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El ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (1919-1999) intercaló las últimas dos décadas de su existencia con la creación de las piezas de Mientras Viva Siempre Te Recuerdo, colección de óleos, acuarelas y grabados que terminó completándose con los bocetos de esa obra inacabada. Un conjunto donde los rostros de rasgos indígenas y mestizos, esos pómulos anchos y ojos oscuros que son marca de fábrica y con el que recordaba su propia ascendencia, se centran en la figura de la madre y el hijo.
De la Inocencia a la Ternura se llama la muestra que ayer partió en Viña del Mar, con 111 obras originales exhibidas entre el Palacio Rioja y la Corporación Cultural de la ciudad (ver recuadro). Un trabajo nunca antes visto en directo por los chilenos y que en su itinerancia -partió en Argentina- anticipa la celebración del centenario del nacimiento del artista, referente latinoamericano y mundial de la pintura.
"Es un homenaje a su madre y las madres del mundo", cuenta su hijo Pablo. "Mi abuela es un eje fundamental en la vida de Guayasamín. Ella le enseña a tocar la guitarra y le impulsa a seguir su profesión de artista", agrega.
"El abuelo no le permitía trabajar en pintura, le rompía los dibujos que hacía", explica su hermana Berenice, con la que llegó a la Ciudad Jardín para supervisar la partida de la exhibición, una iniciativa de la Fundación Guayasamín que ambos integran y que la segunda dirige.
Pablo y Berenice son dos de los cuatro hijos del primero de los tres matrimonios del pintor, y las horas previas a la llegada del público los sorprende viendo el detalle de la puesta en escena: "Vemos cada centímetro, cada pared -cuenta Berenice-. Hay algunas obras que van juntas, como un conjunto de cabezas, o un conjunto de madres con niños. Vamos agrupando por temas. No manejamos el concepto de poner un cuadro al lado del otro y nada más. Nosotros hacemos conjuntos, espacios".
-Sigue siendo fuerte la influencia de su padre. Sus obras están en museos, pero también en pósters de ferias artesanales…
- Pablo: Eso es porque el pueblo se apoderó de la imagen de Guayasamín.
- Berenice: Y no sólo aquí, sino en toda América. En Ecuador está lleno de copias de su obra, y una vez fuimos a China y había también un pintor que le copiaba.
Neruda y el baño
La Edad de la Ira es la colección previa del pintor que se había exhibido en Chile, y probablemente la más contundente en su mirada de la Latinoamérica pobre, indigenista, colonizada, violentada.
"La obra de Guayasamín en este momento es más actual que en el momento en que fue pintada, porque lamentablemente la violencia no ha cesado", dice Pablo. "Cuando vemos que salen miles de venezolanos (de su país) y les ponen trabas para que puedan entrar a Colombia, Ecuador, Perú o Brasil: ahí es cuando la obra está más viva en su mensaje y es más humanista".
De la Inocencia a la Ternura y su visita viñamarina recuerda los lazos del artista con Chile, que tuvo entre sus fuertes su amistad con Pablo Neruda. "Se conocieron en México y después se encontraron en París, pero en Isla Negra y La Chascona es donde se reunían permanentemente", cuenta el hijo.
"Los dos estaban haciendo lo mismo al mismo tiempo, porque el Canto General de Neruda es una historia como en La Edad de la Ira; el uno lo dice en palabras y el otro lo dice en formas y colores, pero los dos en realidad crearon una misma idea. Creo que ese es uno de los puntos principales: que cada uno se veía en el otro -añade Berenice-. "Pero mi papi decía que, cuando realmente sintió que Neruda era su hermano, fue en el día de una fiesta en algún sitio y Neruda llega y lo coge del brazo y le dice: 'Oswaldo, vayamos a orinar juntos' (ríe). Eso era ya ser hermanos".
-La segunda esposa de su padre publicó una biografía donde lo acusaba de violencia. ¿Cómo fue para ustedes eso?
B: En realidad diría que no nos sorprendió tanto, porque toda su vida ha sido una señora envenenada en contra de nuestro padre y hacer ese libro después de su muerte me parece una bajeza espantosa, porque ellos estuvieron divorciados más de 30 años y no dijo nunca una palabra (…) Nosotros no íbamos a salir en defensa ni a decir nada, porque, pues, no nos consta. Sabemos cómo fue nuestro padre, cómo era con nosotros y cómo fue con nuestra madre.
"La obra de Guayasamín en este momento es más actual que en el momento en que fue pintada, porque lamentablemente la violencia no ha cesado"
Pablo Guayasamín
Hijo del artista"