El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció ayer que aplicarán sanciones económicas a más de una docena de compañías rusas y chinas, así como a personas de esas nacionalidades, por su colaboración con el régimen de Corea del Norte, en un nuevo intento de elevar la presión sobre Pyongyang por su escalada militar.

"Es inaceptable que individuos y empresas de China y Rusia faciliten a Corea del Norte a lograr ingresos utilizados para desarrollar armas de destrucción masivas y desestabilizar la región", afirmó Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, a través de un comunicado.

Aplicación de sanciones

Las anunciadas sanciones por parte del organismo del Gobierno del Presidente Donald Trump afectarán a 10 entidades y a seis individuos entre los que figuran Dandong Rich Earth Trading y Mingzheng International, empresas con sede en China y que, en ocasiones anteriores, han facilitado acceso al sistema financiero internacional de Corea del Norte; y a la compañía Gefest-M LLC y a su director, Ruben Kirakosyan, empresa con sede en Moscú.

Como consecuencia quedarán congelados los activos que éstas compañías puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y se les prohibirá realizar transacciones financieras con ciudadanos norteamericanos.

El secretario Mnuchin recalcó que "continuaremos incrementando la presión sobre Corea del Norte, apuntando directamente a aquellos que respaldan el progreso de los programas de misiles balísticos y nucleares, y forzando su completo aislamiento del sistema financiero estadounidense".

Argumentos

La decisión de Washington se produce luego de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votara, a comienzos de agosto, y de manera mayoritaria, sancionar al régimen de Kim Jong-un con el respaldo de Rusia y China.

En contexto, la tensión militar entre Estados Unidos y Corea del Norte ha disminuido luego de las amenazas verbales entre los mandatarios de ambas naciones ocurridos en las últimas semanas.

Trump, por su lado, advirtió a Pyongyang que su administración respondería con "fuego y furia" a las amenazas del régimen de Kim Jong-un quien había amenazado con atacar la isla estadounidense de Guam ubicada en el Pacífico occidental, mientras que el Presidente de EE.UU. indicó que China, único interlocutor de Norcorea, debe hacer más para rebajar la escalada militar.

Los talibanes advirtieron ayer que Afganistán se convertirá en el cementerio de los soldados de Estados Unidos, luego de que el Presidente de ese país, Donald Trump, anunciara el lunes que haría un aumento indeterminado de sus tropas en el país asiático y que realizaría "cambios drásticos" en su estrategia militar contra los fundamentalistas islámicos.

Aunque el lunes el Presidente Trump no precisó el número de tropas que enviará a Afganistán, fuentes del Congreso norteamericano, citadas por los medios de ese país, indicaron que serán alrededor de 4 mil los militares que engrosarán las filas estadounidenses en el país asiático, donde ya hay destinados cerca de 8.400 militares.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, celebró la decisión de su homólogo norteamericano. "(Esta) es la prueba de que Estados Unidos está con nosotros, sin límite de tiempo", dijo.

"Mientras que un soldado de Estados Unidos permanezca en el país (...) continuaremos con nuestra 'yihad' contra ellos con la moral fuerte, con plena voluntad y más sobriedad que nunca", detalló Zabihullah Mujahid, líder de los talibanes.

El portavoz de la agrupación también afirmó que la liberación del territorio afgano "de los invasores" supone una obligación religiosa y moral para los ciudadanos del país y que "era necesario que América (Estados Unidos) pensara en retirar sus fuerzas militares en lugar de continuar la guerra", señalando que Afganistán no representa "ninguna amenaza para nadie".

Mujahid aseguró que el grupo de "insurgentes" continuarán en la lucha, que ya se ha extendido por casi 16 años, hasta que EE.UU. abandone el país.

"Si los estadounidenses no retiran sus fuerzas de Afganistán, no está lejos (el día en que) Afganistán se convertirá en el cementerio del siglo XXI del imperio estadounidense", indicó el líder talibán en un comunicado remitido a la agencia de noticias EFE.

Según un informe del Inspector Especial para Afganistán (SIGAR) de Estados Unidos, divulgado este mes, la guerra en Afganistán está "estancada" con los insurgentes, quienes controlan el 40% del país.

Frente a la fragilidad del Gobierno afgano, los talibanes están establecidos en amplias zonas del este y del sur del país.

Washington llegó a tener hasta 100 mil soldados desplegados en Afganistán en 2010. Hoy, esa cifra se ha reducido a 8.400 (que alcanzan los 13 mil con los aportes de otros países pertenecientes a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Elevar la moral

El anuncio del aumento de tropas intentaría elevar la moral del ejército afgano, cuyas filas se debilitan frente a las operaciones insurgentes.

"A pesar de los aproximadamente 70 mil millones de dólares que Estados Unidos ha invertido en sus fuerzas armadas, las afganas aún no son capaces de asegurar todo el país", advirtió el Inspector General para la Reconstrucción de Afganistán del Congreso estadounidense a principios de año. Según sus estadísticas, las fuerzas militares del país asiático apenas controlan un 57 % del territorio afgano.

Las agrupaciones talibanes han ido reconquistando el resto desde que la OTAN pusiera fin a su misión militar a finales de 2014.

"Haremos un indeterminado aumento de las tropas estadounidenses en Afganistán"

Donald Trump, Presidente de EE.UU."