El Ministerio de Transportes inició el martes de esta semana la aplicación de corredores exclusivos para el servicio de transporte público - microbuses urbanos, interurbanos, colectivos y taxis - en las comunas de Quilpué y Villa Alemana. Pensada como una medida que permitirá reducir las congestiones de tránsito en las principales rutas de conexión vial entre ambos núcleos urbanos, la idea también busca enfrentar el sostenido crecimiento del parque automotriz local, que la autoridad proyecta en más de un 5% anual.
La segregación -visible a través de un marcado rojo por toda la extensión de las vías- abarca 12.6 kilómetros de calles, en un circuito que incluye las avenidas Los Carrera, Valparaíso y Freire. Los primeros 90 días serán de marcha blanca y solo a partir del 12 de mayo comenzará la aplicación de partes y sanciones para aquellos conductores de vehículos particulares que invadan la franja de exclusión. En este periodo inicial habrá un esfuerzo específico que buscará informar adecuadamente a los automovilistas, una labor en la cual trabajarán la Secretaría Regional Ministerial de Transportes, Gobernación de Marga Marga y los alcaldes de ambas comunas.
Cabe esperar que este esfuerzo conjunto sea hecho a conciencia y en forma sostenida, con una mirada amplia, que incluya a las comunas cercanas a Quilpué y Villa Alemana, dada las características troncales que tiene el circuito demarcado en la interconexión de una zona más extensa, que incluye a Viña del Mar, Limache y Olmué.
La autoridad en transportes también debería mirar la aplicación de esta segregación de los flujos de tránsito como una oportunidad para intensificar la fiscalización del transporte público, que en las vías involucradas se caracteriza por no respetar los máximos de velocidad, no tomar o dejar pasajeros en los paraderos establecidos y ralentizar por largos minutos el paso cuando el chofer considera que no tiene el suficiente número de pasajeros.
Los 12,6 kilómetros que abarca el circuito de vías exclusivas presentan una dificultad adicional, ya que pasan por centros de alta densidad poblacional, cuyas vías alternativas son escasas o inexistentes, y donde se desarrollan otro tipo de actividades, cuyos efectos secundarios no siempre son adecuadamente enfrentados. Entre ellas se suma la presencia de comercio establecido -que obliga a la fiscalización de la descarga de mercaderías en la calle- y las ferias libres, que prácticamente copan las avenidas cercanas.
Queda claro, entonces, que dar solución a los problemas del tránsito en una zona tan compleja como la vía troncal que une Quilpué y Villa Alemana es una tarea ardua, que requiere la correcta coordinación de todas las autoridades involucradas y un esfuerzo consistente y permanente que rinda frutos en beneficio de toda la comunidad.