Aciagos días ha vivido la Ciudad Patrimonial, días marcados por la muerte horrible de un conjunto de personas que vieron derrumbarse sobre sus cabezas la vivienda que habitaban. Desgracia que se suma a una historia trágica que da cuenta de la vulnerabilidad y abandono de Valparaíso desde hace muchos años.

Este hecho ha producido un inmenso dolor en las familias y seres queridos de los fallecidos, a quienes manifestamos nuestros sinceros sentimientos de pesar. También destacamos el trabajo incansable de las compañías de bomberos, la municipalidad, el Gobierno Regional, la Gobernación Provincial, policías, voluntarios y otras instituciones que actuaron con temple desde que se supo la triste noticia.

Estamos frente a la única ciudad patrimonial de Chile y no habrá otra con este distinguido reconocimiento internacional que otorga selectivamente Unesco. Sin embargo, lamentablemente el país no ha aquilatado ni valorado suficientemente esta distinción. No existe política pública clara que se haga cargo del desarrollo de la ciudad y de su valor patrimonial. Países con menor nivel de desarrollo se han comprometido a través de políticas e instrumentos focalizados para poner en valor el patrimonio, lo cual ha dado paso a ciudades bellas, atractivas, sostenibles y seguras que rescatan el patrimonio tangible e intangible, incrementando así el turismo, el comercio, la cultura, la educación y los emprendimientos creativos en torno al patrimonio.

Una ciudad postergada como Valparaíso genera problemas sociales de gran complejidad, con altas tasas de desigualdad y de pobreza, mayores niveles de cesantía, comercio informal e inseguridad. Esto, sumado a malos hábitos de una parte de su población, genera peores condiciones de habitabilidad y pone en riesgo permanente a la ciudad.

La falta de conciencia colectiva acerca del valor de la ciudad y la necesidad de cuidarla es uno de los problemas que deben ser abordados por la comunidad. La palabra "comunidad" refiere a la común unidad: la solución a los problemas enunciados debe promoverse desde la unidad y enfrentar en conjunto los distintos problemas y desafíos que tiene Valparaíso, comprometiéndonos con objetivos claros y compartidos.

Las universidades hemos manifestado nuestro compromiso y siempre estaremos dispuestas a colaborar con una mejor calidad de vida en Valparaíso. Nuestros estudiantes, académicos y especialistas han generado estudios, investigaciones, informes sobre los temas que nos preocupan. Las capacidades de las universidades pueden ser más y mejor aprovechadas para la planificación y toma de decisiones.

Lo que no nos puede seguir ocurriendo es que lamentemos hoy esta tragedia, lloremos a los muertos, solidaricemos con las familias y olvidemos nuestro compromiso con la ciudad, con sus habitantes y con el futuro. No podemos repetir la historia de otras tragedias, pasando del compromiso al olvido.

Más vale tarde que nunca. Reflexión que, con vergüenza, aparece cuando, consumada la tragedia, se anuncia la confección de un catastro de construcciones riesgosas que amenazan Valparaíso. El trabajo debe cubrir plan y cerro y no sólo viviendas, sino que también espacios o bienes públicos que signifiquen peligro para la población.

En el caso de viviendas, están aquellas desocupadas, ruinosas o en el riesgo de caer y también las que han sido intervenidas con el fin de aumentar su capacidad, sobrecargando instalaciones, especialmente eléctricas o de gas, lo que supone peligro de incendio, otra de las amenazas propias de Valparaíso.

Un catastro implica, además, establecer la propiedad de esos inmuebles para determinar claramente responsabilidades en su mantención y explotación. Es posible que muchos propietarios estén lejos o bien no tengan medios para reparar los inmuebles riesgosos.

En cuanto a lo público, hay que conocer el estado de los innumerables muros de contención que existen en la ciudad en base a los que, así como se ganó terreno al mar, se ha ganado terreno al cerro logrando habilitar espacios para vivienda o vías de circulación. Ejemplo concreto es la subida Baquedano, sustentada en un muro que soporta una doble calzada de creciente tránsito. Y está también la avenida Alemania. Sólo bajo esas dos vías hay cientos de viviendas y numerosas escalas, como aquella de la tragedia. ¿Cuál es el estado de esos muros en los que se han invertido grandes sumas?

El alcalde Jorge Sharp habla de la necesidad de acometer esta tarea con un comité técnico para hacer un trabajo unificado, sumando la información existente a otra actualizada que se debe levantar en terreno.

En esta labor, sin duda, deberían participar activamente las universidades locales, demostrando así en los hechos su compromiso con la comunidad: tres universidades públicas porteñas tienen prestigiosas escuelas de arquitectura, a las que se añaden otras privadas. Existen además en ese nivel superior escuelas de ingeniería y construcción civil.

Y esta presencia universitaria no sería novedad pues, por ejemplo, generaciones de estudiantes de arquitectura han tenido a Valparaíso como eje de su trabajo formativo, logrando como titulados reconocimiento nacional e incluso internacional. Hay ahí un desafío para que la Academia abra sus puertas y muestre su sintonía con la ciudad que la acoge y le entrega, gratuitamente, un inigualable laboratorio urbano. Así, tras el dolor y sin abandonar esfuerzos ante la posibilidad de nuevas víctimas, está la urgencia en pasar de las palabras y las recriminaciones a la tarea concreta de confeccionar un catastro preventivo y, si no es mucho pedir, que también podría ser creativo.

150 años | 17 de agosto de 1869

Reunión de obispos en nuestro Santiago

Dentro de poco, tal vez antes de 20 días, podremos ver en Santiago de Chile una verdadera novedad: con el fin de marchar a Roma, 8 obispos del Perú vendrán a esta ciudad para embarcarse con los nuestros en el vapor de la vía del Estrecho, que debe salir de Valparaíso el 13 de setiembre rumbo al Concilio Ecuménico.

100 años | 17 de agosto de 1919

Alemanas piden que liberen a prisioneros

BERLÍN, 16.- Ayer se realizó una reunión de mujeres en el Salón Filarmónico para pedir la pronta devolución de los prisioneros de guerra. La manifestación terminó cuando las mujeres fueron dispersadas por la policía, después de haberse dirigido al Palacio de la Cancillería, donde "regalaron" los oídos de los soldados con insultos.

50 años | 17 de agosto de 1969

Murió Blaiberg: 594 días trasplantado

CIUDAD DEL CABO (ÁFRICA DEL SUR) , 17 (AP).- Philip Blaiberg, que vivió más que ningún otro paciente con corazón ajeno, falleció hoy, a las 13.40 horas de Chile, 594 días después de serle injertado el corazón de un mulato, a los 60 años de edad. La operación hecha por Christian Barnard, fue el tercer trasplante en el mundo.