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CNCA otorga aporte permanente a 11 organizaciones culturales de la región

ARTE. A las cuatro entidades favorecidas este año, en 2018 se sumarán cuatro nuevas.
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Una jornada de ensueño vivieron la mañana de ayer once agrupaciones culturales en la sede del Consejo de la Cultura y las Artes (CNCA) de Valparaíso. La alegría no era menor, pues gracias a los programas Otras Instituciones Colaboradoras (OIC) e Intermediación Cultural, el próximo año museos, fundaciones y festivales contarán en conjunto con $ 830 millones para el desarrollo de sus actividades en la zona.

"Estos recursos permiten dar continuidad a acciones de instituciones reconocidas en la región y que en diferentes disciplinas artísticas, así como en el desarrollo comunitario y territorial, son un aporte. Con estos fondos no sólo permitimos generar actividades específicas, sino también financiar planes de gestión y mejorar condiciones de trabajo", destacó el director subrogante del Consejo Regional, Patricio Cerda.

Aporte incalculable

En esta nueva entrega, el programa OIC benefició a cinco entidades por la importante suma total de $ 367 millones.

Cuatro de ellas ya habían recibido recursos el 2017 y mantienen su continuidad para el año venidero. Se trata de los museos Vicente Huidobro de Cartagena y Fonck de Viña del Mar, además de la Corporación Cultural Crearte de Achupallas y la Fundación TeatroMuseo del Títere y el Payaso de Valparaíso.

En representación de esta última -y vestido con un particular atuendo acorde a su rol de actor y bufón- llegó Víctor Quiroga, director del organismo y quien no ocultó su alegría tras adjudicarse nuevamente el fondo, esta vez por $ 70 millones.

"Tener el OIC por segundo año consecutivo permite que nuestro proyecto cultural, que gira en torno al humor y la investigación del teatro de animación, logre mayor profundidad y por supuesto que este significativo aporte permite que sigamos proyectándonos y ayuda mucho a nuestra gestión", dijo Quiroga, quien además adelantó que los aportes serán empleados para dos eventos que ya llevan años de desarrollo: la Escuela Internacional de Payasos y el sexto Encuentro de Títeres de la entidad con más de una década de trayectoria.

Nuevas entidades

Pero este año, el OIC incluyó también a una quinta agrupación, que por primera vez obtuvo aportes. Se trata del Centro Cívico Capilla Santa Ana de Valparaíso que gozará de $ 74 millones para sus actividades, las que antes del apoyo del CNCA eran autogestionadas.

"Este dinero significa dar continuidad a un trabajo lleno de esfuerzo. Antes postulábamos a proyectos específicos y por montos pequeños, pero con el OIC el equipo que trabaja con nosotros al fin podrá tener una remuneración, algo que nunca habíamos logrado", explicó la representante de la organización encargada de talleres y carnavales en el cerro Cordillera, Bárbara González.

Rapa nui feliz

Por su parte, el Programa de Intermediación Cultural entregó en total $ 462 millones, a fin de fortalecer el trabajo en red y el acceso al arte y la cultura de la ciudadanía.

Durante dos años, la iniciativa financiará al sello independiente Recolector, así como a los festivales de Arte Sonoro Tsonami, Internacional de Fotografía de Valparaíso, Ojo de Pescado, y Docs Barcelona.

Además, el CNCA puso énfasis en los territorios insulares, entregando $ 67 millones a la Escuela de Música y Artes ONG Toki de Rapa Nui, organismo que destinará el dinero a talleres para más de 80 niños.

"Es un gran beneficio porque permite dar continuidad por dos años a nuestro trabajo. Además, esto acerca el territorio insular al continente y a la realidad de un lugar tan inhóspito como la Isla. Para nosotros es maravilloso", dijo el encargado de la ONG, Alejandro Muñoz, justo antes de dejar el Puerto para regresar a Rapa Nui.

"Este beneficio permite dar continuidad por dos años a nuestro trabajo y, además, acerca el territorio insular al continente"

Alejandro Muñoz, ONG Toki de Rapa Nui"

Liceo Gronemeyer lanza inédita editorial juvenil

LITERATURA. Libro de alumna quilpueína de 17 años será la primera publicación.
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Ayer, en una sencilla ceremonia, el Liceo Artístico Guillermo Gronemeyer de Quilpué lanzó su editorial independiente, cuya primera publicación será el libro "Los Observa Estrellas", escrito por la estudiante de tercero medio Valentina Guzmán Zúñiga.

énfasis literario

Enmarcados en el Plan Lector del establecimiento, los directivos y profesores realizaron magnos esfuerzos para generar este innovador espacio de expresión, que busca promover el pensamiento crítico de los estudiantes que cursan alguna de las tres menciones del Liceo Gronemeyer: Artes Visuales, Artes Escénicas y Artes Visuales.

Con sólo 17 años, Valentina Guzmán Zúñiga es el mejor reflejo de la nueva editorial de su colegio. Si bien nació en La Ligua, hace dos años vive en Quilpué, misma comuna donde se ubica su establecimiento educacional. Gracias a sus docentes y compañeros, su interés por la literatura pudo desarrollarse a cabalidad en las aulas y patios. Primero, con la escritura de poemas y canciones, y luego con breves historias de ficción que en un comienzo sólo conocían sus familiares y amigos.

La primera novela

Sin embargo, la adolescente que cursa la mención en Artes Escénicas, este año quiso ir por más y ayer lanzó su primera obra como escritora profesional, que de paso también pasará a la historia como el inicio de las publicaciones de la naciente editorial del Liceo Artístico Guillermo Gronemeyer.

"Los Observa Estrellas" es una novela cargada de emociones. Y es que a pesar de su juventud, la escritura de Valentina goza de una profundidad que nada tiene que envidiar a autores de trayectoria.

Pero acorde a su edad, el texto también aborda temáticas transversales para los púberes, al relatar una bella historia de amor adolescente entre Sam y Dan, configurado a partir de un tiempo complejo dominado por las redes sociales, y las luchas por la tolerancia e individualidad que afectan a las nuevas generaciones.

Mediante el diálogo permanente, la autora construye una narrativa breve pero potente, que permite a sus contemporáneos empatizar con las emociones de los protagonistas, muy similares a las que experimenta todo joven de la edad de Valentina.

medio cursa Valentina Guzmán, quien con sólo 17 años ya inició su carrera literaria. 3°

fue el año en el que el recinto educacional quilpueíno comenzó a llamarse Liceo Guillermo Gronemeyer. 1985