"Claramente, no es una situación fácil estar en una bancada en la que, al parecer, no me quieren"
"Aunque ya no seré miembro, seguiré participando en la Comisión del Trabajo con derecho a voz y a presentar indicaciones", advierte el diputado Raúl Soto, luego que su partido, la DC, decidiera sacarlo de la presidencia de la instancia y de la comisión misma, colocando en su lugar a Gabriel Silber. "Decidí no aceptar participar en la Comisión de Economía, a la que me mandaron sin consultarme, porque no voy a aceptar premios de consuelo", recalca.
- ¿Está evaluando la permanencia en la DC?
- Estoy muy tranquilo, me estoy tomando todo con mucha calma y prudencia. No voy a tomar ninguna decisión apresurada. He recibido mucho respaldo y muestras de cariño de las bases partidarias y para qué hablar del respaldo ciudadano. Y eso da cuenta de que, más allá de las diferencias legítimas que podamos tener, estamos visibilizando una postura interna que no se veía. Por tanto, hoy me siento con la responsabilidad de responder con prudencia debido a ese respaldo de militantes y ciudadanía.
- ¿Cómo se siente tras lo ocurrido?
- Claramente, no es una situación fácil estar en una bancada en la que, al parecer, no me quieren, donde me están censurando y pasando máquina. Lo que me pasó está movilizando a quienes no se sienten representados por cómo la directiva se está conduciendo. Estoy consciente que cuando uno toma decisiones, éstas tienen costos y consecuencias por más injustas y autoritarias que sean. Pero yo prefiero perder un cargo que la dignidad y aparecer como inconsecuente tras meses de trabajo.
- ¿Está en estado de reflexión?
- No. Estoy evaluando con calma cuáles son los pasos a seguir. En la medida que hay mucha gente que comparte mi punto de vista, esta incomodidad con la conducción, uno tiene una responsabilidad colectiva que impide tomar decisiones a la rápida e individuales.
- ¿Qué le pareció la declaración de la disidencia que critica a Fuad Chahín por "buscar enemigos en el progresismo", calificando esto como "excusa"?
- Comparto todo el contenido y agradezco que haya sido una declaración pública espontánea que nace de dirigentes de base y que comenzó a crecer alcanzado ya mil firmas. Hasta antes de esta declaración me sentía solo y no sólo por haber sido removido, de antes. Sin embargo, con este nivel de apoyo, donde están dos vicepresidentes actuales de la mesa, exministros, exsubsecretarios, dirigentes políticos y senadores, da cuenta de que las cosas no se están haciendo bien.
- ¿Se siente un outsider?
- Dentro de la DC, no; pero dentro de la bancada, sí. Siento que hay un divorcio tremendo entre las decisiones que está tomando el presidente del partido y también el jefe de bancada respecto de cuáles son las posiciones reales de la tienda a nivel de base. Creo que eso es preocupante, porque cuando se termina desoyendo a las bases, se termina perdiendo el rumbo y la conducción, y eso se puede transformar en una olla a presión que termine tensionando al partido internamente, haciendo que esa olla explote. Eso genera tensiones también hacia afuera y profundizando los conflictos que ya tenemos con el resto de los partidos de la oposición.
- ¿Su caso ha servido como caja de resonancia para que otros saquen la voz?
-Sí. Creo que la sanción que recibí ha hecho que mucha gente reaccione. Gente que se siente invisibilizada y no representada. Lo que ha buscado esta directiva es el perfilamiento político-comunicacional del partido a costa de transparentar cuáles son realmente las tensiones que existen al interior. Es insano esconder esas diferencias debajo de la alfombra. Por eso creo que esto sí ha sido una válvula de escape para mucha gente que ha dicho "bueno, tenemos una luz de esperanza" porque muchos militantes importantes me han confesado que estaban al borde de la renuncia. Para que eso no ocurra, es importante permitir que esas expresiones salgan a la luz pública.
- El jefe de la bancada DC, Gabriel Ascencio, explicó que no lo sacó de la Comisión del Trabajo por haber votado en contra de la idea de legislar de la reforma tributaria, sino que por el tipo de lenguaje que usó en contra de los diputados DC que sí la apoyaron.
- Esa es la excusa. Esa no es la razón de fondo. La diferencia de forma respecto a cómo se dijo lo que se dijo son cosas salvables, conversables y se hubieran podido resolver de una manera fácil. Sin embargo, eso no ocurrió porque lo que había fue una decisión política tomada en orden a que mi posición política y la manera en que defendí mi postura, muchos se sintieron, de manera indirecta porque no ataqué a nadie, atacados u ofendidos. Pero en un debate democrático es legítimo que esas diferencias se puedan transparentar. Por eso no creo que eso sea el motivo, porque si es así, efectivamente la sanción se vuelve aún más injusta, arbitraria y desproporcionada, porque por una diferencia de forma no se puede terminar aplicando una sanción tan extrema como es el hecho inédito en la Cámara de remover a un presidente de comisión. Creo que no se sopesaron los costos políticos internos y externos.
- ¿Puede ser un bumerán?
- Sí. Puede ser. Se sabe cómo empieza y no cómo termina. Yo he luchado por la unidad, tender puentes y buscar una salida más allá de la no permanencia mía en la Comisión de Trabajo. Sí digo que voy a seguir participando de forma muy activa en la comisión, que entrará a debatir la reforma tributaria en particular. El derecho a voz no me lo pueden quitar y participaré activamente en el debate para garantizar que los cambios que ese mal proyecto requiere se concreten y avanzar en la dirección que como partido y oposición veníamos trabajando desde hace meses.
- ¿Puede participar en la Comisión de Trabajo si fue removido?
- No voy a ser miembro porque ya me sacaron, pero sí puedo participar en los debates, presentar indicaciones y marcar mi posición en la discusión.
- Lo trasladaron a la Comisión de Economía. ¿Cuál será su rol?
- No, no tengo ningún rol ahí y no tengo ninguna intención de participar de esa instancia. Fue otra decisión inconsulta del jefe de bancada. Yo no quiero ningún premio de consuelo.
- El resto de los participantes de oposición de la Comisión de Trabajo le han apoyado. ¿Aceptarán que Silber presida la instancia?
- Creo que el escenario más probable es que no acepten que ningún decé tenga esa presidencia. Lo que no se quiere es que nuevamente un presidente de comisión salga con un pacto con los diputados oficialistas. Tengo entendido que el jefe de la bancada decé estaría dispuesto a ceder la presidencia para no romper el acuerdo administrativo de la oposición. O sea, por tozudez la DC está renunciando a liderar el debate.
- ¿Cómo ve el futuro de la DC?
- Lo más probable es que terminemos en un camino propio en soledad para seguir perdiendo electorado. El estilo de Chahín, que es muy autoritario, busca diferenciarse del resto de la oposición a cualquier costo, incluso disparándose a los pies y que nos vean como un partido colaboracionista.
- ¿Se siente incómodo en la DC?
- No, me siento incómodo con la conducción autoritaria.
- ¿Ve peligro de división?
- Creo que hay muchas posibilidades. Hay mucha gente que está al borde de irse. El quiebre está latente y la responsabilidad de que eso no ocurra la tiene la directiva. Y para eso debe darle garantías a todos.
"La sanción que recibí ha hecho que mucha gente, que se siente invisibilizada y no representada, reaccione. Esto sí ha sido una válvula de escape. Militantes importantes me han confesado que estaban al borde de la renuncia" "El estilo de Chahín, que es muy autoritario, busca diferenciarse del resto de la oposición a cualquier costo, incluso disparándose a los pies. Hay un divorcio tremendo entre las decisiones del presidente del partido y las bases"
"El derecho a voz no me lo pueden quitar y participaré activamente en el debate de la Comisión de Trabajo para garantizar que los cambios que ese mal proyecto requiere se concreten"