"Beneficiará a cerca de 12 millones de pasajeros (al año) que hoy demoran hasta 3 horas en bus de La Calera a Valparaíso"
Gloria Hutt
Ministra de Transportes, por extensión del servicio de Metro Valparaíso
"Hay limitaciones que a veces no nos permiten avanzar todo lo rápido que quisiéramos"
Cristián Varela
Gerente general de COP25, ante protesta realizada por habitantes de Quintero
Tristemente icónico es que una de las personas fallecidas en la tragedia de la cárcel de San Miguel en 2010, estaba privada de libertad por vender música en la calle. En tanto, en marzo de 2018, el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago acogió la solicitud del Ministerio Público de la prescripción de la acción penal y decretó el sobreseimiento definitivo respecto de 58 imputados por facturas falsas en el "caso SQM".
Por estos días, el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, en procedimiento abreviado, condenó a libertad vigilada y multas de 2 UTM a exuniformados por malversación de caudales públicos y lavado de activos en el marco del "fraude en Carabineros". En tanto, el Tercer Juzgado de Policía local de Viña del Mar ordenó el arresto de una persona discapacitada por ubicar una rampa en el acceso a su casa.
Estos son algunos ejemplos de lo que el destacado penalista Eduardo Novoa Monreal catalogaría como "justicia de clase". Si bien no se puede caer en absolutos, afirmando que en Chile siempre las sentencias judiciales sólo favorecen al sector acomodado y perjudican a los pobres, cabe a lo menos alumbrar sobre factores que la propiciarían.
En la justicia penal, muchas veces se da, por un lado, un cierre abrupto y, por otro, la sagacidad de las defensas de la "clase privilegiada". El primer factor no obedece necesariamente a tratar mejor a los favorecidos, sino que hay un incentivo -devenido en perverso- a fin de que la causa concluya, tanto en la Fiscalía como en la Judicatura, que va más allá de la carga y trabajo que implica, por ejemplo, un juicio oral; esto es, que el término pronto de causas está asociado a metas institucionales. Esto en ocasiones bloquea la disposición hacia una investigación efectiva, esclarecimiento de los hechos y establecimiento de la responsabilidad penal pertinente, dado que si se extienden por mucho tiempo los procesos judicializados, se corre el riesgo de pérdida de la meta, y si esta se cae, los funcionarios públicos no reciben los bonos que incrementan fuertemente sus ingresos.
Ciertamente, los procedimientos penales deben ser ágiles, empero hay que trazar lineamientos y objetivos que detengan la ansiedad de algunos persecutores y juzgadores por archivar, apurar y concluir casos sin la prolijidad debida, con lo que finalmente se deja en la indefensión a las víctimas, instalando impunidad y sembrando descrédito en el sistema judicial.
La defensoría penal pública ha sido un gran avance y ya se quisieran más abogados de esa laya. No obstante, los privilegiados contarán con los mejores profesionales, conduciéndolos a un peldaño superior en el proceso.
En definitiva, hoy en nuestro país para impedir una justicia criminal de clase se debe partir por potenciar a los fiscales, exigiéndoles mayor empatía hacia las víctimas más desfavorecidas, así como se espera en los jueces que, siendo fieles a la espada de la ley, sea más que costumbre dicten sentencias que inclinen la balanza de Themis hacia la honra de la verdad y la justicia.
Diez reos de la cárcel de esta ciudad se fugaron en la madrugada de hoy, antes que la guardia del establecimiento advirtiera la evasión que pudo ser mucho más numerosa. Los delincuentes, algunos de ellos muy peligrosos, hicieron forados, cortes de barrotes y hasta pasaron por un recinto carcelario femenino.
NUEVA YORK. - El famoso tenor Caruso volvió de Italia dolido y muy molesto, ya que le robaron en su lujosa villa víveres que tenía almacenados en estos tiempos de post guerra. Caruso dijo que fue robado por huelguistas, a pesar de que había hecho donaciones. "Si me hubiera quedado habría muerto de hambre", dijo.
A veces, en muchos aspectos de la vida, y sobre todo en la política, las ausencias y los silencios parecieran decir mucho más que la más persistente de las presencias o el más intolerable de los palabreríos. ¿Cómo podría resumirse de mejor manera el evento convocado por el intendente regional, Jorge Martínez, y la seremi de Medio Ambiente ayer por la mañana, en el Jardín Botánico, para el lanzamiento regional de la COP25?
Entendiendo que las agendas ministeriales cambian minuto a minuto, a pocos pasó inadvertida la inasistencia de la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, anunciada con bombos y platillos en la invitación digital que se le hiciera llegar a todos los asistentes. Tampoco estuvo el subsecretario, Felipe Riesco. Sí lo hizo el gerente general de la COP25, Cristián Varela.
Pero, pese a ello, la convocatoria aparentaba ser tremendamente exitosa: por primera vez era posible ver a casi todos los seremis, la gran mayoría de los jefes de servicio, todos los gobernadores (vestidos con chaquetas rojas recién sacadas de la sastrería), parlamentarios y una aplastante presencia de alcaldes de la zona (incluido hasta el del Archipiélago de Juan Fernández, Leopoldo González). ¿Quiénes no fueron? El porteño Jorge Sharp (rara vez participa de este tipo de eventos; en rigor, de cualquier tipo de eventos) y el jefe comunal de Quilpué, Mauricio Viñambres. Sin embargo, la ausencia que hablaba -gritaba, más bien- era la del alcalde de Quintero, Mauricio Carrasco, una de las comunas más afectadas por los efectos de la contaminación y los intermitentes episodios de intoxicación en su comuna, y la vecina Puchuncaví, cuya alcaldesa, Eliana Olmos, sí estuvo.
Entonces, y después de las palabras de Martínez, quien tuvo el arrojo de lanzar la COP25 en la que quizás sea la Región más agredida del país, no por el cambio climático, sino que por la contaminación industrial, una profesora de Quintero se tomó el micrófono, mientras sus compañeros levantaban pancartas para visibilizar el drama que se vive en la bahía: "Venimos, con respeto, a contar la verdad: acá se va a hacer la COP, una tremenda fiesta del cambio climático y medioambiental. Sólo queremos decirles que en Quintero y Puchuncaví, a un año de los envenenamientos masivos por gases desconocidos, todavía no tenemos culpables ni soluciones: encerramos a los niños de las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde porque nos cae azufre. ¿Por qué parar sus vidas y no parar las máquinas? Necesitamos soluciones concretas. No podemos esperar 50 años más de negligencias", dijo, para luego retirarse respetuosamente.
Nadie respondió una sola palabra y el presentador anunció el fin de la ceremonia, tras hacer un tibio comentario sobre la libertad de expresión. Pocos aplaudieron. La ministra Schmidt, se supo después, estaba en un matinal de televisión.
A veces en la vida, y sobre todo en la política, ausencias y silencios son más estridentes que presencias y palabreríos.