"Donde se protegió en una lógica de secta, más que de partido, obtuvimos malos resultados"
"Hay un movimiento subterráneo que no es capaz de leer ninguna empresa de encuestas", sostiene la diputada María José Hoffmann, quien acaba de ser reelecta con la primera mayoría regional de la UDI. Un escenario, indicó la legisladora gremialista, que fue advertido en la elección interna de su partido y que explica por qué ningún sondeo pudo prever el resultado del Frente Amplio en la elección presidencial y parlamentaria.
- ¿Cómo se explican los más de 34 mil votos -el doble de sus compañeros de lista- en el debut de un sistema electoral que dejó a muchos en el camino, entre ellos varios gremialistas?
- A las mujeres siempre nos cuesta más generar expectativas positivas. Siempre fui vista como la rival más débil, ya que venía del distrito de San Antonio, que sólo representaba el 17% del nuevo megadistrito 7, pero hicimos una campaña intensa, muy autoexigente. Por eso la primera mayoría la tomo más como una responsabilidad que como un premio.
- ¿Ocupará un lugar en el equipo de Piñera de cara a la segunda vuelta?
- Él nos ha pedido a todos, a los que ganamos y a los que perdieron, que asuman un rol relevante, así que hemos estado coordinándonos de cómo vamos a enfrentar el trabajo en la región. Yo, por lo menos, no voy a bajar el ritmo, tenemos el desafío de ganar la segunda vuelta y en mi caso para concretar el cambio positivo que ofrecimos en la región, así que estoy dispuesta a ocupar el lugar que el Presidente me pida.
- En la región, la UDI sólo sacó dos de los tres diputados que tenían como meta y no lograron ningún senador. ¿Qué debiera hacer la directiva de su partido?
-La UDI tiene que hacer una autocrítica profunda. Se cometieron muchos errores graves, hubo privilegios, abusos de poder, protecciones innecesarias y la directiva de la UDI no entendió que la competencia es clave para obtener buenos resultados. Donde protegió, perdió. Por eso de aquí tenemos que sacar una gran lección, porque efectivamente quedamos en una posición un poco más debilitada, pero aún tenemos grandes figuras, grandes cores, como Manuel Millones, Eugenio González, Mauricio Araneda, que fueron primeras mayorías en sus comunas y con los que yo trabajé. También la misma Virginia Reginato. Entonces, para ganar la segunda vuelta tenemos que reorganizarnos y poner una voz de alerta no sólo en la región, sino que a nivel nacional.
- ¿Cuáles fueron los errores?
-La exclusión de la competencia, la protección de los candidatos. En la parlamentaria de la Quinta Costa vimos competencia entre incumbentes y cartas competitivas no incumbentes y eso generó que tuviéramos un buen resultado. En otras comunas, donde se privilegió, por ejemplo, a miembros de la directiva o a figuras nuevas -que está bien que existan, pero hay que saber hacer una buena combinación- nos fue mal. Y por eso donde se protegió en una lógica de secta, más que de partido, obtuvimos malos resultados.
- O sea, ¿más que proteger había que arriesgar?
- Había que haber hecho lo que se ha hecho siempre: buscar a los mejores candidatos y competir. Ahí está la clave de por qué la UDI se transformó en el partido más grande de Chile, pero cuando empiezas a proteger a amigos en vez de poner cartas competitivas pasa lo que pasó, malos resultados.
- A su juicio, ¿qué debiera hacer Jacqueline van Rysselberghe, la timonel gremialista?
- Hacer una autocrítica, porque la estrategia fue errada. Y en vez de haberla tenido a ella 20 segundos en la franja, me hubiera gustado que hubiera estado nuestra candidata a senadora Andrea Molina participando en la franja. Fue una estrategia debilitada.
- ¿Por qué?
- El tema de fondo es que hubo un diagnóstico equivocado frente a la nueva izquierda. En la campaña interna se rieron de nosotros cuando hablábamos de esta nueva izquierda y hoy ha quedado más que claro que imponiéndose electoralmente está aclarando la pugna al interior de la izquierda. Y ese error de diagnóstico, a nivel de directiva, nos causó un gran daño en términos de resultados electorales.
- ¿Avala la tesis de Bellolio?
- Totalmente. Yo fui parte de su equipo y ha quedado demostrado que ningunear a esta nueva izquierda fue un error y por eso la directiva tiene que hacerse cargo de los malos resultados.
- ¿Y cómo debe enfrentar la UDI a esta nueva izquierda?
- El Frente Amplio ha sido bueno para movilizar y gritar los problemas y nosotros, como centroderecha, tenemos que ser capaces de generar las soluciones. Ellos gritan no más AFP y nosotros tenemos que ofrecer mayores y mejores pensiones; ellos gritan no a la Ley de Pesca y nosotros tenemos que hacernos cargo del problema de los pescadores. No puede ser el odio lo que termine definiendo la elección presidencial. Al final, el Frente Amplio ha reinstalado la lucha de clases.
- ¿La directiva regional -encabezada por Carlos Briceño, que también perdió su repostulación al Core- tiene alguna responsabilidad?
- Él asumió en un periodo transitorio para poder generar los acuerdos entre costa y cordillera y en estos meses él lo hizo de forma voluntaria. Creo que las definiciones no pasan por la región, sino que a nivel nacional.
- En la línea de las estrategias y las responsabilidades, ¿se sintió apoyada por la alcaldesa Virginia Reginato?
- Absolutamente, muy apoyada. Ella fue clara desde un principio de que tenía su candidato, y eso es legítimo porque ella trabajó con su candidato durante años, pero a mí me abrieron las puertas de una manera muy generosa, específicamente ella. Quiero personalizarlo en ella. Fue generosa, grabó un video, me acompañó en algunas cosas, siempre estuvo pendiente.
- Sin embargo, los candidatos que no tuvieron un apoyo más explícito de parte de ella sacaron mejores votaciones y su candidato, Osvaldo Urrutia, disputó cada voto con Jorge Castro. ¿Se le puede endosar cierto fracaso ahí?
- Lo que pasa es que seguir pidiéndole a la Coty que sea responsable de todos los resultados electorales después del de ella me parece injusto. Los candidatos ganamos o perdemos de acuerdo a nuestros propios talentos y errores. Nosotras lo conversamos y le dejé claro que yo me quería ganar mis espacios. Si a la UDI le va bien o mal no depende sólo de sus figuras. Ya basta de abusar del liderazgo que ella ha tenido en la región. Por lo tanto, el mérito de los que ganaron es responsabilidad de los candidatos y la derrota de los que perdieron es responsabilidad de los candidatos.
- ¿Qué le pareció la derrota de Jorge Castro? Estuvo a pasos de destronar a Urrutia.
- Nuestro desafío era sacar a los tres diputados más fuertes. Yo quiero valorar la campaña que hizo Jorge porque con un desgaste y después de una derrota, era muy difícil lograr los resultados que él obtuvo. Tiene un doble mérito. Levantarse después de una derrota municipal y estar a menos de 500 puntos de lograr un escaño, me parece meritorio. Estuvimos a punto de sacar tres diputados y si no hubiera sido por la irrupción del Frente Amplio lo hubiéramos logrado.
- ¿Y el caso de Andrea Molina?
- No me esperaba su derrota. Creo que le faltó apoyo de la directiva. Yo también me sentí parte de su equipo y haberse concentrado sólo en los distritos más grandes puede verse como un error. Creo que hoy somos todos generales después de la guerra, pero creo que es una pérdida muy dolorosa para la UDI.
- ¿Cómo ve la segunda vuelta? ¿Será "ras ras"?
- Yo la veo con optimismo. La única forma de ganar es no despegar los pies de la calle. La izquierda sólo hace diagnósticos y nosotros debemos mostrar soluciones. Mostrando eso, ganamos la segunda vuelta.