Francisco Meneses V.
desangrando en el suelo"
El relato de Michelle Winterburn en la audiencia de prueba anticipada ante el Juzgado de Garantía de Valparaíso, reflotó lo ocurrido en la mañana del 21 de junio. Ese día el geoquímico de nacionalidad canadiense Peter Alan Winterburn falleció producto de las puñaladas que recibió tras resistirse al asalto del que fue víctima en la calle Templeman, del cerro Alegre.
En el mismo sitio del suceso, y en medio de los turistas que circulaban en la mañana dominical, Christian Godoy, presidente de la Junta de Vecinos N°73 Cerro Alegre Parte Baja -quien fue uno de los vecinos que auxiliaron al malogrado turista- rememoró esos minutos posteriores, marcados por la tensión y por la ayuda de quienes salieron a la calle al escuchar los gritos de la esposa y la hija de la víctima.
"Nosotros subimos con mi hija a ver lo que estaba sucediendo y vimos al turista en el suelo, desangrándose, con una vecina haciéndole reanimación. Él estuvo agonizando cerca de 5 a 10 minutos mientras se realizaban llamados desesperados a Carabineros y sin saber qué hacer; él alcanzó a resistir unos 10 minutos. Después la vecina dijo que había fallecido", relató el dirigente.
En ese instante, tanto la esposa y la hija de Winterburn como los vecinos, entraron en estado de shock al no tener claro qué hacer ante la situación, ya que como explica Godoy, "que muera alguien en la calle, acuchillado, no es una escena de todos los días". Cerca de 20 a 25 minutos después del asalto, cuando el geoquímico yacía muerto, recordó Godoy, "llegó Carabineros; le sacaron los documentos para revisar quién era. Ahí se pusieron a conversar con los familiares. También llegó la ambulancia".
-¿Cómo se lograron comunicar con los familiares en ese momento de angustia?
- La hija hablaba un poco de español y los vecinos le explicaron que el papá había fallecido. La mamá no hablaba mucho español, la hija le avisó y ahí empezaron los llantos y gritos. No había forma de calmarlas porque estaban las dos totalmente shockeadas. Los vecinos, que éramos no más de 10, comenzamos a darles agua y a tratar de consolarlas en la medida de lo posible; y después cuando llegaron los detectives y Carabineros cercó la zona.
- Ustedes se contactaron con los equipos de emergencia, pero era complejo que llegaran al sector.
- La vecina que le dio reanimación dijo que ninguna ambulancia hubiese llegado en el tiempo que necesitaba. Al parecer tenía dos puñaladas y en el forcejeo le golpearon la cabeza en el poste. Entonces se desangró; además del golpe que se dio cuando cayó. Fue una situación muy compleja porque lo que se ve en las cámaras es que ellos iban en grupo y aquí se separaron; él se quedó tomando fotografías a los murales y la señora con la hija avanzaron por separado. Él acá comenzó a gritar, bajaron ellas corriendo, pero cuando llegaron él estaba en el suelo, ya lo habían acuchillado porque fue un tema de segundos nomás, él no quiso soltar la mochila. Fue una cosa muy impactante para nosotros, pero trabajando con otras juntas de vecinos, se sabía que estaban ocurriendo asaltos con arma blanca y pistola en la junta N°28, del cerro Concepción; y aquí habían sido asaltados vecinos con pistolas. Carabineros y las autoridades tenían noción de lo que podía pasar, pero un asalto de esas características se espera en la noche, no a las 12 del día, y le podría haber ocurrido a cualquiera de nosotros.
- ¿Cómo es el día a día de los vecinos del cerro Alegre?
- En vez de visualizar la culpa en las autoridades, en Carabineros que no llegaron a tiempo, nosotros también estamos un poco desorganizados. En nuestro caso cumplimos con hacer asambleas, pero van siempre los mismos vecinos; tenemos un público de entre 25 y 30 asistentes. Tampoco está el compromiso del vecino con el barrio; entonces, lo que esperamos es que a raíz de la muerte del turista, salgamos de nuevo a la calle y nos comprometamos con el barrio. Antes todos los viernes y domingos se ponía una feria; si esa feria hubiese estado, tal vez Winterburn no hubiese muerto porque la feria nos llamaba a compartir. Hay situaciones de vida de barrio que se han ido perdiendo, lo que llama a que seamos un cerro desprotegido y la delincuencia esté presente todos los días.
- ¿Cuál ha sido el rol de Carabineros después de este suceso?
- Hay que agradecer a la Octava Comisaría y a la Prefectura que han cumplido con todo lo comprometido. Hay rondas todo el día, a todo horario; asaltos hay, por ejemplo te rompen el vidrio del auto, son cosas algo imposibles de controlar, pero sí hay más presencia de carabineros y se siente un cerro más protegido.
- ¿Han mantenido reuniones con la Gobernación y el municipio?
- La Municipalidad se comprometió a la poda de árboles, la revisión de luminarias y todo eso se ha ido haciendo. En general han ido cumpliendo lo que prometieron y también lo que está a su alcance también, porque la Municipalidad tiene competencias en algunas cosas, Carabineros las tiene en otras. Entonces a lo que ellos le corresponde y se responsabilizan, todo eso se ha desarrollado bien.
- ¿La vida normal de los vecinos del cerro cambió después de la muerte de Winterburn?
- Sí, en general cambió. La gente está más preocupada de sí misma, creo, y ha tomado resguardos personales, pero no hemos tomado resguardos personales a nivel de barrio, y eso es lo que a mí me preocupa, porque uno ve el complemento y eso es lo que nosotros tenemos que asumir como vecinos: tenemos que ser más unidos para que estas cosas no continúen, esa es la idea. Esperamos que el caso del turista sea el único. Es lamentable, pero esperamos que no sucedan más situaciones como la que sufrió el canadiense.
- ¿Y cuál es el rol que debe jugar el sector turístico?
- También debe haber una responsabilidad de los que llevan los tours, de los hoteles. Es responsabilidad de ellos, como particulares, asumir lo que pasó con este turista, y avisar a los visitantes, no dejarlos a la deriva o que caminen libremente por el cerro porque puede pasar de nuevo. Carabineros está haciendo rondas, los vecinos estamos más preocupados, pero esto puede pasar de un rato para otro. Nos gustaría que los hoteles asumieran protocolos con los pasajeros, que no los dejaran solos, que les llamaran un taxi para que los recibieran en la puerta; lo mismo los guías turísticos, que permitieran que los turistas se mantuvieran en grupos y no se dispersen porque pasa lo que pasa. No hemos tenido mayores conversaciones con ellos, pero nos gustaría tenerlas para que no vuelva a suceder esto ya que al final lo que hacen es arriesgar a la persona, a cualquiera.
"Hay situaciones de vida de barrio que se han ido perdiendo, lo que llama a que seamos un cerro desprotegido y la delincuencia asista todos los días"
"La mamá no hablaba mucho español, la hija le avisó y ahí empezaron los llantos y gritos, no había forma de controlarlas"