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ENTREVISTA. Carlos Ominami, exsenador, exministro y director de la Fundación Chile XXI:

"La lección que deja para la oposición la derrota de Macri es la importancia que tiene la unidad"

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Paola Passig

Mientras en la oposición hay varios que tras la derrota del Presidente Mauricio Macri en las primarias creen que llegó la hora de buscar un "Alberto Fernández criollo", el exministro y exsenador Carlos Ominami pone paños fríos. Así, el director de la Fundación Chile XXI, quien renunció al PS tras 25 años de militancia, considera que las realidades de Chile y Argentina no son comparables y los efectos no son instantáneos. El defensor del bacheletismo explica, además, su cercanía con Fernández. "Nos conocemos desde hace mucho tiempo y efectivamente hemos tenido la oportunidad de conversar mucho; tenemos mucha sintonía. Tuvimos un proyecto editorial conjunto. Tenemos una cercanía política y afectiva", explica.

- ¿La derrota de Macri tendrá un impacto en Chile?

- Las cosas no se pueden replicar porque la situación en Argentina es muy particular. Sí hay que decir que en todo esto de que venía una ola neoconservadora y neoliberal que iba a barrer con todo lo que fuera progresismo e izquierda en la región ha quedado desmentida. Eso no es así y más que un ciclo inicial de gobiernos conservadores, lo que hay es un proceso que está abierto. Lo segundo que ha quedado demostrado en Argentina es la importancia de la unidad de la oposición; en eso el aporte de Alberto Fernández ha sido de primerísima importancia. Rompió el techo que tenía Cristina Fernández que no le habría permitido, en ningún caso, ganar como lo hizo Alberto. Eso permitió generar una unidad de la oposición al punto que la tercera opción quedó muy reducida. En otras condiciones la tercera opción podría haber tenido mucha más fuerza.

- Pero ¿tendría un efecto en nuestro país?

- Con todas las diferencias que hay entre ambos países, si algo hay que recoger del proceso argentino es la necesidad de la unidad de la oposición que claramente no existe en Chile. Lo otro es que la relación Chile-Argentina seguirá siendo muy fluida. Alberto es un gran admirador del proceso de transición chilena y en eso no debe haber ninguna aprensión. Sí hay temas en política exterior que van a sufrir cambios. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con Prosur. Ya era algo que estaba muy cuestionado, ya que fue muy improvisado y ahora queda más cuestionado.

- ¿Por qué Alberto Fernández es un liderazgo beneficioso para Argentina?

- Tiene capacidades que son fundamentales para las condiciones que vive la Argentina hoy, como la capacidad de escuchar, la capacidad de negociar y de articular, capacidades que se habían perdido en el segundo gobierno de Cristina Kirchner, y él aporta mucho a eso. Él dijo algo muy importante y es que hay que superar esto que se llama "la grieta" y buscar condiciones que permitan un encuentro de los argentinos para enfrentar la situación que se viene. Que va a ser difícil, lo será, pero Argentina tiene todas las condiciones para salir de estas condiciones tan delicadas.

- ¿Puede devolver la confianza en el peronismo?

- Él expresa un peronismo renovado. Y tiene una capacidad de diálogo con sectores de la derecha democrática como también con sectores de izquierda. Él se da cuenta que se requiere un tremendo respaldo para sacar adelante a Argentina y me parece que tiene las condiciones para hacerlo.

- El columnista Jorge Navarrete sostuvo que con la derrota de Macri el gobierno de Piñera se iba a ir quedando solo, arrinconado e irrelevante.

- O sea, efectivamente pierden a un amigo y este bloque conservador va a perder fuerza. Ahora, insisto, no se pueden comparar las situaciones de Chile y Argentina. Creo que la situación de Macri es especialmente delicada porque no sólo tuvo una mala elección como él dijo, sino que reaccionó muy mal al punto que tuvo que salir a pedir disculpas -al decir que actuó de esa manera porque estaba afectado y no había dormido-, lo que en su condición de Presidente lo dejaron muy disminuido.

- ¿Es una lección para la oposición en Chile?

- Hay lecciones en el sentido de que el neoliberalismo no ofrece soluciones. Queda demostrado que esta idea de que uno abre la economía, ajusta algunas variables y eso va a significar un gran flujo de inversiones externas, son quimeras. Y desde el punto de vista de la oposición, muestra la importancia de la unidad.

- Pero la oposición en Chile está muy fraccionada; no se le ve un futuro muy auspicioso.

- Efectivamente, uno puede advertir que hay a lo menos cuatro tipos de oposición. Está la que representa el PS y el PPD, que es la más clásica; está el FA; está el sector que se ha plegado al PC como el PRO y el Frente Regionalista, y está la DC, que sigue siendo una fuerza de oposición. Faltan más de dos años para la próxima elección presidencial, donde será muy relevante lo que ocurra con la elección de gobernadores. Si se generan procesos de convergencia y hay un resultado razonable, la elección presidencial queda abierta, pero si se mantienen los alineamientos y divisiones actuales, en octubre del 2020 puede quedar sellada la derrota presidencial.

- ¿Este triunfo permitirá reordenar el naipe?

- Lo que pasó en Argentina es la mejor noticia que ha tenido el mundo progresista en años. Da ánimos, pero tampoco hay que pensar que los argentinos van hacer la pega que tenemos que hacer nosotros. Aquí hay que ser capaces de generar una opción propia a partir de la convergencia de fuerzas. Donde sí tengo un motivo de preocupación es que en el mundo del FA haya gente que piense que no es tan grave volver a perder, ya que ellos tienen el tiempo para perder y recuperarse. Creo que eso es un grave error.

- En el oficialismo se ven varios candidatos perfilados, no así en la oposición o en las oposiciones.

- Hoy lo que prima es la división, la dispersión, la ausencia de proyectos y la ausencia de liderazgos. Ahora los procesos son fluidos, hay cosas que han venido desarrollándose, hay iniciativas más subterráneas que espero puedan ir prosperando en el curso del año y dar paso a un 2020 más promisorio, pero claramente la situación de la oposición es inquietante.

- ¿Ve algún liderazgo opositor que pueda aunar posiciones en un estilo Alberto Fernández?

- Creo que la proliferación de candidatos no es una mala cosa porque permite un abanico más amplio de opciones. Ahora, no hay que poner la carreta delante de los bueyes. Lo básico aquí es poder recomponer un conjunto de ideas que den la sensación de que hay un proyecto de país y a partir de esto, ir viendo cuáles son los liderazgos más adecuados para instalarlos.

- ¿La crisis en el PS está afectando a la oposición?

- Justamente, la crisis del PS es uno de los problemas que tiene la oposición, pero la aguas se han aquietado y Maya está en la línea de dar vuelta la hoja. Entonces, espero que se enfrenten los problemas de fondo, se haga la revisión del padrón y se eliminen los focos de corrupción que algunos piensan que existen. Yo suscribo la tesis de generar condiciones para un entendimiento lo más amplio posible, desde la DC al FA. Sé que es difícil, pero esa en la línea que puede permitir cambios sustanciales.

- Se produjo una polémica por la edad. ¿Qué le parece Insulza, Landerretche, Muñoz u otros?

- Saludo a todas las personas que, en las condiciones tan difíciles de la política, estén disponibles para asumir responsabilidades. Lo más grave sería que no hubiera ningún interesado.

- ¿Marco Enríquez- Ominami tiene opción?

- Él todavía es una persona joven, tomó la decisión de retirarse transitoriamente de la política y me parece que ha sido una buena decisión. Me llama la atención que en varias encuestas continúa marcando. Marco tiene capital, hay gente que le tiene mucha simpatía, ha ido resolviendo los problemas judiciales, pero si vuelve o no a competir será una determinación que él tenga que tomar, esa es una decisión sólo de él.

"Lo que pasó en Argentina es la mejor noticia que ha tenido el mundo progresista en años. Da ánimos, pero tampoco hay que pensar que los argentinos van hacer la pega que tenemos que hacer nosotros"

"Si hay convergencia en la elección de gobernadores y un resultado razonable, la presidencial queda abierta, pero si se mantienen las divisiones actuales, en octubre del 2020 puede quedar sellada la derrota presidencial" "Donde sí tengo un motivo de preocupación es que en el mundo del FA haya gente que piense que no es tan grave volver a perder, ya que ellos tienen el tiempo para perder y recuperarse. Creo que eso es un grave error"