"Estamos coordinados con el intendente Martínez para gestionar los trabajos de emergencia y entregar toda la ayuda necesaria a los afectados"
Sebastián Piñera
Presidente de la República
"No hay forraje en la región producto de la sequía"
Carlos Recondo
Director del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap)
El Plan de Desarrollo Comunal (Pladeco) es una útil herramienta al servicio de los gobiernos locales. Tiene por objetivo la coordinación de los distintos intereses que están en la comuna, pensando siempre en el bien común. La alcaldía ciudadana, con Jorge Sharp a la cabeza, ha buscado impulsar con esta herramienta un proceso transformador en Valparaíso que parte desde los territorios.
El Pladeco es importante para todas y todos porque construye colectivamente una visión de comuna, siendo un instrumento que prioriza las principales necesidades y proyectos que vayan en pos de soluciones que en algunos casos son urgentes. Esto es relevante, ya que ejerce la soberanía territorial, fortaleciendo los barrios, orientando la inversión y garantizando los derechos colectivos.
Hace siete años, Valparaíso no tenía un Pladeco y fue a principios de siglo la última vez que los actores de la comuna se pusieron de acuerdo, si lo podemos señalar así, sobre una hoja de ruta. Los resultados relatados por vecinas y vecinos en las audiencias sobre el desarrollo que ha tenido Valparaíso son claros: barrios sin inversión pública hace 30 años, fuerte explotación inmobiliaria sin oferta para los habitantes, daño ambiental, son sólo algunos de los diversos temas relevantes que emergieron en la riqueza del diálogo.
La ciudadanía quiere ver cómo su ciudad sabe sacarle partido a sus riquezas. Esto ha quedado demostrado con la alta participación de ciudadanos y dirigentes territoriales en las audiencias públicas. Dirigentes que se han puesto la camiseta por la ciudad, planteando sus inquietudes y a la vez dando espacio a la coordinación entre actores y sus intereses, pero siempre teniendo en el horizonte el buen vivir.
Un ejemplo en materia de participación fue el diálogo permanente que se tuvo con las comunidades de los campamentos. Por primera vez pudieron ser escuchados, después de años invisibilizados. Actores territoriales organizados, que son parte de la construcción colectiva de cómo habitar Valparaíso, han sufrido la segregación de la visión desarrollo de los últimos decenios.
Esperamos que sea aprobado, ya que Valparaíso no puede esperar más. Es lamentable que pequeños grupos de la ciudad no se hayan hecho parte del proceso participativo y llamen al rechazo del instrumento, cuando una ciudad sin Pladeco, es una ciudad destinada al fracaso como lo hemos estado viviendo en el último tiempo. Esperamos que todas y todos puedan ser parte de este proceso para avanzar en una comuna donde nadie quede atrás, donde todas las visiones estén integradas, una ciudad puerto del siglo XXI que fortalezca sus vocaciones y se consagre como un territorio ejemplo de la superación del abandono y de la instalación de un Valparaíso justo y sostenible.
En poco más de una semana zarpará el vapor "Arauco" a la colonia en Magallanes por orden del gobierno, llevando víveres para los habitantes y además los reos confinados enviados por el Ministerio de Justicia. También este buque transportará al Obispo de Ancud y a personas de su comitiva a la ciudad de Punta Arenas.
La corbeta "General Baquedano" ya viene de regreso de su viaje de instrucción de guardiamarinas que llegó hasta la Isla de Pascua. Según un radiograma recibido ayer, el buque escuela se encontraba a unas 500 millas del puerto de Talcahuano, frente a Coronel. Por lo tanto, en 2 o 3 días se espera el arribo de la nave.
A las 18 horas de ayer, el alcalde de Viña del Mar, Juan Andueza Silva, lanzó la primera bolita en la mesa Uno del Casino Municipal, dando así por iniciada una nueva etapa en la historia de esta ciudad. Luego de 40 años de espera, de proyectos, desde ayer estará funcionando durante todo el año el Casino de Viña del Mar.
La televisión ha mostrado a todo Chile cómo Valparaíso se cae a pedazos. Desde la noche del martes las imágenes, con detalles, declaraciones y explicaciones, presentan la tragedia ocurrida casi en pleno centro de la ciudad cuando al ceder un muro de contención se aplasta una concurrida escala, desplomándose a la vez una antigua casa. El complejo y peligroso rescate, con nuevos derrumbes, presenta un saldo de seis víctimas fatales.
La casa colapsada, con más de un siglo de antigüedad, en su tiempo fue de calidad y el muro soportante lucía como recia estructura. Sin embargo, el paso del tiempo, sismos de diversa cuantía y la humedad, hicieron lo suyo y dejaron todo ese conjunto convertido en un verdadero castillo de naipes pronto a desplomarse. Para los expertos, riesgo predecible y quizás un olvidado estudio así lo consigne.
Como primera aproximación se puede hablar de falta de mantención de todo el conjunto y se podrían investigar también intervenciones imprudentes, como ocurre en muchas viejas edificaciones de Valparaíso.
Paradojalmente, esta tragedia ocurre casi en el centro de la ciudad a metros de la plaza Victoria, del Club Naval, la Municipalidad, antigua Casa Pompeyana de Edwards Bello, y la Catedral. El cerro mismo se presenta como un lugar de vivienda cercano, favorecido con el recién restaurado ascensor Espíritu Santo y también como atracción turística con el Museo a Cielo Abierto, tentadora oferta gourmet y linda vista.
Pero la decadencia que castiga al otrora "puerto principal" se hizo presente con brutalidad, pese a su patente patrimonial, sumándose a otros signos de alarma como el cierre de la Bolsa de Corredores, llegando a lo delictual, el viaje al parecer sin retorno de los trolebuses y la nube tóxica de la droga que oscurece con su sombra siniestra el hermoso anfiteatro porteño.
Después de la tragedia viene la hora de las explicaciones, la búsqueda de responsabilidades y de acciones judiciales que pueden reparar el daño material, pero que no mitigan el dolor que significa la pérdida de seres queridos.
Y la recomendación de siempre: sacar lecciones de esta nueva experiencia fatal, partiendo por un urgente catastro de aquellos puntos de esta ciudad que vive en riesgo permanente, donde están instaladas esas verdaderas bombas de tiempo que son los muros de contención al borde del colapso sobre los que se emplazan edificaciones ruinosas, trampas mortales para sus residentes, y bajo los cuales circulan personas. Tras todo esto hay propietarios que deben asumir su responsabilidad y también autoridades que deben aterrizar su acción en el terreno mirando, día a día, que la casa esté en orden y sea segura para sus sufridos moradores.