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ENTREVISTA. Álvaro Elizalde, presidente del PS que este domingo buscará la reelección:

"Nunca dejaremos de bregar por la unidad de la oposición; es injusto culpar a la directiva por ello"

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Paola Passig

"Siempre se puede mejorar", advierte el presidente del PS, Álvaro Elizalde, al ser consultado respecto a qué aspectos habría que cambiar o mejorar en la gestión partidaria. El senador, quien se medirá este domingo con la diputada Maya Fernández -representante de la disidencia- para seguir liderando la directiva por dos años más, desecha los juicios sobre la supuesta irrelevancia del PS, señalando que por algo el Gobierno de Piñera ha centrado sus críticas en la tienda.

- ¿Cuál es su balance ?

- Esta dirección es un proyecto colectivo. Hemos perfilado nuestro rol opositor, hemos fiscalizado las ilegalidades del Gobierno desde el primer día y nos hemos opuesto firmemente a los intentos de desmantelar las conquistas sociales impulsadas por el gobierno de la Presidenta Bachelet, así como a sus iniciativas perjudiciales para las grandes mayorías. No soy yo quien lo dice, sino el propio Gobierno y el Presidente Piñera que culpa al PS de sus propios desaciertos y ha concentrado sus críticas en nuestro partido.

Nuestra bancada parlamentaria es la más grande de la oposición y logramos que dos socialistas presidieran las Cámaras del Congreso durante el primer año. Nuestra presencia en el mundo sindical ha aumentado fuertemente y hemos avanzado en fortalecer las estructuras del partido, realizando una Conferencia y un Congreso en menos de un año. Somos un partido feminista. Al mismo tiempo, tenemos que mejorar y diversificar las vocerías y fortalecer aspectos internos como, por ejemplo, mantener la dinámica participativa de nuestros militantes de manera más permanente.

- La disidencia cuestiona el haberse alejado de las bases y organizaciones sociales. ¿Qué responde?

- Realizar una Conferencia de Organización y Programa y un Congreso General es todo lo contrario de lo que usted dice. No existen procesos donde el protagonismo de las bases sea mayor, donde se discuta más a fondo la vigencia y la proyección del socialismo en Chile. Aún más, en el Congreso los mismos que formulan esa crítica aprobaron todas las resoluciones, que fueron respaldadas unánimemente. Y qué mayor cercanía a las organizaciones sociales que la presencia de los socialistas en el mundo sindical, en el movimiento de los trabajadores que está en la raíz de nuestra identidad. Somos la fuerza con el mayor número de consejeros de la CUT y encabezamos organizaciones sindicales muy relevantes, entre ellas la ANEF.

- ¿Hay una autocrítica al respecto? ¿Qué habría que cambiar?

- Siempre se puede mejorar. En una época donde la gente se aleja de la política, es un desafío superlativo ofrecer un espacio atractivo para la diversidad de causas que se desarrollan en el espacio cultural del progresismo. Hay que facilitar la participación de quienes no están en política, entre otras cosas, con nuevas formas de militancia, con mayor presencia de nuestros dirigentes en los espacios locales y con la revitalización de organizaciones tales como las juntas de vecinos y las organizaciones funcionales a nivel comunal.

- ¿Mejorar la relación con bases y organizaciones sociales?

- Por cierto, es imprescindible restablecer y reforzar los vasos comunicantes entre el mundo político y el mundo social. En todo caso, nuestra lista incorpora importantes dirigentes sindicales como expresión de nuestro compromiso al respecto.

- También se critica que el PS haya jugado todo el capital político en la búsqueda de la unidad de la oposición, estrategia que no ha dado los resultados esperados.

- No dejaremos nunca de bregar por la unidad de la oposición. El PS ha aprendido con mucho dolor que sin la más amplia unidad social y política del pueblo no hay alternativa progresista para Chile. Si hasta ahora ha sido difícil construir más unidad, no ha sido porque no lo hayamos intentado, sino porque hay actores de oposición que, al día de hoy, no tienen el mismo ánimo unitario. Por tanto, es injusto culpar a la directiva del PS por la falta de unidad opositora, cuando son otros los actores que se han marginado de este desafío. Pero no vamos a renunciar ni menos a dejar caer los brazos ante la necesidad de una amplia unidad para cambiar Chile.

- ¿Fue una estrategia equívoca?

- Era, es y seguirá siendo lo correcto: buscar la construcción de un bloque por los cambios es una tarea fundamental del socialismo chileno. Si los representantes de la otra lista no creen en la unidad, que digan cuál es la alternativa. ¿Acaso alguien seriamente puede creer que divididos derrotaremos a los sectores conservadores? Cada día tiene su afán. Estoy convencido que en los próximos meses los desafíos electorales abrirán nuevos espacios para la unidad, pero para ello es imprescindible promover un debate programático sustantivo. El para qué es fundamental en política.

- Aleuy y Germán Correa afirman que el PS pasó de ser un partido irrelevante a uno insignificante. ¿Cree que el PS ha ido de más menos, que ha decaído su influencia?

- Hay dos dimensiones en esa crítica. Una de realidad de los hechos y otra que tiene que ver con el afecto que se tiene por el partido y su gente. Los hechos dicen que el Presidente ubica al PS como su principal adversario, para impulsar su programa mercantilista y neoliberal que perjudica a los chilenos. Actuamos frente a las ilegalidades del Gobierno y la Contraloría nos ha dado la razón. Nos hemos opuesto a los malos proyectos de ley con argumentos claros. Hemos elaborado propuestas serias y técnicamente solventes en materia de pensiones, reforma tributaria, laboral y salud, entre otras, como partido. Estas propuestas las hemos hecho con nuestras bancadas y equipos técnicos del Instituto Igualdad, elaboradas, presentadas públicamente y difundidas en regiones. Pero ese juicio es, además, una tremenda desconsideración con la militancia de base. Yo preguntaría a los cientos de concejales, a nuestros alcaldes, a la militancia que se reúne semana a semana a lo largo de Chile, si lo que hacen es insignificante. Creo que ofende gratuitamente a quienes mantienen en alto las banderas del Partido en épocas que no son fáciles. Además, esa crítica es un boomerang sobre quien encabeza la otra lista. El año pasado nos la jugamos porque el PS presidiera ambas cámaras para perfilar nuestras posturas. Por tanto, esta era una tarea compartida. Quienes dicen que somos insignificantes están diciendo indirectamente que Fernández y Montes no hicieron bien su trabajo como presidentes de las ramas del Congreso. Yo no comparto esa crítica, ambos hicieron un muy buen trabajo.

- En la región tiene el apoyo de la senadora Allende, pero a nivel local ella apoya a la disidencia. ¿Cómo se explica eso? ¿Hay una contradicción o simplemente es parte del juego democrático de un partido?

- Las dinámicas locales no alteran el acuerdo sólido que hemos construido para conducir el partido. En muchas regiones se producen alianzas entre sectores que apoyan a listas diferentes a nivel nacional.

- ¿Qué opina de su contendora, la diputada Maya Fernández?

- Tengo una buena opinión de ella, por eso la apoyé como presidente del PS para que asumiera la presidencia de la Cámara de Diputados.

- ¿Cómo ve el futuro de la oposición, o hay dos oposiciones?

- Aspiro a una oposición unida por un acuerdo en torno a principios. No tengo por qué especular con una situación diferente, porque si estamos divididos podemos ser mayoría en la sociedad, pero seremos derrotados y los costos los pagarán los chilenos.

"Si hasta ahora ha sido difícil construir más unidad no ha sido porque no lo hayamos intentado, sino porque hay actores de oposición que, al día de hoy, no tienen el mismo ánimo unitario"

"Yo preguntaría a los cientos de concejales, a nuestros alcaldes, a la militancia que se reúne semana a semana a lo largo de Chile, si lo que hacen es insignificante o irrelevante"