La emergencia sirvió para comprobar que el aeropuerto Torquemada, de Concón, tiene capacidad para recibir vuelos comerciales en condiciones de plena seguridad. El hecho ocurrido el martes, cuando un vuelo de Sky, con destino Antofagasta, presentó problemas en su tren de aterrizaje tras salir de Santiago y debió descender de urgencia, demostró la capacidad del campo aéreo local.
Y no es primera vez que Torquemada -feo nombre en la historia- acoge operaciones comerciales. Con posterioridad a 1977, cuando se desarrolló el proyecto de la base aeronaval que allí comenzó a operar tras dejar El Belloto, incursionó en operaciones comerciales la desaparecida empresa Ladeco, habilitándose incluso instalaciones de tierra. La iniciativa fue abandonada, pero se mantuvo la inquietud y la planta física del terminal. Así, reiteradamente el aeropuerto ha acogido aterrizajes de emergencia, como el del martes, pero entretanto cobra interés su utilización regular en operaciones de vuelos de bajo costo, dadas nuevas demandas, condiciones del mercado y la evidente insuficiencia del aeropuerto de Santiago.
Al respecto, la empresa JetSmart ha mostrado interés en operar en ese punto. Lógicamente, apoyan la propuesta el alcalde de Concón, Óscar Sumonte, y autoridades locales, que ven el potencial y los alcances de ese terminal para la vinculación aérea de la Región con el resto del país y también con el exterior, tanto en servicios de pasajeros como en carga.
Las posibilidades de pasajeros están especialmente en el movimiento turístico propio de la Región, considerando además vinculaciones con la maltratada industria de los cruceros, generalmente asociada a demandas de servicios aéreos.
Dentro de este cuadro positivo también reconoció las condiciones de operatividad del aeropuerto el seremi de Transportes, Mauricio Candia, expresando interés por la consolidación de "un modelo de negocio comercial para la Región", junto con agregar que en esa dirección se está trabajando.
Para llegar a una operatividad regular se requiere una inversión de $ 10 mil millones, que serían aportados por el Gobierno Regional y el Ministerio de Obras Públicas. Ello supone una definición presupuestaria y un afinamiento del proyecto, más allá del entusiasmo del momento.
Fuera de la inversión y las condiciones de seguridad, se deben cubrir demandas administrativas para el caso de operaciones internacionales con dotaciones de Policía, Aduana y Servicio Agrícola y Ganadero.
Las condiciones generales están dadas y es necesario dar pasos concretos en una iniciativa que abre la posibilidad de poner al día a la Región de Valparaíso en las exigencias de transporte del Siglo XXI, materia en la cual presenta un inexcusable rezago.