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Estadísticos desmenuzan los errores comunes de las encuestas

CAMPAÑAS. Cuando se acercan las elecciones estos instrumentos cobran mayor relevancia, pese a sus cuestionamientos, pero no son los únicos, pues también existe la medición neuropolítica.
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Cristián Rojas M.

A medida que se acerca la fecha de las elecciones presidenciales y parlamentarias, las encuestas van tomando cada vez más importancia en la agenda pública, y mientras aquellos que salen favorecidos en ellas las exhiben como una muestra casi irrefutable de la realidad, quienes no obtienen resultados satisfactorios las cuestionan, relativizando su importancia y poniendo en tela de juicio la seriedad de esos estudios. ¿Qué tan confiables son estos instrumentos?

Para la estadístico de la PUCV Lynda Contreras, "la metodología es importante para calificar los resultados de una encuesta. La manera más confiable de obtener resultados es aplicando un muestreo probabilístico, donde cada individuo de la población objetivo tiene la misma probabilidad de resultar seleccionado para responder una encuesta. Sin embargo, no siempre se tiene el marco muestral adecuado para llegar hacer eso. A veces se recurre a muestreos no probabilísticos, como encuestas de intercepción en la calle, pero usando mecanismos que busquen mantener la representatividad de la muestra, esto es por cuota según sexo y edad, por ejemplo".

Contreras, quien también es analista del Programa de Estudios Sociales y Desarrollo de la PUCV, precisó además que "las tasas de respuesta también nos dan luces de qué tan certeros son los resultados y la metodología de reemplazo. El caso particular de una encuesta política, de elecciones específicamente, tiene la gran complejidad de que el voto es voluntario, y por tanto, no se tiene una información razonable de quiénes van a votar o no".

Consultada sobre si hay sesgos, en el sentido de invisibilizar aspectos que no le convienen a quienes contratan las encuestas, Contreras afirmó que "no me consta, pero los podría haber. Por una parte, podrían omitirse preguntas que no convengan a alguien o preguntar de una manera sesgada. Un tercer elemento tiene que ver con la selección de la muestra. Podría darse el caso de seleccionar una muestra sesgada, independiente de la metodología usada. Por tanto, es muy importante que la ficha técnica entregue información suficiente que permita inferir la metodología usada".

En cuanto al tipo de control que se puede ejercer sobre estos procesos, para asegurar si fiabilidad, expuso que "cada consultora u organización responsable del levantamiento de encuestas puede tener sus propios mecanismos de control, como por ejemplo esto puede hacerse con supervisores en terreno, en el caso de encuestas cara a cara, o llamadas de teléfono para verificar que efectivamente se haya hecho la encuesta".

No obstante, aclaró que "en Chile no existe un organismo autónomo que controle las metodologías empleadas por los distintos organismos que se dedican a hacer encuestas".

Para el director de la carrera de Ingeniería en Estadística de la Universidad de Valparaíso, Carlos Henríquez, experto en encuestas y sondeos, una de las claves es cómo se seleccionan las unidades de estudios para poder realizar una encuesta, y otro aspecto crucial es formular adecuadamente las preguntas de la encuesta, que no induzcan a una determinada respuesta y que no den lugar a dobles lecturas o interpretaciones, de modo que se responda objetivamente a lo que se está consultando.

También es fundamental que el tamaño muestral sea adecuado, "en el fondo, qué tamaño de muestra debo seleccionar, de tal forma que lo que ocurra en la muestra realmente represente lo que ocurre en la población. Si quiero estimar la edad promedio de los alumnos que van a primero básico, y por otro lado, quiero estimar la edad promedio de las personas que van a la plaza el día domingo, no necesitaría el mismo tamaño de muestra", precisó Henríquez.

Respecto de los tipos de encuesta, como telefónicas, presenciales o por internet, el académico hizo notar que a las que se hacen a través de páginas web, "los medios de prensa serios de Estados Unidos que las utilizan le llaman sondeos, no le llaman encuestas, pero aquí en Chile le llamamos encuestas. Además la encuesta web no considera el hecho que depende mucho de si la persona le interesó o no le interesó la noticia, entonces la respuesta es dependiendo del tema y las circunstancias, si le atañe o no a las personas que están involucradas, por eso que las encuestas web no son encuestas propiamente tal, sino solamente sondeos".

Pero las encuestas no son el único mecanismo que mide la percepción de los ciudadanos sobre los políticos. Un concepto poco conocido es el de neuropolítica, sobre el cual la escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás estuvo realizando un estudio ayer en la plaza Cívica y en las afueras del Congreso, en Valparaíso, en el cual mediante un electroencefalograma se evaluó la actividad cerebral de transeúntes frente a fotografías de candidatos a la Presidencia, imagen que iba acompañada de un concepto y la gente debía responder Sí o No, según su nivel de asociación de ese concepto al candidato. El académico Alfredo Sherrington, a cargo del estudio, explicó que "esta es un área de neuropolítica que permite, de alguna manera, visualizar los cambios que puede generar el discurso, que pueden generar las promesas en las personas, como así también qué es lo que pasa en una persona cuando siente que no cumplieron, porque no es sólo un tema de ideas, es un tema que genera incluso impacto neuropsicológico".

El estudio, agregó Sherrington, evalúa "la actividad emocional que genera también la imagen de algunos candidatos frente al concepto, y en ese sentido, lo que nosotros planteamos es que nuestro cerebro tiene una parte que es muy racional, pero también tiene una parte emocional y los estudios a nivel mundial muestran que gran parte de nuestras decisiones tienen un componente emocional muy fuerte, de hecho, uno pudiese indicar que en este tema político finalmente las personas pueden no recordar algunos datos duros, pero finalmente está el tema de creencias, a mí me gusta tal candidato, no es que haya hecho un análisis crítico, lógico y racional del candidato".En términos prácticos, este tipo de estudios puede aplicarse "para diseñar la campaña, desde cómo colocar una imagen que cerebralmente guste más, el color, el brillo de los ojos, una pequeña sonrisa, técnicas como tocar a la gente, porque el candidato aparece más cercano, el que coman con la gente es una de las técnicas que también más se utiliza para generar confianza, así como el bailar, un acto tribal del ser humano y cuando veo a mi candidato o candidata bailar con las personas, se siente cercano, es de mi tribu, es lo que yo haría, que es un tema que fundamentalmente no es racional, sino emocional", expuso el académico.

Sin embargo, hay casos en que una respuesta puede ser válida para Sí o para No, como en el caso de una imagen de Piñera en que dice "Buen empresario". Algunas personas pueden responder Si, teniendo en cuenta la fortuna que ha hecho en base a sus negocios, pero también pueden dudar de ello y poner No, al reparar en que ha evadido impuestos, lo cual no es propio de un buen empresario.

Sobre ese punto, Sherrington precisó que "en algunos casos aparece por un lado la respuesta directa, si fue Si, y por otro lado vamos a ver el tema emocional, que puede ser contradictorio en relación a las sensaciones, es decir, puede aparecer que es un buen empresario, pero emocionalmente me parece malo, entonces, por un lado está el tema racional en la repuesta Si o No, y por otro lado nosotros podríamos buscar y medir el tema emocional, cuando piensan 'creo que sí, pero no me gusta el cómo lo hizo'".

La primera en someterse a la prueba fue Natalia Pavez, quien señaló que la experiencia le pareció "súper interesante, porque es relacionar lo que es la ciencia, lo que hace tu pensamiento momentáneo, con una imagen. Es interesante saber cómo funciona el cerebro frente a una imagen, y sobre todo los políticos, que es un tema tan cuestionado ahora. Todos queremos saber, sobre todo los jóvenes, que estamos tan alejados de la política".

En cuanto a los conceptos que aparecían asociados a la imagen de los políticos, consideró que "algunos eran adecuados y otros no, aunque eran súper directos, en una salía Piñera y decía corrupto, en una salía Guillier, si era asertivo o no, pero está bien porque representa la opinión de algunos".

Tras ella, Franco Fuentes comentó luego de pasar por la prueba que "es algo fuera de lo común y me pareció bueno, algunas palabras coincidían con la cara, como por ejemplo, Piñera con corrupto".

"Una encuesta política, de elecciones, tiene la gran complejidad de que el voto es voluntario, y por tanto, no se tiene una información razonable de quiénes van a votar o no"

Lynda Contreras, Estadístico PUCV"


Si los márgenes son estrechos, no son predictores confiables

Según explicó el doctor en Estadística Jorge Galbiati, académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), hay aspectos a tener en cuenta para intentar dilucidar si una encuesta política es fiable o no, y uno de ellos es la diferencia entre los resultados que arrojó esa encuesta entre uno y otro candidato. "Si marca una diferencia grande, por supuesto que es decidor, pero cuando hay diferencias pequeñas no hay que confiar mucho, puede que los resultados sean distintos después. Por ejemplo, está el caso del Brexit, que las encuestas decían que iba a ganar el No y ganó el Sí. También está el caso de Colombia y el plebiscito por el acuerdo de paz con las FARC, donde las encuestas también se equivocaron. En ambos casos el resultado de las elecciones, como el de las encuestas, fue estrecho, lo mismo ocurrió con las encuestas previas a la elección de Trump, que daban por ganadora a Hillary Clinton".

Otro aspecto a considerar es que "hay personas que mienten, otros cambian de opinión, y algo muy importante es que en las muestras hay un buen porcentaje de personas encuestadas que finalmente no votan", agregó.

34% del padrón electoral votó en las últimas elecciones municipales. Para el estadístico de la PUCV Jorge Galbiati este aspecto no se puede obviar, pero en los estudios se encuesta también a quienes no votan.

2016 elecciones municipales Fueron las que tuvieron la mayor abstención de votantes en la historia, con un 66%. El encuestar a quienes no votan puede llevar a que el estudio sea poco fiable, advirtió Galbiati.

700 encuestados es un tamaño muestral no muy grande y que debería dar un margen de error superior a 4%, que es el que informan algunas encuestas con ese tamaño, según hizo notar el académico.