Ilustrador resultó el interesante seminario "Chile 2035: plataforma logística-marítima-portuaria 3.0 con el Asia Pacífico", realizado ayer por la Liga Marítima en el hotel O'Higgins de Viña del Mar, en el cual saltaron a la palestra las reflexiones entregadas por el excomandante en Jefe de la Armada, Enrique Larrañaga; el presidente de la Cámara Marítima Portuaria, Daniel Fernández; el intendente Gabriel Aldoney y el ex Presidente Ricardo Lagos.
En su primera intervención pública tras dejar el mando, Larrañaga hizo un completo repaso de la indispensable función de seguridad, protección y fiscalización de la Directemar, detallando los cuerpos legales que aglutinan el reglamento de orden seguridad y disciplina; la ley de navegación y la ley orgánica de la institución, con tuición sobre las concesiones marítimas, el código ISPS de gestión de riegos y su rol en puertos de seguridad, servicio y medioambiente en el combate a la piratería, terrorismo, contrabando, robo y otras amenazas emergentes, amén del relevante proyecto Fénix de modernización de la red de ayudas a la navegación.
Daniel Fernández, en tanto, se refirió a la vertiginosa evolución del escenario comercial marítimo de los últimos 20 años y las nuevas alianzas comerciales que hoy alcanzan al 64% de la población mundial, con Chile como líder mundial en la exportación de arándanos, cerezas, fruta, cobre, celulosa y yodo, entre otros productos.
El diagnóstico, sin embargo, es crudo: Chile ha perdido tranco en el índice LPI de desempeño logístico y eficacia desde el año 2007, frente a países con marcado crecimiento como Panamá y los líderes mundiales tales como
Alemania, Holanda o Singapur.
"No tenemos concepto de cadena logística: estamos estancados", dijo Fernández, llamando la atención sobre la visión fragmentada de la cadena, que a su juicio es consecuencia de una institucionalidad fragmentada.
Dentro de los factores a considerar, los expertos coincidieron en los nuevos eventos climáticos, entre ellos las marejadas; una mayor concentración de las navieras; el explosivo tamaño de las naves; la ampliación del canal de Panamá; las capacidades diferentes en infraestructura; la creciente participación ciudadana y las mayores exigencias medioambientales.
Para remediar estas falencias, se propone -en boca de la Camport- el estudio de las ampliaciones, la coordinación de puertos estatales y privados, además de la incorporación de ferrocarriles de carga y una conectividad y coherencia territorial hoy ausente.