La revisión técnica de vehículos, en manos de empresarios privados, tiene alta importancia pública, pues incide en las condiciones de seguridad y contaminación de las máquinas que circulan en el país.
Esta revisión, que se realiza anualmente en plantas especializadas, verifica el cumplimiento de normas para vehículos, particulares, de transporte público y de carga. La rigurosidad de ese control es fundamental pues, en teoría, garantiza seguridad tanto para usuarios de los vehículos como para la población en general.
El creciente aumento de unidades en circulación supone mayor demanda de los servicios de las plantas de revisión técnica las cuales, a su vez, están sometidas a controles del Ministerio de Transporte, para asegurar que en su tarea verifiquen objetivamente el cumplimiento de las normas establecidas.
La demanda ha determinado la necesidad de mayor cantidad de plantas, las que son autorizadas mediante licitación pública. En la Región este proceso ha significado licencias para 21 nuevas plantas, de las cuales 9 están operativas en tanto que otras cuatro abrirán en los próximos meses. Además, siete se encuentran en construcción y otras dos tienen su licitación pendiente.
Esta renovación ha significado el cierre de plantas antiguas al no ajustarse a las nuevas exigencias tecnológicas, lo que ha derivado en recursos judiciales.
El objetivo de la renovación e incorporación de nuevas plantas, afirma José Emilio Guzmán, secretario regional ministerial de Transportes es "subir el estándar de control de los vehículos y minimizar la intervención humana por parte de mecánicos y técnicos en el proceso". Así la revisión resulta mucho más transparente y se evitan discrecionalidades detectadas en plantas antiguas "donde -dice- se aprobaba sin mayor impedimento un vehículo que no reunía las condiciones para ello".
La revisión técnica es especialmente importante en el caso de vehículos usados, cuya venta en la Región ha aumentado este año en un 5%. Se trata en general de automóviles con un recorrido promedio de 95 mil kilómetros, lo que significa desgaste en sistemas de frenos, dirección, iluminación y emisión de gases. Ese desgaste es necesario detectarlo para que los propietarios lo corrijan, responsabilidad justamente en manos de la plantas de revisión. No se trata, pues, de un mero trámite para posteriormente obtener de la municipalidad el permiso de circulación.
La incorporación de nuevas plantas debe significar competencia de precios, agilidad en la atención pero, en modo alguno, "generosidad" en la entrega de certificados que permitan la circulación de un vehículo cuya presencia en calles y caminos pueda resultar peligrosa para la seguridad pública.