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Karen Doggenweiler busca ayudar al medioambiente

TELEVISIÓN. "Operación Verde" es el nuevo programa de la animadora. Debuta el 30 de diciembre
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El próximo 30 de diciembre debuta por TVN "Operación Verde", programa de diez capítulos que llega hasta comunidades que tienen emergencias o necesitan ayuda para mejorar su medioambiente, y que fue hecho en conjunto entre Cábala Producciones y la red estatal.

Los héroes anónimos que se la juegan por mejorar la calidad de vida de todos y el optimismo del actuar ciudadano, son parte de las características de "Operación Verde", que será conducido por Karen Doggenweiler, quien se entusiasmó de inmediato por el formato de esta apuesta basada en el compromiso ciudadano frente a temas tan en boga como el reciclaje, los huertos comunitarios, los vertederos clandestinos, la escasez de agua potable y más áreas verdes y plazas.

Cuenta la animadora que estuvieron en el norte, en el centro y en el sur del país, encontrando casos en Antofagasta, Peñablanca, Valparaíso, Cunco y en la Región Metropolitana.

El equipo, liderado por Karen junto a los expertos Gonzalo López, el "Mago de la Basura", y Alejandra Millán, especialista en proyectos de reforestación, acude a comunidades para ayudar a resolver algunas situaciones y capacitar a los habitantes para que lidien efectivamente con la realidad que viven.

Una vez detectado el problema y hecho el diagnóstico, el equipo organiza a la comunidad tras la solución y una mejora en su calidad de vida.

-¿Cómo se llegó al grupo de comunidades que conoceremos?

-La búsqueda no fue difícil. En muchas partes hay vertederos, plazas que podrían mejorarse, comunidades que luchan por un entorno más sano y limpio. Es impresionante la cantidad de héroes anónimos que se la juegan, que se comprometen llenos de optimismo para que las cosas cambien. No te imaginas todos los vecinos que nos han escrito y que nos piden que visitemos su comuna para los ayudemos a mejorar su entorno.

-¿Qué elemento en común tienen las diferentes historias?

-El optimismo del actuar ciudadano, la lucha contra las crisis medioambientales que paulatinamente deterioran la calidad de vida de miles de familias. Ahí es cuando interviene Operación Verde para buscar soluciones en conjunto.

-¿Cuál te impactó más y por qué?

-Es difícil mencionar sólo una porque todas las historias fueron desafiantes. Ahora, si insistes, te puedo contar que ver la alegría de una comunidad que no tenía agua potable y que de pronto ve que logramos extraerla desde las entrañas de la tierra, fue tremendamente emocionante.

La mirada y sus recursos

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Los recorridos noctámbulos, los paseos bohemios, las caminatas por callejuelas oscuras y llenas de premoniciones, son parte de una construcción imaginaria de una narrativa europea de corte existencialista que marcó modelos de escritura. Justo ahora ando leyendo la novela de Patrick Modiano La Hierba de las Noches y cierta atmósfera me remitió al poema de Neruda Walking Around en donde ronda ese sujeto existencial, a quien el mundo le llega como una sorpresa y del cual incluso es víctima. Estamos ante un narrador obsesivo, un tomador de notas, que describe el París de mediados del siglo XX, sin los registros del turismo en donde la clave es el mundo como decorado. No es un flaneur melancólico (el del spleen). Eso ya pasó, porque ya han ocurrido las dos grandes guerras.

Paralelamente, leo un cuento de David Foster Wallace, en donde un narrador protagonista esquizofrénico construye imágenes de un mundo distorsionado que altera su modo de transitarlo y en el cual no sólo es un extraño, sino un sujeto rechazado, aquí el conflicto no está en la relación con los otros, sino consigo mismo. Son dos modalidades o dos subjetividades que nos permiten un contraste narrativo en donde lo humano exhibe esa fragilidad tan brutal, que nos puede poner tristes o cínicos, como lectores ya inventados por el narrador. Esas sensaciones tan potentes y tan productivas es lo que la práctica literaria y artística hace relevante para recordarnos lo que somos como engranaje humano.

La percepción de la realidad filtrada por los códigos de la lectura ad usum y/o de aprehensión del mundo a partir de una conciencia marcada por esquemas ya dados, leer es, también, haber sido leídos.

Y en ese mismo trance se me aparece otra lectura irremediable en un camino azaroso y desordenado, la noción de velocidad de Paul Virilio. Sobre todo porque uno que todavía está poseído por la sorpresa de la tecnología, por esa instantaneidad e inmediatez casi mágica que os proporcionan ciertos dispositivos. Y me surge ese concepto la llamada "sociedad veloz", que redunda en la paradoja del inmovilismo o en la tiranía de la tecnociencia, con todas esas prótesis que nos ponen el mundo a la mano, literalmente, desde la fotografía a la telefonía celular.

Y todo lo que esto implica a nivel de percepción y de transformación de la mirada. Y por cierto los cambios en los modos de narrar historias. Tengo algunos recuerdos de cuando los investigadores clásicos de la novela policial, Dupin y Holmes, tienen como referencia de información al periodismo escrito y su propia observación, aunque por otro lado asumen como universo la lógica deductiva, como coqueteo con la investigación científica. Lo concreto es que hay un tempo otro que depende de otro estatuto que rige la mirada y, por lo tanto, la construcción de imágenes.

No puedo dejar de imaginar que el modelo de percepción del mundo que nos proveen las redes sociales, por ejemplo, equivale a resumir varias décadas de banalidad televisiva y de cine espectáculo, y la maravillosa y vulgar vida doméstica, plena de matinales y situaciones coloquiales y de trabajo alienante, lo que ha redundado en modos estandarizados de conducta. Debemos asumir, además, que no más de 10 películas, entre las que podrían estar El Padrino, Rocky, Nueve Semanas y Media, Pulp Fiction y Terciopelo Azul, además del imaginario rockero de tres décadas, han definido los modos de hacer y de vivir la existencia cotidiana. Y han incidido en la producción editorial que ha intentado hacer de eso un espectáculo a la mano. Siempre siguiendo el modelo narrativo que inventó Hollywood para la ficción contemporánea.

Luego leo un texto medieval, para hacer un radical contraste, en donde el estatuto de la subjetividad me indica una mirada interna, hacia adentro, hay un canon moral religioso que dirige toda observación posible. Y como había una mirada ya fundada no había nada nuevo bajo el sol. Sí había el cuerpo y el pecado, y jerarquías muy estratificadas que definían toda la trama de la posibilidad de lo humano, que aparecía como insignificante. La percepción debe haber estado determinada por la relación del sujeto con la naturaleza y sus ciclos, mediatizada por una oscura divinidad.

Y la literatura posterior, la renacentista y la moderna, quizás, son una especie de engrosamiento de las posibilidades de observación y de cómo el cuerpo humano se ubica en el paisaje o en el nuevo espacio que genera la conciencia que se expande. El cuerpo es una clave, sin duda, de esa ampliación del estatuto de la mirada, además que gracias a la óptica (y a los pulidores de cristales) que amplían la visión del mundo, y a la brújula que posibilita los viajes interoceánicos se genera un nuevo modelo de construcción de imágenes del mundo. En esa línea se ubica la bitácora de Colón, hojeo el hermoso libro de Todorov al respecto, "La Conquista de América, El Descubrimiento del Otro." Ese fatal descubrimiento que se produjo gracias a la tecnología que mejoró el transporte marítimo y que amplió los registros de percepción.

Lo paradojal de todo eso es que todo ese sistema de desplazamiento de la conciencia, gracias a la tecnociencia, sólo apunta al inmovilismo omnipotente de la aldea global.

Marcelo Mellado

Escritor y profesor de Castellano.

Es autor de "La batalla de Placilla".