Abrirse a un serio programa
Un observador de la actualidad se complica al comprobar que una mala noticia se prolonga en aristas inquietantes. No obstante, no puede dejar atrás el hecho de que tal materia se está renovando a diario con proyecciones que apuntan en diferentes direcciones. Los duros sucesos de la Araucanía, más el ambiente desconcertado que generaron, siguen prolongándose en una sucesión de rebotes en diversos ámbitos del quehacer nacional. Los más perceptibles son la sucesión de ataques nocturnos de desconocidos a casas de agricultores, maquinaria agrícola y vehículos, se supone perpetrados por sectores rebeldes de la etnia mapuche.
Todo eso se agrava al ir en paralelo con los avatares políticos sucesivos que van apareciendo desde fuentes doctrinarias opuestas, todo ello sin contar los efectos institucionales que tuvo Carabineros de Chile desde su más alto rango hasta su personal de tropa, a lo cual debe sumarse un instructivo actualizado para los procedimientos de orden y seguridad. Falta mencionar en esta sucesión de rebotes, los efectos dañinos que debió soportar el Gobierno ante los hechos que se le vinieron encima y que pueden seguir apareciendo en el clima crítico que está viviendo la actualidad nacional.
En medio de este clima impredecible en cuanto a su duración, llama la atención la serenidad de las opiniones vertidas por importantes dirigentes del empresariado nacional que participan en el Encuentro Nacional de la Empresa (ENADE), cuyo lema de la versión 2018 fue "Donde hay concordia, hay victoria".
Esa fórmula es atinada ahora más que nunca, porque lo descrito respecto de la crisis en la Araucanía se ha propagado a todo el país en muestras de una beligerancia en incontenible crecimiento. Los dirigentes coinciden en un llamado que, en formas y desde ángulos diversos, convoca a buscar vías para serenar los espíritus de la mayoría nacional en busca de análisis conducentes a un clima donde sea posible debatir sin iras ni rencores.
Las declaraciones de organizadores y participantes de ENADE muestran un espíritu positivo que analiza objetivamente tras haberse serenado de la impresión que provocó en todos los chilenos la grave situación generada por la muerte del joven Catrillanca. Tras esos serenos y francos planteamientos expresados antes del inicio del encuentro, el Presidente Sebastián Piñera expuso los objetivos del Plan Araucanía, cuya finalidad es sacar a esa región de la situación de menoscabo en la que se encuentra respecto del país y en especial, proporcionar a sus habitantes mapuches posibilidades efectivas de salir de su desmedrada condición actual. Es una inmensa tarea, pero el Presidente está empeñado en llevarla a cabo como parte importante de su misión de gobernante.
La tarea será ardua, pero hay que reconocer que debería ser un logro histórico y ante eso, por su proyección nacional por sobre ideologías beligerantes, sólo cabe apoyar lo que es una empresa difícil, pero que debiera ser innegablemente fructífera.
Luis Muñoz Ahumada
Periodista