Hace tres años (en 2016) se inició la implementación de la Ley de Etiquetado de Alimentos en Chile. La iniciativa busca indicar el exceso de nutrientes críticos en aquellos alimentos altos en azúcares, sodio, grasas saturadas y calorías. Un paso necesario en un país que debe avanzar en el combate de la obesidad y el sobrepeso, sobre todo al considerar que tres de cada cuatro personas presentan malnutrición por exceso.
La nutricionista Ximena Palma, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso, explica que esta nueva etapa de la normativa corresponde fundamentalmente a la reducción final de los límites para los nutrientes críticos considerados en la ley (calorías, grasas saturadas, azúcares y sodio), lo que necesariamente implica una mayor rigurosidad a la hora de poder determinar si un alimento, ya sea sólido o líquido, debe o no llevar un sello de advertencia "alto en".
Por otro lado, y probablemente lo que más despierta atención por parte de la ciudadanía y especialmente los productores de alimentos, es que desde esta semana la ley también se hace extensiva a los micro y pequeños productores de alimentos, los que deberán comenzar a implementar el sistema de sellos de advertencia según corresponda.
"Ahora, sí es necesario mencionar inmediatamente que -tal como lo fue con la mediana y gran empresa- esta implementación se completará en un plazo de tres años", aclara la académica.
Ximena Palma, quien además es magister en Ciencias Biológicas mención Nutrición, advierte que en esta fase no se suman nuevos productos en cuanto a que la ley siempre ha contemplado la aplicación de los sellos de advertencia en alimentos procesados (entendiendo por ello a los que se les ha adicionado intencionalmente grasas saturadas, azúcares y sal como parte del proceso productivo).
Sellos de advertencia
"Ahora, estos alimentos procesados deben ser comercializados envasados, ya sea como una porción de consumo habitual o varias, pero no aplica a los productos que se venden a granel ni a productos que se venden en una bandeja alusada en un supermercado", afirma.
Con respecto a dónde será más notoria la implementación, la académica señala que probablemente ahora debieran aumentar la cantidad de alimentos con sellos de advertencia, "ya que muchos productos en la fase anterior quedaron al límite y, si no fueron reformados, ahora llevarán el 'alto en'. Esto es especialmente importante en productos que son consumidos por niños, por ejemplo, porque varios productos como cereales, galletas y postres podrían quedar ahora catalogados como 'altos en' y el llamado es al consumidor mamá o papá a que verifique si la empresa actualizó los parámetros".
Sobre la rigurosidad de la ley, la nutricionista entrega su visión personal: "Creo que la reducción del contenido de nutrientes críticos es positiva por cuanto pretende en cierta medida mejorar la calidad saludable de los alimentos que se ofertan, pero me preocupa que se malentienda que por no tener sellos un alimento es saludable. Por ejemplo, hoy existen muchas bebidas gaseosas que no llevan sellos porque efectivamente cumplen con la normativa, pero eso no las convierte en alimentos saludables. Lo mismo pasa con productos muy procesados, que quizás ahora no tendrán azúcar pero sí una gran cantidad de edulcorantes, o aquellos que reemplacen la sal y la misma azúcar por otros aditivos que cumplan el rol que éstos tienen en los procesos productivos de embutidos, productos horneados, etcétera, pudiendo igualmente afectar el estado de salud de las personas si se consumen en exceso".
La nutricionista agrega "los sellos nos aportan información, pero la clave está en entender realmente lo que estoy seleccionando y cómo esto podría afectarme, en un análisis que debe ser individual o en el contexto familiar".
Impacto
En relación al impacto de la normativa en la obesidad de la población la académica opina que aún no ha sido posible evidenciar el impacto de la ley a nivel del estado nutricional de la población, y eso es algo que probablemente tome algunos años, porque la composición corporal responde a una serie de factores. "Sin embargo, sí se ha evidenciado que la ley ha implicado una reducción del contenido de nutrientes críticos en alimentos de alto consumo como bebidas azucaradas y cereales para el desayuno que va entre un 15 y 20 por ciento, lo que también se ha traducido en una disminución de la compra de estos mismos productos en un 25 y 36 por ciento respectivamente, de acuerdo a datos recientemente publicados por el INTA", sostiene.
Frente a la percepción del consumidor, afirma que "diversas encuestas han observado que las personas consideran la presencia de los sellos al momento de la compra, situación que se da especialmente en los niños, que a mi parecer son quienes mejor han entendido e interiorizado el mensaje".
Recomendaciones
Ximena Palma sugiere "seleccionar los alimentos dentro de una misma categoría (por ejemplo, yogurts o cereales) que tengan menos sellos de advertencia, y posterior a eso, verificar en la información nutricional (tabla en la parte posterior de la etiqueta) cuál es el aporte real de nutrientes críticos para decidir cuál será el que se compre. Es fundamental evaluar el aporte global de nutrientes del alimento, porque no es lo mismo consumir una bebida gaseosa o un jugo sin sellos que una leche, o una barra de cereal integral con unas papas fritas. Ojalá se opte por aquellos alimentos con menor proporción de ingredientes y que los que aparezcan primero en el listado sean naturales. Además, recomiendo tener conciencia sobre las porciones, porque se ha observado que los niños están comiendo cada vez porciones más grandes, cuando su capacidad gástrica es menor a la de un adulto. Por lo mismo, hay que evitar comprar paquetes familiares de galletas o cereales para niños sin supervisión de cuántas se comerán".