Paolo Navia S.
Corría el año 2005, y bajo la administración del exalcalde Aldo Cornejo (DC), el Concejo municipal porteño de la época licitó a la empresa Consorcio Valparaíso la concesión por 30 años para construir estacionamientos subterráneos bajo la plaza O'Higgins, ubicada a un costado del Congreso Nacional.
Con una inversión cercana a los US$ 15 millones, el proyecto contemplaba la habilitaciones de 450 estacionamientos subterráneos en dos niveles, teniendo como plazo 18 meses para su construcción.
En cuanto a las obras, los estacionamientos consideraban accesos para discapacitados y la remodelación completa de la plaza O'Higgins, incluyendo cambios de las luminarias, mejoras en las áreas verdes, la habilitación de baños públicos y un café. Además, también se incluyó la restauración del monumento a O'Higgins.
Sin embargo, más de diez años han transcurrido desde que el Concejo porteño le dio el puntapié inicial al proyecto, y lo cierto es que, hasta la fecha, los 450 estacionamientos subterráneos destinados para el centro de la ciudad solamente quedaron en un anhelo.
Litigios en Contraloría a raíz de cuestionamientos al contrato de concesión, un modelo de negocio que no privilegió el inicio de las obras y la aparición de vestigios arqueológicos prehispánicos han sido parte de las situaciones que no han permitido la ejecución del proyecto a la empresa Consorcio Valparaíso, la misma que administra y explota los 1.460 parquímetros de superficie que tiene la ciudad, entre avenida Argentina y calle Pudeto.
Escenario que, sin embargo, cambiará de manera radical durante el presente año, pues tras más una década estancado, el proyecto superó todas las trabas legales y administrativas presentando un importante estado de avance en sus obras. En concreto, las faenas se encuentran en la etapa final del proceso de entibación, para posteriormente dar paso a la obra gruesa, la cual se ejecutará con elementos prefabricados para dar mayor celeridad al cronograma.
"Ya se concluyó el proceso de entibación y a finales de febrero se debe terminar la excavación para luego dar paso a la obra gruesa, la que se hará con elementos prefabricados para permitir una construcción más rápida y así cumplir con lo que le estamos exigiendo a la empresa, que es terminar el proyecto de estacionamientos durante el 2018", precisó Patricio Cáceres, Inspector Técnico de Obra (ITO) de la Municipalidad de Valparaíso.
En este sentido, y sobre la culminación de las obras durante el 2018 transcurridos más de diez años desde su licitación, Cáceres agregó que "como ITO mantengo contacto permanente con la empresa a cargo de ejecutar el proyecto. También nos hemos reunido y lo seguiremos haciendo porque debemos asegurarnos que la plaza debe estar terminada durante este año, ya que el barrio no puede esperar más".
Sin embargo, y a pesar de que el proyecto vería la luz durante el presente año, una de las situaciones más cuestionadas por diversos actores tiene relación con el extenso periodo de tiempo que la empresa Consorcio Valparaíso demoró en ejecutar las obras.
"Sobre las demoras, eso es algo que debiesen responder los alcaldes anteriores, sin embargo, creemos que se debe a que el modelo de negocio que usan estas empresas se relaciona con explotar la superficie concesionada, como lo han hecho durante 10 años, para luego ejecutar el proyecto aprobado. Sin duda es algo que nosotros hubiésemos hecho de otra forma", manifestó el ITO del municipio porteño.
Contexto en donde la Contraloría Regional de Valparaíso ha jugado un rol relevante al acoger diversos recursos en contra de la empresa a cargo del proyecto, así como también cuestionamientos al proceso de licitación ejecutado bajo la gestión alcaldicia de Aldo Cornejo.
"Actualmente existe un pronunciamiento de la Contraloría en cuanto a la modificación celebrada en el año 2010, en donde se aumentaron los cupos de estacionamiento de 300 a 450, y también se aumenta la concesión de 20 a 30 años. En este punto, lo que observa la Contraloría es que la proporcionalidad asumida en el acuerdo no es suficiente como argumentación para entregar los 10 años extras de concesión", explicó Patricio Cáceres, quien agregó que "también existe un recurso interpuesto por los anticuarios, en cuanto a los perjuicios económicos que han sufrido dada la extensión en el plazo de las obras".
Proceso en donde el abogado Paulo Pérez ha tenido una activa participación, manteniendo un juicio con la empresa Consorcio Valparaíso durante más de dos años.
En concreto, y tras ser otorgada la licitación, el jurista impugnó el permiso de edificación de los estacionamientos subterráneos argumentando que la licitación contaba con un vicio legal, al no pedir la autorización al seremi de Vivienda y Urbanismo de la época para llevar a cabo el trámite legal al interior del municipio.
"La antigua normativa solicitaba la autorización del seremi, pero la municipalidad llegó y licitó sin consultar previamente a la autoridad encargada. Eso quedó así, y cuando después llegó la administración de Jorge Castro, se dieron cuenta del error y fueron donde el seremi quien les validó la licitación", comentó Pérez, quien añadió que "nosotros impugnamos eso, argumentando que la autorización del seremi debía ser previa a la licitación, pero el tribunal falló a favor de la municipalidad, otorgando el permiso de construcción a mediados del 2015, sin embargo, y a pesar que la empresa contaba con todos los permisos para construir, no inició las obras".
En este sentido, el abogado manifestó que "una de las maniobras que puede realizar la empresa es vender el permiso a otra empresa y desligarse del proyecto tras haberlo tenido en su poder más de diez años".
"Nos ha perjudicado como comerciantes"
Negativa fue la evaluación que los comerciantes colindantes a la plaza O'Higgins realizaron en torno al trabajo que la empresa Consorcio Valparaíso ha ejecutado para construir 450 estacionamientos subterráneos. Obras que han estado paralizadas durante más de diez años, afectando el comercio del sector. "Afecta mucho que todo esté cerrado, pues se genera delincuencia y nos ha perjudicado a nosotros como comerciantes, pues al tener esa plaza con ese cierre, la gente llega ahí y no sube, se queda abajo, y eso nos afecta bastante a todos", declaró Ana Zamora, locataria de la Importadora Lagos.
"La obra gruesa se hará con elementos prefabricados para así cumplir con lo que estamos exigiendo, que es terminar el proyecto durante el 2018".
Patricio Cáceres, Inspector Técnico de Obra, del municipio de Valparaíso"
"El 2015 el tribunal falló a favor del municipio porteño, otorgando el permiso de construcción, sin embargo, la empresa no optó por iniciar las obras".
Paulo Pérez, Abogado de Valparaíso"