Con la vista perdida, quizá intentando encontrarle una explicación a lo ocurrido anoche en Playa Ancha, el entrenador Nicolás Córdova enfrentó a los medios de comunicación, haciendo una especie de mea culpa sobre el descenso.

"En esta llave pasó de todo, lesionados a última hora, enfermos, aunque no lo uso como justificativo. No tuvimos el control del partido, y al final se cometió un error grosero", comentó el DT caturro, agregando que "ha sido el momento más triste que he vivido en el fútbol. Esto es responsabilidad mía, no fuimos capaces. Lamentablemente no estuvimos a la altura de la situación".

"Es una pena tremenda. Este grupo no se lo merece, aunque nos hicimos cargo de un fierro muy caliente. La responsabilidad es mía, pero también hay una parte que viene desde antes". "Siempre terminamos viendo como un amenaza jugar en Valparaíso, y eso te pasa la cuenta. Ese ha sido el problema más grande, que pasa más por un tema de la cabeza, no futbolístico". "Dirigir Wanderers es un privilegio, por lo tanto, (mi continuidad) es algo que ni siquiera lo he puesto a analizar. Obviamente esto no depende solo de mí, sino que de lo que quiera el directorio".

"Mi forma de ver el fútbol es la del wanderino. Mi equipo un poco refleja cómo tiene que jugar Wanderers: ser agresivo, intenso, no dar pelota por perdida, ser solidario". "Le ganamos el ascenso a un equipo que va a jugar Copa Libertadores, y que es un equipo grande. La valentía y coraje de nuestro plantel se sobrepuso a todos los obstáculos". "La pelota entró en el minuto 94, es el reflejo de que este equipo nunca bajó los brazos. Ha sido la identidad de este equipo. Es un premio a un esfuerzo tremendo. Nos deja satisfecho porque es una misión cumplida"."

Como viviendo un sueño hecho realidad, Víctor Rivero ingresó a la sala de prensa del estadio Elías Figueroa con una sonrisa imborrable. Y es que consiguió un objetivo que hace algunos meses atrás asomaba como impensado, cuando Unión La Calera se jugaba la vida por evitar el descenso a Segunda División Profesional. Hoy, los cementeros son de Primera.

Sin embargo, fue una jornada de sentimientos encontrador para el exportero, formado en la institución porteña por el mismo Juan Olivares, y quien no duda en asegurar que sus equipos representan la esencia de cómo el wanderino vive y siente el fútbol.