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ENTREVISTA. Felipe Kast, senador (Evópoli), analiza actos del 11 de septiembre del Gobierno y la centroizquierda:

"Hay que dejar de lado las miradas bipolares; hay luces y sombras en ambos sectores políticos"

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Paola Passig

"No podemos seguir divididos entre Pinochet y Allende", sentencia el senador Felipe Kast, de Evópoli, al evaluar el mensaje que realizó desde La Moneda el Presidente en el marco de la conmemoración de los 45 del golpe de Estado, remarcando que "las credenciales de Sebastián Piñera en materia de DD.HH. son impecables".

- ¿Qué le pareció el tono?

- Es el que ha tenido siempre y que es invitar a Chile a aprender de su historia y a dejar de lago aquellos que creen que en nuestro pasado sólo existen miradas bipolares y no una integrada, entender por qué llegamos al quiebre de la democracia, entender que nunca existe ningún contexto para poder vulnerar los DD.HH. Creo que es la mirada que representa a gran parte de los chilenos; de que hay luces y sombras en ambos sectores políticos; y esa mirada ponderada de las cosas es la que ha dado una legitimidad también a Sebastián Piñera.

- En su mensaje destacó que el quiebre institucional no fue fruto de "una muerte súbita", lo que muchos entienden como el adiós a los cómplices pasivos...

- Yo creo que la invitación que hace Sebastián Piñera al apuntar a un lado u a otro, es entender que el deterioro de la democracia fue un proceso continuo que termina con un quiebre institucional y que después la recuperación de la democracia fue un proceso que tomó mucho tiempo. Y los distintos actores, que fueron parte de esa historia, superaron cada uno de los episodios que fueron viviendo. No creo que Piñera esté tratando de apuntar con un dedo solamente a un momento preciso, sino que apunta a un proceso que no podemos volver a repetir. Nunca más podemos llegar a un quiebre de la democracia, nunca más deben haber violaciones a los derechos humanos, nunca más podemos intentar tener una lógica de violencia política como la justificó un sector político en el pasado y dejar atrás la época de la guerra fría. El valor de la democracia se ha ido consolidando en un patrimonio transversal y si no tenemos la mirada clara sobre el pasado, difícilmente vamos a poder exigirle o proponerle al resto de los países del mundo el mismo estándar que nos aplicamos hoy.

- La oposición exige saber qué pasó y dónde están los detenidos desparecidos para dejar el pasado atrás.

- La búsqueda de la verdad siempre es necesaria, nadie la ha puesto en duda, todo lo contrario, y el Presidente Piñera siempre ha tenido una sola mirada en esta materia; por eso la invitación que tenemos que hacer es a tener una reflexión sobre este momento. Entender que las responsabilidades del quiebre democrático efectivamente están en los actores que manejaron la política en ese momento. Y cualquiera que quiera sacarle partido político y apuntar con el dedo al otro sector político, le hace un flaco favor al país y a la historia. Todos sabemos y la gran mayoría lo entiende así de que existieron errores y fallas de distintos sectores políticos. Y ojalá que más que transformar esto en un gallito de quién tenía la razón, esto se transforme en una percepción más seria y profunda sobre los errores que se cometieron en ambos lados del pasillo y que no pueden volver a repetirse.

- ¿Cómo se enfrenta el tema de los DD.HH. al interior de Chile Vamos tomando en cuenta que existen diferencias?

- Creo que el tema está bastante zanjado y la UDI tiene también claro que los DD.HH. no pueden justificarse bajo ningún contexto. No veo diferencias. Lo que sí es que uno ve diferencias entre los distintos sectores políticos y es ahí dónde está la causa original del problema. Y esa es una discusión que por lo menos en materia de DD.HH. no es la relevante. Los DD.HH. se respetan siempre; en cualquier contexto y en cualquier circunstancia. La discusión histórica de quién comenzó el quiebre institucional el 73, el 70 ó el 65, son debate legítimos, pero lo que tenemos que tener hoy día como patrimonio transversal es que los DD.HH. se respetan en cualquier contexto y que hay que defender la democracia. Ya en el pasado la perdimos y las futuras generaciones no quieren que eso vuelva a ocurrir. Eso pasa por tomarnos en serio la democracia representativa, tolerar la diversidad de opiniones, nunca incitar al odio contra el que piense distinto, tener un respeto profundo al debate de ideas sano, construir acuerdos. Son elementos que se han ido consolidando y que debemos cuidarlos. Uno piensa que estas cosas nunca se van a acabar, pero si uno no los cultiva, si uno no insiste en la importancia del valor de la democracia, de las instituciones, del Estado de Derecho, de la separación de poderes, siempre está el riesgo de que se vayan erosionando, incluso con el argumentos de que se están haciendo actos democráticos porque la democracia se puede ir destruyendo desde el populismo.

- ¿Qué le pareció que el presidente del Senado encabezara un acto en homenaje a Salvador Allende en el ex Congreso?

- Claramente es un acto más político; es legítimo, pero en lugar de buscar construir una mirada de futuro transversal, es posicionarse en el extremo del pasillo. Y eso contrasta con lo que ha hecho Sebastián Piñera que sí dio un mensaje que interpreta al país entero. Los que piensan que tenemos que seguir divididos entre Pinochet y Allende se quedaron pegados en el pasado.

- El senador Juan Pablo Letelier afirmó que el Gobierno, sin querer queriendo, unió a la oposición en torno al tema de los DD.HH.

- Espero que la oposición se pueda unir por elementos de futuro y no por elementos del pasado. Y la verdad tampoco creo que este tema sea algo que nos divide; por el contrario, el día que la oposición celebre con un espíritu de memoria histórica de que tenemos que cuidar la democracia, me parece completamente legítimo.

- Pero este tema los lleva a reeditar una matriz común...

- Creo que el problema de la oposición es otro; que no tienen un proyecto de futuro y si siguen agrupándose en torno al pasado, es difícil encontrar algo que pueda ser atractivo para la ciudadanía. Por eso el gran debate que tiene que tener todo partido político es qué tipo de país quieren construir. Y creo que el problema que tienen es que las credenciales de Sebastián Piñera en materia de DD.HH. son impecables.

- Lo que está claro es que los DD.HH. vuelven a estar en el epicentro político.

- Tenemos una historia que está muy herida y no es de extrañarse que quienes están en política hace mucho tiempo y que les tocó vivir ese periodo, se aferren a esa diferenciación. Sin embargo, creo que no es suficiente. Por eso la decisión de Piñera de poner a los niños en la primera fila y avanzar en materia de seguridad ciudadana, y de generar empleo, son los elementos que nos van a permitir la integración social, que se aplica para todo Chile. Por ejemplo, en la medida que logremos construir en altura en aquellos sectores donde hay mejor ciudad, dando un premio a aquellos proyectos inmobiliarios que tengan integración social o que hablemos más de la ciencia del futuro; hay muchos elementos que debieran ser los que aglutinen más a los proyectos políticos que simplemente seguir mirando el pasado como elemento diferenciador.

"El problema de la oposición es que no tiene un proyecto de futuro y si siguen agrupándose en torno al pasado es difícil que encuentren algo atractivo para la gente""

"Todos sabemos y la gran mayoría lo entiende así, de que existieron errores y fallas de distintos sectores políticos", aseveró. "Cualquiera que quiera sacarle partido político y apuntar con el dedo al otro sector político, le hace un flaco favor al país y a la historia" "Lo que tenemos que tener hoy como patrimonio transversal es que los DD.HH. se respetan en cualquier contexto y que hay que defender la democracia""

"(Lo de Montes en el ex Congreso) es un acto más político. Pero en lugar de buscar construir una mirada de futuro transversal, es posicionarse en el extremo del pasillo"