"El caso SQM está asignado al fiscal regional de Valparaíso; en consecuencia, no hay ningún cambio"
Jorge Abbott
Fiscal nacional
"El Estado sabe que existe una deuda con la ciudad y esta es una oportunidad para ir colocándose al día"
Jorge Sharp
Alcalde Valparaíso, por APEC
Fuentes bien informadas de la capital aseguran que en los próximos días se clausuraría la sede del único establecimiento público de educación secundaria que tiene Valparaíso. Sentiríamos que se confirmase el hecho, por los padres de familia. Sin embargo, es real la situación de insalubridad del edificio en cuestión.
Ocho muertos y una veintena de lesionados hubo anoche, en un violento choque de trenes en la estación de Colina, entre el transporte nocturno que sale de la capital a las 22.40 horas y el expreso que arriba a Santiago, llegando hasta allí a las 23.25 horas. La colisión fue terrible, con los trágicos resultados que se mencionan.
Denodados esfuerzos hacían anoche las patrullas forestales del Cuerpo de Carabineros, efectivos del Regimiento de Infantería N° 2 Maipo y trabajadores de cuatro fundos en el sector de Laguna Verde, con el objeto de extinguir un violento incendio forestal. En Casablanca, otro siniestro causó la quema de varias hectáreas.
Las grandes expectativas que se hiciera la Región de Valparaíso y, por qué no, también todo el país con la organización en Chile del XXXI Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico (APEC), definitivamente no han sido satisfechas y, asimismo, comienzan a sentirse los primeros escalofríos propios del estudiante que va rumbo a su examen sin haber estudiado la materia a conciencia.
Más allá de la primera reunión informal de Altos Representantes (SOM) a mediados de diciembre en Santiago y un intempestivo lanzamiento de la cita global -tras dos inexplicadas suspensiones de última hora-, la repetida salida de sus dos secretarios ejecutivos en sólo nueve meses (el embajador Mario Artaza, en un primer término; y la exdirecon Paulina Nazal, por estos días) habla de un nivel de improvisación que no se condice con un foro que representa el 60% del PIB mundial, el 39% de la población global, el 58% de las inversiones en Chile y el 69% de las exportaciones del país.
Más allá de la legítima y libre opción de designación de cargos por parte del actual Gobierno, se extraña una cartografía clara sobre el que quizás sea el evento más relevante de las últimas décadas en Chile y un compromiso de unión y descentralización que, a todas luces, no ha sido honrado.
Es cosa de partir por la publicitada ampliación del Aeropuerto Internacional de Santiago Arturo Merino Benítez, en Pudahuel, en el cual no hay un solo pendón o sticker sobre APEC que le dé a Chile el sentido de pertenencia respecto de la cita que tanto requiere. O enumerar cuántas actividades de difusión respecto del foro se han hecho en regiones o esta zona, la que albergará una de las reuniones más importantes de la cita, aparte de una peregrina visita de Nazal a Viña del Mar para el encuentro internacional "Mujeres de América, Experiencias de Asociatividad", a fines de octubre del año pasado.
Para nuestra Región, las fechas agendadas son el 6 de mayo (Reunión del Consejo de Cooperación Económica del Pacífico), el 8 del mismo mes (Consejo del Consorcio de Universidades APEC, del cual forma parte la Universidad Católica de Valparaíso), 14 y 15 de mayo (Primera Reunión de Altos Representantes de Finanzas), 15 y 16 (Segunda Reunión de Altos Representantes), y el 17 y 18 (Reunión de Ministros de Comercio), estas últimas dos ya fijadas en el hotel Sheraton Miramar de Viña.
Sin embargo, la descentralización de APEC prometida entonces por la ex Presidenta Michelle Bachelet y su canciller Heraldo Muñoz, refrendada por el Presidente Sebastián Piñera y su ministro de Relaciones Exteriores Roberto Ampuero no ha mostrado -o no ha sabido mostrar- mucho de ese espíritu en una Región que acogió con inigualable entusiasmo la organización de la cita a fines de 2017.
"Cuando los países se integran, sacan lo mejor de sí mismos y todos ganan", dijo el Presidente Piñera durante el lanzamiento de APEC 2019. El tiempo apremia.
La tensión que genera las actividades portuarias en Valparaíso desbordó hacia sus calles en lamentables incidentes que empañaron las legítimas peticiones de los trabajadores eventuales de la concesión portuaria. Los involucrados en el conflicto, todos ellos, tienen argumentos a favor de sus posturas, incluyendo los ciudadanos y privados, concluyendo, por ende, que la solución final vendrá de las políticas públicas que se definan para el sector.
El movimiento de cargas choca con las aspiraciones turísticas de la ciudad y otras actividades que son relevantes para el bienestar del porteño. El PIB portuario es para inversionistas y la actividad genera cada vez menos empleos directos, a diferencia del turismo y la educación, cuya distribución de su PIB va en directo beneficio de los porteños. Esta realidad aleja a la ciudadanía que ve en la expansión y uso del borde costero una amenaza a su propio bienestar.
El Gran Valparaíso es la zona con más universidades per cápita del país y desde la elección de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad, el turismo ha ido creciendo sostenidamente. Ambas actividades son más relevantes que los trabajos portuarios y, mejor aún, el turismo y la academia distribuyen mucho mejor la riqueza entre sus habitantes. Conjuntamente, son actividades de valor agregado y que tienen potencial de crecimiento y expansión hacia nuevas áreas, como el emprendimiento y la innovación relacionados a las universidades, la cultura y las artes, etc.
El sueño de Valparaíso Tecnológico, Valparaíso Cultural se ven factibles desde esta línea y en sinergia con Valparaíso Universitario y Valparaíso Turístico (y por desgracia, en conflicto con las cargas y sus contenedores).
La diversidad de actividades no portuarias en Valparaíso y las pocas opciones actuales para el desarrollo económico de la ciudad de San Antonio, sumado al potencial de expansión de su puerto, colocan la legítima duda sobre si se debiera invertir en Valparaíso -conflictivo- o planificar el megapuerto de San Antonio con los beneficios para sus habitantes, para el país y los exportadores.
Las políticas fiscales resolverán la tensión actual entre las tomas y el comercio, los privados y sus trabajadores, el futuro de las concesiones, etc. Al tiempo que definirán el desarrollo estratégico para Valparaíso. Conjuntamente, las decisiones sobre Valparaíso afectarán el bienestar y desarrollo de San Antonio.
Expandir las actividades portuarias en Valparaíso es fomentar el irresuelto conflicto actual. Especializar al puerto hacia cargas de mayor valor agregado, utilizando la infraestructura existente, tiene el beneficio de rentabilizar las inversiones que ya se han realizado, como la ZEAL y el Acceso Sur, al tiempo que dejan la posibilidad de usar dicha rentabilidad para mejorar las condiciones de sus trabajadores. Sin expansión, en Valparaíso, no habría conflictos con la ciudad o sus habitantes o su bienestar.
Alejandro Maureira B.
Economista