Los últimos hechos acontecidos en torno a diversas agresiones sexuales que se han producido en la Región, no sólo nos han llevado a trabajar con un mayor ahínco en la resolución de estas investigaciones, sino que también nos permite reflexionar acerca del resguardo que se debe entregar a las víctimas.
A partir de esto, se hace importante entender la complejidad del fenómeno de los delitos sexuales, ya que se enmarca en una acción que conlleva la participación de uno o más agresores y una víctima, siendo esta última, vulnerada en su fuero más íntimo, como lo es la invasión de su corporalidad. De esta manera, es relevante consignar que dicha agresión será comprendida como una victimización primaria, la cual se define a partir de las consecuencias directas de un hecho traumático, el cual trae consigo un daño físico por un lado, y psíquico por otro, el que en gran parte de los casos, puede perdurar en el tiempo, agudizando incluso elementos psicopatológicos de base en las víctimas.
No obstante, existe otra consecuencia a partir un evento traumático de esta índole, el cual corresponde al proceso denominado como victimización secundaria, definido como el "conjunto de costos personales y consecuencias que tiene para la víctima, su intervención en el proceso penal, en el cual se enjuicia el hecho delictivo que ha sufrido. La victimización secundaria, resulta de la relación posterior establecida entre la víctima y el sistema jurídico-penal, contribuyendo a agravar el daño psicológico".
De esta manera, nuestra atención la volcamos en combinar nuestra experiencia práctica como policía, con los aspectos teóricos, los que nos indican que si bien la victimización secundaria, no es un aspecto evitable en un sistema que busca la efectiva investigación y esclarecimiento de delitos para su posterior penalización, es en el marco de este proceso y la participación de la víctima, donde los distintos integrantes del sistema somos los llamados a desplegar herramientas tendientes a minimizar las repercusiones negativas en la persona y así resguardar su integridad.
En este encuadre y como parte del proceso antes mencionado, el Centro de Asistencia a Víctimas de Atentados Sexuales (CAVAS), perteneciente a la PDI, presta sus servicios en la V Región desde el año 2001, sin embargo, cuenta con una experiencia avalada por más de 30 años al servicio de los afectados a nivel nacional. Si bien, uno de sus objetivos permanentes guarda relación con los requerimientos del Ministerio Público, es la asistencia integral a las personas, a través de un equipo multidisciplinario de profesionales que trabaja enfocado en la disminución de los efectos de la revictimización lo que a diario nos lleva a fortalecer nuestro rol de servidores públicos.
Así, para la Policía de Investigaciones de Chile, el principio que trasciende es el de la Responsabilidad Social, no sólo en la función policial de investigar y esclarecer delitos, sino también en el acompañamiento, orientación, producción de medios probatorios y reparación de las víctimas de delitos sexuales y sus familias.
Sergio Muñoz Yáñez
Prefecto inspector, jefe V Región Policial de Valparaíso