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ENTREVISTA. jorge pizarro, senador DC y su postura ante las modificaciones a la ley de sociedades anónimas deportivas:

"En el fútbol de antes nadie respondía, todos llegaban sólo con hinchismo, sin solvencia"

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Luis Cabrera del Valle

El senador Jorge Pizarro (DC) fue uno de los promotores del gran cambio que se vivió en el fútbol profesional chileno con la promulgación en el 2005 de la ley que creó las sociedades anónimas deportivas.

Con la perspectiva de 13 años de funcionamiento del nuevo modelo de administración de los clubes nacionales, el parlamentario se muestra abierto a realizar modificaciones a la norma, pero también reivindica el ordenamiento actual y recuerda sin nostalgia la forma en que antes se dirigían las instituciones, apelando a conceptos como el "hinchismo", o la "poca solvencia" de las antiguas dirigencias.

La Cámara de Diputados acaba de aprobar cambios en la ley 20.019 que en el siguiente trámite legislativo debe revisar el Senado. Antes de iniciar ese proceso, Pizarro fija su postura.

"La Cámara buscaba despejar algunas de las dudas que se generan en la administración y en la dirección de las sociedades anónimas deportivas, por ejemplo: terminar o evitar esta mala práctica de que personas, representantes o sociedades de representantes de jugadores, puedan ser accionistas o directores de clubes deportivos, eso es algo elemental para poder tener transparencia en un mercado que es altamente sensible a este tipo de situaciones", aseguró el parlamentario.

- El tema de los representantes de jugadores en la propiedad de los equipos le llega directamente a dos clubes de la región que usted representa, porque en Coquimbo y La Serena se ha hablado mucho del tema...

- Sí, y a varios otros también. Lo otro que me parece razonable, porque por muy profesional que sea la lógica con la que operan las instituciones deportivas que son sociedad anónima, no se puede permitir que estén cambiando de caballo a cada rato. O que si tengo plata, compro acciones y me hago director del club rival porque es más popular en ese momento. Lo que viene en esa línea me parece bien, porque costó mucho cuando hicimos la primera norma de sociedades anónimas deportivas par que se pudiera mantener una cierta identidad de los clubes, con las colonias a las que pertenecen, con las universidades, con las ciudades. No queríamos que se perdiera esa relación, por eso todo lo que viene en relación con la mayor participación de los socios, de las hinchadas, o de las comunidades donde están insertos esos clubes, me parece positivo. Entiendo que viene también incorporado algo relativo a mayor igualdad de género en las direcciones de las corporaciones o fundaciones, o en las propias sociedades anónimas, y además que al menos algún director sea elegido por quienes son socios o forman parte de una fundación, a través de las comisiones de hinchas. Eso de alguna manera va transparentando la relación que tienen los directorios de los clubes con las hinchadas, que siempre pensamos que tienen que ser responsables, con derechos y obligaciones también.

- Hay un aspecto que no se normó, y que tiene relación con el límite a la propiedad en los clubes. Por ejemplo, hay equipos como Wanderers y Everton, en que un socio tiene el control accionario mayoritario y no hay contrapesos...

- La realidad lamentablemente ha ido marcando algo distinto a lo que fue el espíritu originario de la ley, que era que nadie pudiera tener el control absoluto de una sociedad anónima deportiva, y que ojalá hubiera un límite en el paquete de acciones que podía manejar cada cual. Eso se ha tergiversado absolutamente. A mí en lo personal me parece que es bueno que estén diluidos los porcentajes.

- Los exministros Heraldo Muñoz y Francisco Vidal, quienes impulsaron en su momento la ley de sociedades anónimas deportivas, han dicho que la norma era necesaria, pero al mismo tiempo están muy decepcionados con su implementación efectiva. ¿Cómo lo ve usted?

- Yo creo que la ley ha servido para profesionalizar más a los clubes deportivos y para obligar a mejorar la competencia a nivel de espectáculo. También obligó a que la propia Asociación Nacional de Fútbol Profesional se modernizara y profesionalizara, y se responsabilizara de las decisiones que toman sus dirigentes en representación de sus instituciones. En el fútbol de antes al final nadie respondía, todos llegaban sólo con hinchismo, sin algún tipo de solvencia, sin sustentación en el proyecto deportivo que querían armar, y después tenía que resolverlo el conjunto de clubes o en otros casos, como pasó a veces, el propio Estado. Eso no es aceptable en una actividad que se considera profesional. Por eso me parece bueno lo que se ha planteado respecto al aumento de las sanciones y las penas, y asumir la responsabilidad por lo que pasa en las sociedades anónimas.

- El diputado Matías Walker señaló hace un tiempo que al fútbol le faltaba legitimidad social. ¿Comparte esa crítica?

- El habla del fútbol profesional, porque el fútbol propiamente tal, por el solo hecho de tener masividad, tiene legitimidad social. En el fútbol profesional la cosa es distinta, depende de cómo se conciba el espectáculo. Acá el negocio se hizo en torno a la televisión por cable y eso es lo que ha generado un cierto distanciamiento. El CDF cambió la lógica del espectáculo, que ahora se da a través de los canales y no en los estadios. Eso hace que el hincha prefiera ver sus partidos por la televisión y no vaya al estadio, por otro lado sale bastante más barato y además te evitas los líos que implica estar frente a hinchadas que son muy agresivas, muy antisociales o que generan lisa y llanamente violencia. Eso por un lado, lo otro es que al estar el fútbol basado en los ingresos por la televisión, el incentivo hacia la presencia del público, lo que significaban antes las recaudaciones, también es menor. Lamentablemente el espectáculo que se da es malito, no tenemos una competencia local que se pueda comparar con lo que se ve a diario a nivel mundial. Eso también afecta.

- Muchos hinchas del fútbol piden más representación en las sociedades anónimas que la que podrá ofrecer la modificación a la ley, para que no termine siendo sólo testimonial. ¿Piensa que se puede "correr el cerco" en ese sentido?

- Lo que pasa es que en esto se opta por un modelo o por otro, el fútbol se maneja derechamente como sociedad anónima deportiva o volvemos a lo que era la tradición, cuando los hinchas y los socios dirigían los clubes a través de sus asambleas, de lo que decían sus estatutos, pagando sus cuotas al día. Son dos modelos distintos, y aquí lo que se quiere es que haya una mínima participación, porque cuando se terminó con el sistema antiguo era evidente que la vinculación de miles de hinchas a sus clubes era muy importante y mucho más contundente. Hoy día todos nos sentimos hinchas de algo, pero no partícipes de algo, porque hay una organización distinta, una forma de concebir el espectáculo del fútbol profesional de una manera diferente, esto está centrado en quienes toman las decisiones y para eso tienen que tener el respaldo económico adecuado.

- ¿Cree usted que a través de esta ley también podría darse una señal potente para la igualdad de las mujeres en el fútbol? Hace unas semanas la capitana de la Selección Nacional, Christiane Endler, se quejó porque el equipo femenino de Chile viajaba a disputar un partido amistoso en clase económica, mientras que los hombres lo hacen en clase ejecutiva...

- Hay equipos profesionales de fútbol que viajan todavía por nuestro país en buses a mata caballo, sin ningún tipo de comodidad, porque hay un tema económico de por medio. Estamos hablando de fútbol profesional, y cuando te refieres a un espectáculo profesional depende de la calidad de espectáculo que dan los que concurren lo que se genera. Me refiero con lo anterior a la competencia y a los clubes nacionales, pero cuando hablamos de la representación del país, la ANFP no puede hacer distingos en términos del trato, los recursos que requieren, la infraestructura para entrenar o cómo se desplazan. Otra cosa distinta serán los premios, porque va todo en proporción a los ingresos que generan, lo mismo sucede en el tenis, hoy día tenemos tenis masculino, que es de altísimo nivel, mucho mejor pagado que el tenis femenino, que también es de altísimo nivel pero tiene otra importancia, otros ingresos, otra connotación.

"Hoy día todos nos sentimos hinchas de algo, pero no partícipes de algo, porque hay una organización distinta, una forma de concebir el espectáculo del fútbol profesional de una manera diferente". "Lamentablemente el espectáculo que se da es malito, no tenemos una competencia local que se pueda comparar con lo que se puede ver a diario a nivel mundial"."