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Municipalidad insiste en que T2 provocará graves daños a la salud

VALPARAÍSO. La alcaldía porteña consideró como "insuficientes" las respuestas entregadas por TCVAL.
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Cristián Rodríguez F.

Por considerar que el proyecto generará "graves riesgos para la salud de la población", la Municipalidad de Valparaíso reiteró su oposición al proyecto de expansión del Terminal Dos (T2) de Valparaíso. Esta vez, lo hizo declarando como "insuficiente" la Adenda complementaria que el mes pasado ingresó la empresa Terminal Cerros de Valparaíso (TCVL) en el proceso de evaluación ambiental.

En el documento -ingresado el jueves de esta semana-, el municipio porteño insistió en que durante la extensa tramitación ha quedado en evidencia, en términos de escala y diseño, que la iniciativa provocará un daño producto de "las altas emisiones de material particulado 2,5" que se generarían, tanto en la etapa de construcción del T2 como durante la fase de operación.

"Se evidencia que el actual proyecto no tan solo genera un impacto irreversible sobre el Valor Universal Excepcional (condición otorgada por la Unesco), sino que además genera graves riesgos para la salud de la población debido a la peligrosidad que tiene el tipo de contaminante atmosférico que emite", sostuvo el municipio, pese a que esta semana el presidente del directorio de la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV), Raúl Celis, descartó que la expansión represente algún tipo de riesgo para la salud de los habitantes porteños.

Tal como ya lo han advertido en reiteradas oportunidades, la alcaldía porteña volvió a alertar sobre el riesgo que el proyecto generaría en el sitio patrimonial de Valparaíso, por lo que solicitaron, entre otras medidas, que se vuelva a revisar la relación entre la ciudad y el borde costero, específicamente en la avenida Errázuriz.

"Se insiste en la necesidad de replantear la interconexión de ciudad/borde costero a través de ventanas urbanas o infraestructura que permita el acceso y uso de la orilla", indica el escrito firmado por el alcalde Jorge Sharp, en el que se propuso que, por ejemplo, se disminuya la altura de acopio de los contenedores.

"La Ilustre Municipalidad de Valparaíso está consciente de la necesidad de un proyecto enfocado al mejoramiento de la infraestructura portuaria para hacer de Valparaíso una ciudad competitiva a nivel nacional e internacional en este ámbito. Pero también, en su calidad de administrador del sitio, debe velar para que todo proyecto e intervención que se realice no vaya en desmedro de los valores por los cuales Valparaíso fue declarado Patrimonio de la Humanidad", expuso la municipalidad.

Incluso, agregaron que "la pérdida de aquellos aspectos que forman parte del Valor Universal Excepcional resultan imposible de recuperar debido al carácter único y que hacen de la ciudad de Valparaíso el puerto de Chile con mayor patrimonio histórico, arquitectónico y sociocultural de las costas del pacífico sur desde el siglo XIX, conformando el sistema portuario de mayor relevancia a nivel nacional".

En su adenda complementaria, TCVAL propuso diferentes medidas para compensar el daño que eventualmente podría generar el proyecto, como el mejoramiento de miradores o la construcción de una pasarela en calle Edwards.

Sin embargo, la municipalidad aseguró de manera tajante que "no se considerará compensación una medida que generará un impacto negativo a la lectura del paisaje", aludiendo a la pasarela que se propuso. Además, explicaron que el rechazo a la adenda se debe a que la empresa titular del proyecto no dio cumplimiento a todas las observaciones que anteriormente presentaron.

"La pérdida de aquellos aspectos que forman parte del Valor Universal Excepcional resultan imposible de recuperar"

Municipalidad de Valparaíso"

Sobre una Historia de Chile

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El 2010 existió una especial preocupación por celebrar el Bicentenario de Chile, que en realidad se refería a la conmemoración de la Primera Junta de Gobierno del 18 de septiembre de 1810, el inicio del camino hacia la independencia nacional.

La ocasión parecía propicia para pensar a Chile desde una perspectiva histórica, donde el sano patriotismo daba paso a una mirada sobre la trayectoria republicana, con un intento de ponderar los logros y limitaciones del desarrollo político y social del país. Es particularmente importante que un esfuerzo así debe ser asumido por el Estado, el gobierno y sus autoridades, pero no cabe duda que la sociedad civil y sus instituciones también deben ser activas en la recreación del pasado, la comprensión del presente y la proyección del futuro.

Ese es el desafío que procuró asumir con decisión la Universidad San Sebastián con el proyecto Historia de Chile 1960-2010, iniciativa del Centro de Extensión y Estudios de la USS, que nació con la misión de investigar y escribir la trayectoria de nuestro país en el último cuarto del Bicentenario. ¿Qué significa estudiar estas cinco décadas? Estamos frente a una época decisiva en la historia nacional, muchos de cuyos procesos todavía están en curso y tuvieron marcadas contradicciones políticas y sociales.

A la fecha se han publicado cuatro tomos: Chile a mediados del siglo XX; El gobierno de Jorge Alessandri (1958-1964) y dos tomos sobre el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970). Cada etapa comprende distintos capítulos sobre temas de especial interés: la biografía de los gobernantes, la trayectoria de sus partidos y la elección que los llevó a La Moneda; la economía del período; las relaciones internacionales; el desarrollo educacional; la Iglesia Católica; el mundo de la cultura, entre otros temas. Con ello cada volumen procura dar una visión de conjunto sobre las distintas etapas de Chile contemporáneo.

Estudiar estos cincuenta años significa adentrarse en la historia reciente de Chile, con muchos personajes que todavía están vivos. Significa comprender cómo se pasó desde un país pobre y con ímpetus revolucionarios a una sociedad más próspera, donde la democracia goza de mayor aceptación, en parte debido a la dramática experiencia de la ruptura institucional de 1973; nos permite evaluar las transformaciones inmensas en el plano educacional; analizar el cambio en los modelos de desarrollo; las dinámicas y relaciones entre civiles y militares; la situación cambiante de la Iglesia Católica; dentro de un contexto internacional que también ha tenido una evolución y quiebres que en la década de 1960 parecían imposibles.

Estudiar la historia de Chile entre 1960 y el 2010 tiene una segunda derivada, que puede tener un valor cívico importante. La etapa estudiada es la que, en gran medida, ha contribuido a formar el país que hoy tenemos. Por lo mismo, creemos que conocer y comprender la época de transformaciones que nuestro país vivió entre 1960 y el 2010 nos permite conocer y comprender mejor al Chile de hoy.

POR alejandro san francisco*

* Director general de Historia de Chile 1960-2010, de la Universidad San Sebastián. Profesor de la Universidad Católica de Chile y la Universidad San Sebastián. Director de Formación del Instituto Res Publica.