En su artículo del 15 de junio, en este mismo medio, el Prof. Rodrigo Navia hace una excelente exposición de las variables que influyen en la determinación de la Tasa de Política Monetaria (TPM). El Banco Central justificó la baja de tasa en 50 puntos base debido a una "recalibración" de los parámetros que utiliza en la conducción de su política. En este artículo discuto los peligros asociados a la manera cómo se hace política monetaria en la actualidad.
La conducción actual de la política monetaria
La TPM se fija en función de tres elementos clave, la TPM neutral, la tasa de inflación respecto a la meta y la brecha de actividad. De estas tres variables, la TPM neutral, la cual está asociada a la tasa de interés neutral, es la que se mantuvo sin cambio por largo tiempo hasta la recalibración reciente. Usualmente se discuten cambios en la TPM como función de la inflación y la brecha de actividad únicamente. Pareciera ser que, dado que los posibles cambios en la tasa de interés neutral son infrecuentes, la conducción de la política monetaria se realiza con una precisión adecuada. Sin embargo, eso está lejos de ser así. De partida, la brecha de actividad es en sí inobservable. No es posible observar cuál es el producto de la economía cuando todos los factores de producción están plenamente empleados. Por otro lado, la inflación si bien no es inobservable, el IPC, calculado por el INE, es sólo una aproximación al verdadero costo de vida del común de la población. Por ejemplo, el INE actualiza periódicamente la canasta relevante de bienes y servicios que se considera para computar el IPC, dicha canasta es cada vez más difícil de construir debido a la innovación de los productos a nivel mundial, como Netflix o Uber. Si a esto le sumamos la incertidumbre en la tasa de interés neutral, entonces la fijación de la TPM puede dar una sensación de rigurosidad matemática en su cumplimiento de objetivos, que en la realidad carece.
Estas consideraciones pueden llegar a ser más que simples conjeturas. Por mucho tiempo, antes de la gran recesión del 2008 en Estados Unidos, la tasa de política que fijó la Reserva Federal, es vista ahora por muchos analistas como excesivamente laxa. Lo que generó un exceso de crédito en la economía, que se considera fue determinante para su posterior dolorosa corrección. En su momento, sin embargo, con una metodología similar a la que emplea el Banco Central de Chile, que dicho sea de paso es utilizada hoy por hoy de manera generalizada, no se avizoró que la política monetaria laxa podría estar creando una burbuja crediticia.
En Chile, si bien quizás era necesaria esta recalibración de la TPM, surge la pregunta: ¿por cuánto tiempo, el Banco Central de Chile consideró parámetros erróneos al fijar la TPM, en su conducción de política monetaria? Ciertamente el flujo migratorio, como las tasas bajas a nivel internacional llevan varios años manifestándose. Aun cuando los consejeros del Banco también utilizan su criterio antes que simplemente la aplicación de una fórmula mecánica, la "sintonía fina" que se pretende hacer de la economía con el manejo de la TPM es sin duda una tarea muy difícil.
Consideraciones adicionales
Existen además otros canales de transmisión de la política monetaria que hacen aún más difícil la labor de "sintonía fina" del Banco Central. Existe evidencia a nivel internacional que el mercado presta mucha atención a la fijación de la TPM, dando lugar a que el Banco Central transmita al mercado información privada respecto a su visión de la economía. Una reducción de la TPM por ejemplo, puede revelar al mercado que la situación económica es más débil de lo que éste anticipaba y, por lo tanto, la reducción en la TPM puede ser menos expansiva de lo esperado al hacer más pesimista al mercado respecto al desempeño de la economía.
Quizá por todas estas vicisitudes del manejo de la TPM, Milton Friedman, premio Nobel de Economía el año 1960, propuso una regla de conducción de la política monetaria muy simple. El dinero provisto por el Banco Central debía crecer un porcentaje fijo cada año. De esta manera se provee al ciudadano de los medios de pago asociados a diferentes transacciones que crecen con la economía. Bajo esta política el Banco Central se abstiene de hacer "sintonía fina" en la economía. Quizá lleguen los tiempos en que esta propuesta se considere seriamente en los Bancos Centrales del mundo, aunque esto implicaría reducir el Banco Central a su mínima expresión, lo cual es, dado el estado de actual de las cosas, políticamente infactible.