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ENTREVISTA. Igor Goicovic, doctor en Filosofía, académico e hincha oro y cielo:

"Everton ha perdido el vínculo, empatía e identidad con los sectores populares de Viña"

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Tomás Moggia C.

Igor Goicovic tiene absolutamente claro el momento en que se hizo hincha de Everton. "Hay pequeñas contradicciones en la familia", advierte de entrada. Y es que su padre, un aficionado al fútbol y seguidor de Santiago Wanderers, solía llevarlo al estadio, ya sea a Playa Ancha o a Viña del Mar, a ver a ambos equipos. Sin embargo, él rápidamente tomó su propia decisión.

"Me preguntó cuál de los dos me gustaba más. Yo era niño, tenía unos siete años, y le dije que esos de la franja amarilla. Fue en el año 68, que Wanderers salió campeón. Y, aficionado a las causas perdidas, opté por el oro y cielo", relata el profesor de Historia y Geografía, académico de la USACH.

También Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Murcia, Goicovic en diversos seminarios y espacios ha hablado sobre el fuerte rol que años atrás Everton tuvo en los barrios obreros de Viña del Mar, algo muy distinto a lo que él mismo percibe hoy.

- ¿Qué le parece el arribo de las Sociedades Anónimas, y que hoy una transnacional como el Grupo Pachuca controle Everton?

- Yo soy bastante crítico. Considero que por una parte la transnacionalización del fútbol le va haciendo perder poesía e identidad a este deporte. No hay detrás de estos proyectos una identificación, ni con las instituciones, ni con las ciudades que las albergan, y eso es un problema importante. En segundo lugar, predomina ampliamente el marketing, pues no hay una preocupación real, ni por las otras áreas desde el punto de vista del desarrollo de la actividad deportiva, ni por las otras divisiones del área del fútbol. Más bien hay una preocupación específica por el rendimiento del primer equipo y eso va haciendo que la comunidad, Viña del Mar, y las ciudades de alrededor, vayan perdiendo el sentido de identidad o pertenencia que tuvieron con Everton durante mucho tiempo. En tercer lugar, hay un movimiento de jugadores entre diferentes equipos de fútbol del Grupo Pachuca, y que no necesariamente significan un aporte para Everton o el fútbol chileno.

-En ese sentido, ¿qué le parece lo que se ha repetido de ser el cuarto grande del fútbol chileno?

-Hemos vivido con varias promesas. Todavía me acuerdo de las promesas de "Castillito", que nos iba a llevar a ser el principal equipo del fútbol chileno. Everton y su trayectoria histórica nos demuestra que hay y ha habido mucho sufrimiento en el acompañamiento del equipo y de la institución. Hemos pasado por momentos muy oscuros, lo cual pone de relieve que para construir un equipo muy competitivo, y una capacidad real de posicionarse entre los más grandes, se necesitan no solamente fuertes inversiones económicas, sino que también un compromiso social, político y cultural muy fuerte de las instituciones de la ciudad y también de la sociedad viñamarina. Sin esos compromisos, es muy difícil que vayamos a ocupar lugares importantes.

-A priori, ha habido esfuerzos en el Fútbol Joven y acercamiento con los hinchas, a escucharlos al menos a través de los Diálogos Institucionales...

- El Fúbol Joven tiene claros y oscuros. Por otro lado, el tema de los Diálogos, se hizo sobre la base de un padrón que se construyó al efecto, donde los grupos más críticos, no solamente los de la barra Los del Cerro, sino que personajes ilustres de Everton como Óscar Padró, quedaron sistemáticamente excluidos, y los exjugadores oro y cielo también. Es una participación más bien regulada, donde las voces críticas eventualmente son incluidas, pero de manera muy marginal, muy tangencial, a efectos de no generar grandes cuestionamientos al modelo que se está desarrollando. Yo espero que haya una revisión de esas políticas y que efectivamente se considere el aporte y la contribución de aquellos que somos evertonianos de toda la vida y que hemos estado acompañando permanentemente al club, tanto en los buenos momentos como en los más oscuros.

- ¿Cree que ha cambiado en esa relación con los hinchas?, sobre todo en relación a los barrios obreros de la ciudad...

- Ahí es donde más se nota la debilidad de la política institucional, no solo de esta administración en particular, sino que de las administraciones de las últimas dos o tres décadas. Everton desde la década del '40, y en su etapa de gloria en 1950, se vinculó fuertemente y en especial con los barrios obreros, no solo porque de ahí venía la gran mayoría de los jugadores, sino que también se hacían procesos de difusión, acompañamiento e incluso escuelas que se apadrinaban a efectos de alfabetizar a la población, y que ponían de relieve una política institucional de fuerte compromiso con los sectores populares de Viña del Mar. En esa época, hasta los '70, era una ciudad eminentemente obrera. El club construyó una próxima muy cercana, de mucho acompañamiento social, político y cultural, lo que fue generando un sincretismo, una unidad e identidad muy potente que yo hoy en día no veo.

- Sin ir más lejos, una encuesta de Adimark hace poco dio cuenta que Everton está lejos de ser el más popular en su propia casa...

- Peleamos con la Católica el tercer lugar, por lo que evidentemente ha habido un retroceso significativo, y frente a eso yo establezco que hay una responsabilidad institucional, no solo de esta administración, sino que de varias administraciones, de a lo menos dos o tres décadas, que han perdido ese vínculo, empatía, identidad y asociativismo con los sectores populares de Viña del Mar.

- A su juicio, ¿cómo se podría abordar ese tema?

- Hay varios aspectos que se deberían tener en consideración. Uno es un mayor despliegue institucional en los cerros de Viña del Mar, y no solo del primer equipo, sino que Everton como institución vaya a los cerros, se muestre, se presente, tenga una cara y un rostro visible, que permita reconstruir o rearticular esa suerte de empatía colectiva que en su momento existió. En segundo lugar, es fundamental que la institución asuma que para generar un mayor grado de adhesión, es importante que la gente tenga una presencia muy fuerte en el estadio y para eso es fundamental tener precios que sean accesibles, pero también estímulos, un acompañamiento mediático que estimule permanente y sistemáticamente la asistencia al estadio, pues da la impresión que con los ingresos del CDF están de una u otra manera resueltos los principales problemas económicos, y que vaya o no la gente al estadio, pasa a ser un tema estrictamente personal o volitivo.

- ¿Y en tercer lugar?

- En tercer lugar, y a propósito del conflicto que hubo recientemente por el uso del estadio Sausalito entre el club y el municipio, es necesario que las autoridades locales se pongan con la institución no solamente el día que Everton está jugando un campeonato internacional, sino que se pongan en términos políticos y generen espacios, respaldos y apoyos, por ejemplo, en campañas educativas en la cual tanto la Corporación Municipal de Educación, por una parte, como el club, por la otra, generen espacios de acompañamiento desde el punto de vista recreativo o del apadrinamiento de instituciones educativas, como se hacía antiguamente. Hace falta un vínculo político más estrecho, y eso me sorprende mucho, porque varios concejales se proclaman evertonianos en el municipio y uno no ve que desarrollen políticas muy efectivas o eficientes respecto de este vínculo más estrecho que debiera haber entre el equipo y la municipalidad.

"Los Diálogos Institucionales es una participación más bien regulada, donde las voces críticas eventualmente son incluidas, pero de manera muy marginal, muy tangencial"

"Varios concejales se proclaman evertonianos y uno no ve que desarrollen políticas muy efectivas respecto de este vínculo más estrecho que debiera haber entre el equipo y la municipalidad" "Para construir un equipo muy competitivo, se necesitan no solo fuertes inversiones, sino que también un compromiso social, político y cultural muy fuerte de las instituciones de la ciudad"

"Fueron a expresar su molestia"

Igor Goicovic, también tuvo palabras para referirse en torno al enfrentamiento que un grupo de hinchas evertonianos tuvo con representantes del club en la celebración de su aniversario número 110°. "Yo me apunto a la declaración del grupo que entró, pues fueron a expresar su molestia, luego de eso trataron de impedirles la entrada y ahí vino el altercado. Sin embargo, creo que las demandas son válidas y que el altercado, en donde hubo agresiones de ambas partes, es el resultado de no permitirles hablar, pues el grupo Pachuca no permite voces disidentes", precisó.