¿Tendrán que trabajar los bomberos con escolta policial mientras combaten incendios en ciertas poblaciones? Pregunta pertinente luego de lo ocurrido en la madrugada del jueves pasado en el sector Achupallas de Viña del Mar, cuando los voluntarios fueron brutalmente atacados.
Al lugar del siniestro concurrían siete carros del Cuerpo, dos camionetas de comandancia y 30 voluntarios. Informa el superintendente del Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar, Ricardo Barckhahn, que cuando los voluntarios se encontraban preparando el material para controlar el fuego fueron agredidos "por quienes se identificaron como moradores de las viviendas siniestradas. Le fueron arrebatadas mangueras y materiales necesarios para contener la emergencia; recibieron insultos, empujones e incluso patadas". El voluntario Nicolás Reyes sufrió una contusión en una extremidad "producto de los golpes de pie que se le propinaron", lo que se constató al ser examinado en el IST, informa el superintendente.
Lo grave es que esta agresión es la reiteración de situaciones similares ocurridas en otras poblaciones de Viña del Mar afectando una labor voluntaria que beneficia vida, bienes y medioambiente.
Una encuesta que mide el clima de desconfianza que reina en el país presenta a Bomberos como la institución más confiable. Lógico que así sea, pues no es únicamente una organización tradicional, sino que se trata de una entidad en que miles de personas entregan trabajo, tiempo y ponen en peligro hasta su vida en beneficio de la comunidad.
Resulta, entonces, incomprensible la repetición de agresiones a los voluntarios, los daños a su costoso material e incluso los robos que sufren mientras luchan contra el ruego.
Es explicable la desesperación de los afectados por un siniestro, pero ese estado de ánimo no justifica reacciones contra quienes precisamente van ayudarlos con un trabajo profesional que frena el daño y salva vidas.
Esta reiterada situación exige a una mayor presencia policial junto a las unidades de Bomberos, pero entrando al fondo del problema, también exige una análisis desde las organizaciones vecinales de base con el objeto de educar a la población, especialmente a los más jóvenes, e identificar a los autores de las agresiones con el fin de aplicar con rigor sanciones legales.
Reacciones sociales consistentes, de reconocimiento, e incluso de cooperación ante los crónicos problemas económicos de los Cuerpos de Bomberos serán un aliciente para que los voluntarios mantengan su más que centenaria labor de entrega social.
Los bomberos lo merecen, pues son expresión de lo mejor de lo nuestro, lo que no puede ser castigado con reiteradas conductas que son, paradojalmente, manifestación de lo peor de nuestro.