David Pizarro y Santiago Wanderers
El exjugador porteño ha sido criticado por la forma en que partió del club e incluso sacaron su foto de la galería de ídolos. Eso de exigirles perfección a los futbolistas suena a no entender que precisamente sus errores -que en el caso de Pizarro han sido varios- son parte de una historia.
El maestro de generaciones de periodistas deportivos, Renato González Moraga, conocido masivamente por su seudónimo de "Míster Huifa", escribió hace décadas un párrafo en la revista Estadio sobre el carácter de los wanderinos. "Los santiaguinos no comprendemos a veces el modo porteño de mirar el fútbol. Y acostumbramos comentar risueñamente sus tropicalismos wanderinos. Es que quizá nos falta la pasión que ellos tienen, nos hemos puesto escépticos y no sabemos vibrar como ellos vibran. Y nos olvidamos que para el porteño de ley, Wanderers es más que un club de fútbol. Es la casa de la infancia, el patio del liceo, la esquina del viejo barrio, la novia de siempre".
El sentimiento que tan bien refleja el cronista sirve para entender un poco a quienes no profesan ese "credo verde", por qué la destemplada reacción que se ha generado contra un jugador como David Pizarro, que hasta hace muy poco era considerado un ídolo. El fútbol -y en este caso Wanderers- provoca muchas veces actitudes que no se observan en otras actividades. Y lo que para muchos podría parecer una justificación, en realidad es un reproche.
Porque a esta altura parece una contradicción el odio ciego contra quien tiene una historia tan ligada a Valparaíso y a su club.
En el profesionalismo son muy pocos los casos de jugadores que han defendido una sola camiseta, y si ellos fueran los únicos dignos de admiración, la galería de estrellas estaría casi despoblada.
Eso de exigirle perfección a los futbolistas suena a no entender que precisamente sus errores -que en el caso de Pizarro han sido varios- y aciertos son parte de una historia. Y precisamente esa historia es la que no se puede eliminar con el odio o el desprecio. Porque está ahí, en las paredes, pero también en los recuerdos.
Los que condenan el cambio de camiseta del "Fantasista" probablemente no están al tanto que Juan Olivares, acaso el jugador más emblemático de Santiago Wanderers, defendió a otros siete equipos durante su carrera.
El avance de los años ayuda a suavizar los juicios más duros, como explicó el historiador y dirigente caturro Gonzalo Serrano. El académico afirmó que "va a pasar el tiempo y seguramente Pizarro va a poder volver al lugar que le corresponde".
Probablemente en el futuro la imagen del jugador no provoque la pasión ni el rechazo de hoy. Seguramente si hubiera un acto de contrición de su parte, ese reencuentro estaría más cerca. Sin embargo, vale la pena recordar que la historia -con sus claros y oscuros- no se borra sacando una foto que estaba colgada en una muralla.