Prat, quien fue el único que me advirtió que los otros dirigentes querían volver y estaban dispuestos a todo para ello""

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Tenemos enormes expectativas de que le quiten los puntos que le dieron a la Selección Chilena y que haya normalidad en las Clasificatorias".

Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA)