Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Servicios
  • Vida Social
  • Espectáculos

Fallecida en accidente de bus no era parte del curso

IX REGIÓN. Se sumaron estudiantes de otros cursos. Tres alumnos fallecieron en el volcamiento.
E-mail Compartir

El bus que se volcó el viernes en la ruta que une Victoria y Curacautín, accidente donde murieron tres adolescentes, llevaba también alumnos que no eran del curso que viajaba al Parque Nacional de Malalcahuello.

El viaje fue organizado para estudiantes de segundo año medio del Liceo Agrícola San Sebastián de Perquenco, pero, según relató a 24 Horas una amiga de una de las personas fallecidas, "faltó mucha gente de ese curso y entonces empezaron a sacar gente de los otros, de tercero y cuarto medio" para completar el bus.

Entre quienes se sumaron a último minuto, se hallaba Jasmín Córdova Zapata, de un curso superior del liceo. "Ella quería terminar su cuarto medio, su sueño era estudiar para ingresar a la PDI. Yo le decía siempre que lo iba a alcanzar, que se sacara buenas notas y se esforzara", contó su madre, Verónica Zapata, a 24 Horas.

También murieron los escolares Marcela Vanesa Garrido Ñanco y Benjamín Emmanuel Álvarez Cifuentes.

Hugo Álvarez, padre de este último, estudiante de segundo año medio, comentó a radio Biobío que su hijo "estaba muy contento y entusiasmado" pues había sido seleccionado para realizar el viaje, con el objeto de realizar una plantación de árboles en la Reserva Nacional Malalcahuello.

Los familiares de las tres víctimas fatales preparaban ayer los funerales, luego de que el Servicio Médico Legal entregara los cuerpos la noche del viernes.

Heridos

El accidente también dejó más de 40 heridos, incluido el conductor del bus. Él fue llevado al hospital de Curacautín y ayer debía realizarse la audiencia de formalización. Cuatro de los lesionados por el accidente seguían "complicados" de salud, habiendo uno en la UTI y tres que estaban siendo sometidos a cirugía, todos en el hospital de Victoria.

No basta con ser carbono neutral

"La cuestión de fondo de la crisis climática no es sólo científica o técnica, sino ante todo ética; dice relación con los criterios de nuestras acciones". investigador de IdeaPaís
E-mail Compartir

Chile se teñirá de verde en diciembre con la COP25. Probablemente el cambio climático será el gran tema de aquí a final de año en nuestro país. De hecho, ya lo está siendo a nivel mundial por estos días, a propósito de la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU que se celebró el pasado 23 de septiembre.

Estas instancias internacionales, en general, se han centrado en cómo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y las metas a las que se comprometerán los líderes mundiales al respecto. Así, la discusión se ha tornado mayoritariamente técnica y científica, siendo reforzada por discursos como el de Greta Thunberg, que les dice expresamente a las autoridades que "deben escuchar a la ciencia".

Sin embargo, la cuestión de fondo de la crisis climática no es sólo científica o técnica, sino ante todo ética; dice relación con los criterios que orientan nuestras acciones. En nuestra sociedad contemporánea, ha primado una cultura del consumo, la cual nos empuja a satisfacer nuestros deseos actuales relativizando la importancia de otras variables, como las exigencias del bien común, o las necesidades de las generaciones futuras. Esta lógica ha incidido, por ejemplo, en que la mitigación efectiva de los impactos ambientales sea una práctica que, si bien ha ido avanzando en el mundo empresarial, siga encontrando obstáculos por los costos y restricciones que su aplicación implica en el corto plazo.

El cambio climático, junto con otras crisis ambientales (como la escasez hídrica, la contaminación de los suelos o la pérdida de biodiversidad), nos ha mostrado que nuestro estilo de vida consumista actual es insostenible. Por ello, resulta imprescindible replantearse el estilo de vida que estamos llevando, que se encuentra orientado principalmente en satisfacer las necesidades del presente sin considerar ciertos límites. Ciertamente, esta mirada es impopular hoy en día, ya que significa cuestionar el axioma liberal de que la satisfacción de deseos personales debe restringirse lo menos posible.

La ciencia nos puede sugerir soluciones particulares para los graves problemas ambientales que estamos experimentando y claramente es importante tomarse en serio estas recomendaciones. No obstante, no podemos obviar la necesaria discusión política acerca de los fundamentos éticos que debieran primar en nuestro sistema económico y social. En este marco, es relevante potenciar una ética de la virtud, donde se enfatice la capacidad de autogobierno y de poner restricciones a nuestras acciones en vistas de las necesidades de nuestros contemporáneos, de las generaciones futuras y de la naturaleza. En simple, no basta con ser carbono neutral.

Gabriel Olave