Una mezcla de cosas
Mis libros son una mezcla de cosas; un cebiche mixto literario y popular.
Hay un gran porcentaje de material inédito, yo diría que la mitad. Aunque para mis lectores, volver a leerme en formato libro es otra cosa, otro encanto. Como todas mis crónicas se parecen por su lenguaje metafórico, a veces se confunden unas con otras, los adjetivos danzan con los sustantivos en una orgía de letras.
Eso es mi escritura, un desvío iletrado.
Me gustaría hacer una antología pirata de Pedro Lemebel, y sacar los mejores textos de mis libros y directamente para que se piratee.
-¿Por qué crees que ahora ha surgido todo este interés?
Porque hay un mercado que vende lo indio, lo marica, lo perverso y lo exótico
latinoamericano. Hay un mercado que vende eso, tanto en las letras como en la música.
Lo que me indigna es que ocupan todos mis libros para hacer sus reportajes televisivos y ni siquiera me nombran, yo nunca existí. Esto lo vengo haciendo desde los 80, ya sea en la Punto Final, la radio Terra o La Nación. Todo el mundo me leía, pero le costaba decir en público que gozaba secreta y morbosamente de mis textos paganos. Hoy en cambio, es políticamente correcto leer mis libros y hasta ministros de Estado dicen leo a Lemebel. No tengo la moral para atacar o censurar a los vendedores de textos piratas, también trabajé en eso. Cunetié, arranqué de los pacos… Me emociona ver mis textos en la calle, subir a un taxi y que el chofer me lo muestre -el libro, claro- en una versión pirateada. Esto permite que mis libros tengan otro recorrido, más inesperado. Hay mucha gente que tiene miedo de entrar a una librería. De hecho, yo nunca he comprado un libro en una librería, a lo más me lo he robado.
"Lemebel era súper astuto en mezclar todo el tiempo obra y vida", dice macarena García.
Catalina Mena
Hueders
(Sin número de páginas aún)
8 mil
Lemebel
No tengo amigos, tengo amores
Macarena García y Guido Arroyo (Editores)
Alquimia
120 páginas
10 mil
Fragmento del libro "No tengo amigos, no tengo amores"
Por Pedro Lemebel
YASNA KELLY
Me emociona ver mis textos en la calle, subir a un taxi y que el chofer me lo muestre -el libro, claro- en una versión pirateada.